La Administración de Seguridad en el Transporte (TSA) lanzó una advertencia directa a los viajeros: desobedecer las instrucciones de los auxiliares de vuelo o protagonizar conductas disruptivas en aeropuertos y aviones puede derivar en multas de hasta 45.000 dólares y consecuencias penales.
La medida se activa en un contexto de alto flujo de pasajeros y busca frenar los episodios de tensión y agresión que siguen afectando la seguridad aérea en Estados Unidos.

Multas de la TSA por ignorar a los auxiliares de vuelo
En plena temporada alta de viajes, la agencia recordó que ignorar las instrucciones de los auxiliares de vuelo o protagonizar incidentes con el personal puede traducirse en sanciones económicas severas, además de posibles consecuencias penales.
La política de “tolerancia cero”, vigente desde la pandemia, se mantiene activa ante un nivel de incidentes que sigue por encima de los registros previos a 2020.
Según la TSA y la Administración Federal de Aviación (FAA), los pasajeros que se nieguen a cumplir órdenes relacionadas con la seguridad, como permanecer sentados, abrocharse el cinturón o acatar indicaciones durante una emergencia, pueden enfrentar multas que alcanzan los 45.000 dólares.
Las autoridades subrayan que los auxiliares de vuelo no solo brindan servicio, sino que cumplen un rol clave en la seguridad, y desobedecerlos constituye una violación de normas federales.
La FAA ha reiterado que estos comportamientos pueden derivar también en investigaciones formales y procesos judiciales, especialmente si hay amenazas, agresiones verbales o violencia física.

Tolerancia cero y el aumento de pasajeros conflictivos
Los organismos federales reconocen que los incidentes con pasajeros disruptivos siguen siendo más frecuentes que antes de la pandemia.
Por esta razón, la TSA insiste en que su política de cero tolerancia se aplica tanto a los controles de seguridad, como a bordo de las aeronaves.

Amenazar o agredir a un agente o a un miembro de la tripulación puede implicar multas adicionales, arrestos y, en situaciones graves, cargos criminales.
El mensaje oficial es claro: cooperar con la tripulación no es opcional, sino una obligación legal destinada a proteger a todos los viajeros.










