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Huelga por la dignidad: el campo se detiene tras muerte de trabajador en redada migratoria
La comunidad agrícola protesta por redadas migratorias en California que dejaron un muerto, varios detenidos y menores rescatados, exigiendo justicia y reformas urgentes.

Un grupo de trabajadores agrícolas en California ha anunciado una huelga de tres días, del 16 al 18 de julio, en protesta por recientes redadas migratorias que han causado alarma y pánico en las comunidades rurales.
Esta medida surge tras operativos federales en dos plantaciones de cannabis en Ventura County, donde cientos de trabajadores, incluyendo al menos 200 personas sospechosas de estar indocumentadas, fueron arrestados.
En el incidente más grave, sucedido el 10 de julio en Glass House Farms en Camarillo, el laborante Jaime Alanis García, de 57 años, murió tras caer unos 30 pies desde el techo de un invernadero mientras intentaba evadir el operativo.

Aunque el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) aseguró que no estaba siendo perseguido en ese momento, su familia y defensores sostienen que actuó por miedo y desorientación.
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Los operativos involucraron presencia del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), apoyo de vehículos blindados y uso de gas lacrimógeno contra los manifestantes que se apostaron en carreteras cercanas para exigir información sobre sus parientes detenidos. Al menos ocho personas requirieron atención médica en hospitales locales.
Adicionalmente, durante dichas incursiones se rescataron entre 10 y 14 menores migrantes, en su mayoría no acompañados, lo que ha motivado nuevas investigaciones por presunto trabajo infantil o tráfico humano.
Esta situación ha intensificado la tensión entre las comunidades migrantes y la actual administración federal, que ha duplicado los arrestos en comparación con años anteriores.

En respuesta, líderes y organizaciones como United Farm Workers (UFW) han condenado la acción. Teresa Romero, presidenta del Sindicato de Trabajadores Agrícolas, alertó sobre el impacto emocional en los menores y el riesgo de perder trabajadores con alta experiencia.
La huelga, autodenominada #HuelgaPorLaDignidad, es una acción local inédita que busca visibilizar el rol esencial de estos trabajadores, muchos de los cuales tienen estatus mixto o indocumentado y desempeñan un papel clave en la cadena alimentaria.
Además, exigen una vía clara hacia la ciudadanía y el fin de la persecución migratoria en espacios de trabajo.
Según un comunicado de la Comisión Nacional de Inmigración del DHS, estos operativos son legales bajo órdenes judiciales por sospechas de violaciones laborales, sin embargo, críticos como el representante Salud Carbajal califican el despliegue como “militarizado” y advierten de posibles daños al suministro agrícola
Instituciones estatales han reaccionado. El alcalde de Los Ángeles, Karen Bass, prometió asistencia financiera a las familias afectadas y solicitó mayor transparencia.
Mientras tanto, un juez federal ordenó suspender temporalmente redadas generales en ciertos condados de California, medida que ahora está en apelación.

Tras conocerse la muerte de Alanis García, organizaciones pro derechos humanos y sindicalistas han difundido campañas solidarias para apoyar a las familias. Un fondo de ayuda ya ha recaudado más de $150.000 dólares para gastos funerarios y asistencia legal.
Esta huelga representa un punto de inflexión. Busca no solo justicia por lo ocurrido, sino también una reforma migratoria y condiciones laborales dignas. El futuro de esta movilización podría definir la postura del sector agrícola frente a la política migratoria en Estados Unidos.
Según líderes comunitarios, “sin trabajadores dignos no hay alimentos en la mesa”, y en sus voces claman la urgencia de una solución que contemple derechos, protección y respeto.