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Impactantes imágenes de Irán: antes y después del ataque de Estados Unidos

Las imágenes satelitales revelan la magnitud del ataque de Estados Unidos a instalaciones nucleares iraníes en Fordow, Natanz e Isfahán.

Darwin Schneider Correa Parra

Pasante de Mundo - Semana.

24 de junio de 2025, 12:58 p. m.
Estados Unidos bombardeó Irán en la madrugada del domingo, apuntó a tres instalaciones fundamentales para las ambiciones nucleares del país
Seis cráteres de impacto son visibles en el sitio nuclear de Fordow, en Irán, el día después de una campaña de bombardeos estadounidenses. | Foto: Reuters

Las recientes imágenes satelitales publicadas tras el operativo militar estadounidense muestran daños inesperadamente extensos en los centros nucleares iraníes de Fordow, Natanz e Isfahán.

Satélites de Maxar registraron al menos seis cráteres profundos cerca de ventilaciones subterráneas en Fordow, que operaba a unos 80 metros bajo una montaña, generando especulaciones sobre el daño estructural interno.

La Casa Blanca, por su parte, afirmó que las instalaciones fueron “completamente y totalmente obliteradas”.

Ataque de Estados Unidos a Irán
Una vista de satélite más cercana muestra los cráteres de impacto y una estructura de soporte cercana. | Foto: MAXAR

Analistas de la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA) confirmaron que las imágenes muestran polvo gris‑azulado y entrada de túneles tapados tras los ataques, aunque admiten que no se puede asegurar la destrucción del interior. Según Rafael Grossi, director de la IAEA, los cráteres y escombros indican daños “claramente severos” en Fordow.

Por su parte, Reuters informó que los expertos advierten sobre la imposibilidad de confirmar si las instalaciones subterráneas fueron destruidas totalmente, debido a la profundidad y a posibles movimientos previos de materiales sensibles.

Se sabe que Irán cubrió los accesos con tierra en los días previos, una maniobra preventiva que ha complicado aún más la evaluación de daños.

Fordow
Imagen de satélite de antes del bombardeo estadounidense de Fordow | Foto: MAXAR

En Natanz, también se observaron cráteres con evidencias de bombas del tipo bunker‑buster, posiblemente usadas en doble secuencia para penetrar profundamente, generando incertidumbre sobre si los sistemas de enriquecimiento fueron afectados.

Isfahán, por su parte, exhibe edificios destruidos y daños visibles en las zonas de conversión de uranio, en contraste con la parte deportiva de la instalación, que ya había sido atacada previamente por Israel.

El operativo, denominado Midnight Hammer, incluyó el despliegue de siete bombarderos B‑2 que transportaron 14 bombas GBU‑57 MOP y una flotilla de misiles Tomahawk, lanzados desde submarinos de la Armada estadounidense.

Fue la primera vez que las GBU‑57 se usaron en combate real; las aeronaves realizaron vuelos que duraron hasta 37 horas, con reabastecimiento aéreo para atacar mientras desorientaban las defensas con maniobras de distracción.

Hasta el día de hoy, las reservas iraníes de uranio enriquecido al 60% superaban los 400 kilogramos, volumen suficiente para construir hasta diez bombas nucleares.
Ataque estadounidense a Irán | Foto: AP

La vocera de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, declaró estar “altamente confiada” en que los sitios nucleares quedaron neutralizados y que la seguridad global mejoró al detener el avance iraní. Sin embargo, el exinspector de armas David Albright y otros especialistas especulan que Irán pudo mover antes el material o enterrarlo bajo tierra, lo que limita el impacto real de los bombardeos.

En paralelo, Irán respondió con misiles contra la base estadounidense de Al Udeid en Qatar, aunque fueron interceptados sin causar bajas, y declaró que cualquier escalada posterior sería una “gran línea roja”. Estados Unidos anunció un acuerdo de alto el fuego mediado por Qatar, con condiciones aún no definitivas.

Lo que está claro es que este ataque marca una intervención directa de Estados Unidos en el conflicto entre Israel e Irán. Las secuelas visibles en las imágenes satelitales reflejan una ofensiva de alto riesgo, pero la verdadera magnitud del impacto, especialmente sobre el programa nuclear iraní, sigue bajo evaluación.