Gavin Newsom es el actual gobernador de California, lleva dos periodos consecutivos en el cargo. El demócrata fue reelecto en 2022 con aproximadamente el 59% de los votos.
En 2026 habrá nuevas elecciones y, en esta oportunidad, no puede participar Gavin Newsom, ya que solo pueden ser reelectos una vez. A pesar de haber mayor cantidad de demócratas entre los votantes, la gran cantidad de candidatos por esta corriente definitivamente les juega en contra.
El sheriff del condado de Riverside, Chiad Bianco y el comentarista Steve Hilton son los candidatos republicanos que le impedirían la continuidad a los demócratas.
Una encuesta de la firma Emerson College mostró que Bianco lidera la intención de voto, teniendo el 13% el porcentaje que marcaba, cuando Hilton (republicano) y Swalwell (demócrata), empataban con un 12%.
Zev Yaroslavsky, exmiembro de la Junta de Supervisores del Condado de Los Ángeles, dijo: “Con solo dos republicanos en la contienda, junto con media docena o más de demócratas reconocidos, no sorprende que la mayoría de los candidatos estén agrupados“.
El mensaje de la encuesta es claro: ante la gran cantidad de demócratas, los electores se van a dividir, así sean mayoría en corriente ideológica. Al menos en esta encuesta, quien votaría por un republicano solo sería el 23% de la población.
¿Quiénes son Bianco y Hilton?

Chad Bianco es sheriff de un condado de California y comenzó su mandato en 2019, reelegido en 2022 y realmente es candidato para que se extienda su cargo policial hasta 2028 si no gana la gobernación.
Es opositor del actual gobernador Gavin Newsom y sus más duras críticas están relacionadas con temas de orden público.

Steve Hilton tiene mayor experiencia en la aclamación del público, ya que fue presentador de Fox News y, a pesar de que el medio es catalogado para muchos como demócrata, el comentarista es conservador.
No es estadounidense, nació en el Reino Unido y sus estudios fueron en la Universidad de Oxford. Asesoró al primer exministro británico David Cameron y se ha destacado por ser un comentarista de opinión conservador, sin embargo, no es radical.










