Estados Unidos
El suplicio de las migrantes embarazadas en los centros de detención de ICE
Testimonios recopilados por El Diario NY exponen el trato inhumano que reciben mujeres embarazadas en centros de detención migratoria en Estados Unidos, desatando preocupación nacional y pedidos urgentes de reforma.
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La reciente denuncia sobre las condiciones que enfrentan mujeres embarazadas bajo custodia del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), arroja luces sobre un problema persistente y profundamente humano.
La negligencia, el maltrato y el riesgo a la salud que sufren las gestantes migrantes durante su detención, revelan un patrón de negligencia en los centros de detención del ICE.
Una realidad invisibilizada
Según un reportaje publicado por El Diario NY, no existe un registro preciso del número de mujeres embarazadas actualmente detenidas por ICE, lo que dificulta tanto la supervisión como la formulación de políticas que garanticen sus derechos.
Organizaciones de derechos humanos como la ACLU han documentado múltiples casos en los que mujeres reportan no recibir atención médica adecuada, medicamentos esenciales ni incluso vitaminas prenatales mientras están bajo custodia.
Las denuncias más graves recopiladas por El Diario NY revelan un patrón sistemático de negligencia hacia mujeres embarazadas en centros de detención de ICE.
Entre los testimonios destaca que muchas han sido esposadas e inmovilizadas durante el transporte, aun cuando ya habían informado sobre su estado de gestación, una práctica que eleva riesgos físicos y emocionales y que contradice protocolos básicos de cuidado.
El Diario NY documenta también casos en los que estas mujeres fueron enviadas a régimen de aislamiento, una medida extrema cuyo impacto psicológico y físico puede ser devastador, especialmente durante el embarazo.

Otro punto crítico señalado por El Diario NY es la atención médica tardía o directamente deficiente, con demoras significativas para acceder a controles prenatales indispensables para prevenir complicaciones. A ello se suma la negación de vitaminas prenatales, un suplemento esencial durante la gestación y cuya ausencia puede representar un riesgo tanto para la madre como para el feto.
La precariedad se extiende también a la alimentación y al acceso al agua potable, donde El Diario NY reporta deficiencias graves que afectan la salud y el bienestar básico de las detenidas.
La situación se vuelve aún más alarmante con los relatos de negligencia tras abortos espontáneos, ya que, según El Diario NY, algunas mujeres no recibieron atención médica adecuada después del evento, lo que derivó en infecciones peligrosas y un sufrimiento prolongado.
La barrera lingüística es otro de los problemas recurrentes: muchas veces no se provee servicio de intérprete durante las consultas médicas, lo que impide que las mujeres comprendan diagnósticos o decisiones sobre su propia salud, según documentó el medio.
Finalmente, El Diario NY también recoge denuncias sobre atención médica administrada sin consentimiento informado, una violación directa de los derechos básicos de cualquier paciente, especialmente grave en contextos donde la vulnerabilidad es la norma.
Mientras las autoridades defienden sus prácticas, organizaciones de derechos humanos y legisladores reclaman reformas profundas.
Más allá del reclamo legal, esto es una exigencia de dignidad, de reconocimiento de la maternidad y de protección de los derechos más básicos.


