Estados Unidos
Horror en hospitales de EE.UU.: denuncian extracción de órganos a pacientes vivos por error médico y negligencia
Una auditoría federal reveló múltiples casos en los que pacientes aún mostraban signos vitales cuando se inició la extracción de órganos, lo que ha generado indignación nacional y una reforma urgente al sistema de trasplantes en Estados Unidos.

El secretario de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, Robert F. Kennedy Jr., anunció ayer un plan integral para reformar el sistema nacional de trasplantes de órganos tras hallazgos alarmantes de extracción prematura en pacientes aún vivos.
Una investigación de la Administración de Recursos y Servicios de Salud (HRSA) reveló que en al menos 28 casos los equipos médicos iniciaron la extracción de órganos antes de que los donantes hubieran sido declarados clínicamente muertos.
Este hallazgo desató una fuerte reacción, ya que en 103 de 351 casos revisados se detectaron signos neurológicos incompatibles con la muerte, incluyendo contracciones o respuestas conscientes.

Kennedy calificó la situación como “horrificante” y advirtió que las organizaciones de procuración de órganos (OPO) enfrentan la amenaza de perder su certificación si no implementan cambios drásticos.
Estos protocolos incluyen una norma obligatoria que exige esperar al menos cinco minutos después de que el corazón deja de latir antes de iniciar cualquier procedimiento quirúrgico. Además, se requiere que cualquier miembro del equipo pueda detener la extracción si hay indicios de que el paciente aún muestra signos vitales.
El informe de la HRSA destaca deficiencias significativas en evaluaciones neurológicas, comunicación con los hospitales y procesos de consentimiento, así como errores en la clasificación de la causa de defunción, especialmente en casos relacionados con sobredosis.
La mayoría de estos incidentes ocurrieron en hospitales pequeños o rurales, lo que revela brechas profundas en la supervisión y en la cultura de seguridad de todo el país.

La investigación se inspiró en reportes previos del New York Times y denuncias durante audiencias en el Congreso, donde familiares de pacientes relataron casos penosos, como el de un hombre de 33 años que reaccionó mientras le preparaban para la extracción de órganos tras un diagnóstico previo de muerte cerebral. Ese caso resultó en el cese inmediato del procedimiento y la revisión de protocolos en todo el sistema.
En respuesta, el Departamento de Salud ordenó a la Red de Organización y Trasplante de Órganos (OPTN) revisar estos casos, instaurar sistemas de monitoreo y reportar cualquier paro de extracción provocado por preocupaciones familiares, médicas o del equipo de procuración.
También se exigió a las OPO realizar análisis de raíz de sus fallas y adoptar políticas claras sobre la elegibilidad de donantes.
Este anuncio llega justo antes de una audiencia del comité de supervisión de la Cámara de Representantes que evaluará segura prácticas en donación de órganos. Actualmente hay más de 103.000 personas en lista de espera, y alrededor de 13 mueren cada día sin recibir un trasplante.
La OPO involucrada, conocida ahora como Network for Hope tras su fusión, dijo que “la seguridad del paciente es su prioridad” y que colaborará con HHS y HRSA para mejorar los estándares. Por su parte, la Asociación de OPO y la Organización Nacional de Compartición de Órganos (UNOS) afirmaron que respaldan la reformación del sistema y la creación de estándares nacionales más rigurosos.
Estas medidas representan el esfuerzo más decidido en años para restaurar la confianza pública en el sistema de donaciones y garantizar que la dignidad y la vida de los donantes sean respetadas hasta el último momento.