MUNDO
ICE lanza megaoperativo en Florida para capturar a 800 indocumentados
Acciones coordinadas en Miami, Tampa y Orlando causan preocupación en comunidades migrantes.

En medio de un ambiente político cada vez más tenso respecto a la migración en Estados Unidos, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) ha desplegado uno de los operativos más extensos de los últimos años en el estado de Florida.
Al menos 800 personas indocumentadas están siendo buscadas activamente por las autoridades migratorias en una serie de acciones coordinadas que comenzaron esta semana en ciudades como Miami, Tampa y Orlando.

La operación, de carácter reservado hasta ahora, ha comenzado a generar inquietud entre comunidades migrantes, activistas y organizaciones de derechos humanos que denuncian el impacto psicológico y social de este tipo de intervenciones masivas.
Aunque el ICE no ha emitido un comunicado oficial con cifras concretas, agentes federales confirmaron al Miami Herald que se trata de una acción nacional concentrada en Florida, como parte de una nueva estrategia del gobierno para incrementar las deportaciones en estados clave, particularmente aquellos que han registrado un aumento en su población migrante durante el último año.
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La operación se habría diseñado con base en listas de personas que ya tenían órdenes de deportación previas, algunas de ellas emitidas hace más de una década. Sin embargo, los expertos advierten que este tipo de redadas suelen afectar también a personas que no tienen antecedentes migratorios graves, lo cual intensifica la sensación de persecución y desprotección.

La noticia ha despertado críticas por parte de defensores de derechos civiles, quienes acusan a la administración federal de utilizar tácticas intimidatorias en tiempos de creciente incertidumbre económica y política. Para muchos, el operativo no solo tiene un impacto directo en las personas detenidas, sino también en sus familias y comunidades.
Escuelas, centros de salud y lugares de trabajo han comenzado a reportar ausencias significativas en zonas de alta población migrante, lo que sugiere un efecto dominó que puede profundizar la marginalización social.
Las organizaciones comunitarias han redoblado esfuerzos para ofrecer asesoría legal, refugio temporal y líneas de emergencia para quienes teman ser detenidos en las próximas horas.

En medio del revuelo, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, respaldó públicamente la medida, argumentando que se trata de una respuesta necesaria para “restablecer el orden y hacer cumplir la ley”.
Sus declaraciones han sido interpretadas como un nuevo intento de posicionarse políticamente frente a la agenda migratoria nacional, en un contexto donde su figura sigue pesando dentro del Partido Republicano.

Por su parte, el presidente Donald Trump ha defendido abiertamente el operativo como una muestra de su compromiso con el control migratorio, asegurando que su administración no permitirá “zonas de impunidad” para quienes ingresaron sin autorización al país.
Sus declaraciones han sido celebradas por su base electoral, aunque también han intensificado el temor entre comunidades latinas, que perciben en estas acciones una política de intimidación y persecución.
Este operativo marca un punto de inflexión en la política migratoria en Florida y podría servir como modelo para futuras acciones similares en otros estados con alto flujo migratorio.
La combinación de operativos silenciosas, listas de deportación antiguas y el uso estratégico del miedo, parecen configurar una nueva etapa de presión institucional sobre las comunidades latinas, que ya enfrentan múltiples desafíos en materia laboral, educativa y sanitaria.
Por el momento, la magnitud del operativo y sus repercusiones en distintas comunidades migrantes reabren el debate sobre la necesidad de revisar el sistema migratorio actual, cuyas políticas y mecanismos de control siguen generando tensiones legales, sociales y humanitarias en todo el país.