Estados Unidos
Gracias a esta importante misión de la Nasa se descubrió que el ser humano puede sobrevivir en el espacio
Se cumplen 30 años de la primera caminata espacial.

Gemini IV fue el segundo vuelo tripulado del Proyecto Gemini de la Nasa, y también el décimo vuelo tripulado de Estados Unidos en alcanzar una altitud superior a los 100 kilómetros, superando así la línea de Kármán, que marca el inicio del espacio exterior.
El principal logro de esta misión fue la primera caminata espacial realizada por un astronauta estadounidense
El piloto Edward H. White II salió de la nave y flotó libremente en el espacio durante aproximadamente 23 minutos, sujeto a la cápsula únicamente por un cordón umbilical y ayudado por una pequeña pistola de propulsión a gas.
Esta hazaña marcó un antes y un después en la historia de la exploración espacial, demostrando que los astronautas podían trabajar fuera de sus naves en condiciones de gravedad cero.
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La Misión Gemini fue fundamental en la preparación para las misiones Apolo. Gracias a ella se comprobó que los humanos podían permanecer varios días fuera de la atmósfera terrestre sin sufrir efectos graves en su salud física o mental.
En el caso específico de Gemini IV, los astronautas James McDivitt (comandante) y Ed White permanecieron en órbita durante cuatro días, completando un total de 66 vueltas alrededor de la Tierra.
Otro de los objetivos importantes de la misión fue realizar el primer intento de encuentro espacial, es decir, acercarse y maniobrar en proximidad con otro objeto en órbita.
McDivitt intentó acercarse a la etapa superior del cohete Titan II, pero debido a problemas de visibilidad y limitaciones técnicas, el acoplamiento no fue posible.

Un hecho adicional de relevancia fue que, durante el lanzamiento de Gemini IV, se transmitieron imágenes en vivo a 12 países europeos gracias al satélite de comunicaciones Early Bird, marcando un hito en la cobertura mediática internacional de la exploración espacial.
El destacado desempeño de White en esta misión le valió ser seleccionado para integrar la tripulación del Apolo 1, que se preparaba para el primer intento de alunizaje.
La tripulación estaba compuesta por Virgil Grissom (comandante), Edward H. White II (piloto principal) y Roger B. Chaffee (piloto).
Trágicamente, los tres astronautas fallecieron el 27 de enero de 1967 durante una simulación de lanzamiento, debido a un incendio en la cabina.
Aunque nunca se identificó una causa exacta, una junta de investigación señaló como posible origen un cableado defectuoso en la unidad de control ambiental.
Como homenaje, la Nasa bautizó con los apellidos Grissom, White y Chaffee a tres cráteres lunares, recordando así su sacrificio en nombre de la exploración espacial.