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Estados Unidos: esta famosa marca de ropa se declara en bancarrota otra vez y cierra 900 tiendas
La icónica marca de moda rápida sucumbe ante la presión del comercio digital, el exceso de deuda y el cambio en los hábitos de consumo.

El icónico gigante de la moda Forever 21 ha vuelto a declararse en bancarrota en Estados Unidos, justo seis años después de su primera quiebra, lo que amenaza con el cierre total de sus más de 350 tiendas nacionales y deja a miles de empleados en incertidumbre.
A través de un comunicado, su directora financiera, Brad Sell, atribuyó el colapso a una competencia feroz de plataformas como Shein y Temu, que aprovechan la “de minimis exemption” para importar ropa sin aranceles, presionando el precio de Forever 21 y reduciendo sus márgenes.
La empresa acumulaba $1.580 millones de dólares en deuda y endureció sus cifras con pérdidas de $400 millones de dólares en los últimos tres años, incluyendo $150 millones solo en 2024 y proyectando otros $180 millones para 2025.

En consecuencia, la filial estadounidense inició una reorganización bajo el Capítulo 11, vendiendo activos y comenzado ventas de liquidación en sus ubicaciones mientras mantiene operativos sus canales internacionales.
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Este revés no solo impacta a Forever 21. La industria del retail en Estados Unidos enfrenta una ola de cierres sin precedentes. Cadenas como Joann, Walgreens, CVS, J.C. Penney y Macy’s han anunciado recortes que van desde decenas hasta cientos de tiendas durante 2025.
CVS, por ejemplo, cerrará 271 sucursales este año como parte de una estrategia de reestructuración. J.C. Penney, en proceso de recuperación, continúa su plan de cierre tras declararse en bancarrota en 2020.
La razón principal detrás de esta crisis colectiva es la estancia creciente en el consumo presencial, escalada del comercio electrónico, costos operacionales elevados y cambios profundos en los hábitos de compra tras la pandemia.

En el caso de Forever 21, además, su estrategia de expandirse rápidamente en centros comerciales dejó un stock inmenso y contratos de alquiler difíciles de renegociar, lo que contribuyó a elevar su déficit.
El fenómeno del “apocalipsis del retail” muestra que las marcas que no se adaptan a tiempos digitales quedan obsoletas.
Forever 21 apostó por mantener su estructura física, descuidando la evolución hacia plataformas online, aspecto en que competidores como Shein, Temu y Zara sobresalen con envíos rápidos, campañas digitales agresivas y precios competitivos.
Analistas financieros destacan que este proceso de bancarrota supone riesgos inmediatos. Además de los despidos, se avecinan pérdidas para arrendadores, empresas de logística y comunidades dependientes del flujo de consumidores.
Para algunos, este debacle podría abrir camino a una adquisición estratégica o a una transición hacia un modelo exclusivamente digital, tal como ocurrió en Europa y Asia.

En paralelo, Authentic Brands Group, dueño de la marca y también propietario de las licencias de Ted Baker, permanece atento mientras busca revivir el nombre en otros mercados.
El futuro de Forever 21 en Estados Unidos pende de la subasta de activos y la capacidad de atraer un comprador que apueste por una reestructuración profunda.
Lo que inició en 1984 como una cadena juvenil accesible terminó arrastrada por la revolución digital, el cambio de consumo y estructuras fijas costosas. La segunda quiebra confirma que en la moda, la resistencia al cambio puede significar desaparecer del mapa.