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Grupo de estadounidenses compró un pueblo abandonado y buscan convertirlo en icónico destino
El pueblo tiene un potencial único con vistas naturales y espacio para diferentes actividades.
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Un pequeño pueblo abandonado de la península ibérica tendrá un nuevo dueño estadounidense, quien planea convertir el lugar en una zona turística que atraiga a miles.
Se trata de Salto de Castro (Zamora), que se encuentra en la frontera entre Portugal y España, el cual fue abandonado desde 1989.

El norteamericano de la inversión es Jason Lee Beckwith, que se hizo con el territorio por un valor de 310.000 euros, un precio irrisorio comparado con lo que cuesta una sola propiedad en algún condado de esa región de Europa.
¿Cuál es la intención de Lee con el pueblo?
El oriundo de EE. UU. pretende convertir a Salto de Castro en un potente complejo turístico que cuente con hoteles, hostales e incluso alquileres que se puedan gestionar por largos periodos de tiempo.
Según una entrevista con el diario El País, la primera fase consiste en construir el edificio principal con alojamientos, restaurante, centro de bienvenida, piscina y zonas recreativas como barbacoas y pícnic.

“Será un lugar que todos podrán disfrutar, sin importar su presupuesto”, asegura Lee, que afirma que se necesitará una inversión que llegaría a los siete millones de dólares.
El inversor espera que el funcionamiento de los edificios esté listo para finales de 2025, con alguna ayuda extra del Gobierno de España y subvenciones de la Unión Europea.
Un pueblo que quiere volver a surgir
Salto de Castro fue constituido en 1946, con el objetivo de alojar empleados de la presa de Castro con sus respectivas familias.
De hecho, queda cercano al Parque Natural Arribes del Duero, respaldado por la Unesco, por lo que podría tener algunos peros por parte de iniciativas ecologistas.

“La instalación de un complejo turístico sería contrario a los objetivos de conservación del lugar”, considera la Red Natura 2000.
Ahora bien, la idea de Lee es que Salto de Castro será una “zona que atraiga a sus familias a nadar en la piscina y hacer un pícnic. Todos serán bienvenidos en mi villa”.
Igualmente, Lee ahora vive en la capital de Zamora, a la espera de instalarse en Salto de Castro una vez se inauguren los primeros edificios.
