Estados Unidos
La visa que usan miles de latinos para ir y volver de EE. UU.: pocos saben este detalle clave
Las visas B1/B2 permiten viajar a EE. UU. por turismo, pero no autorizan trabajos, y su mal uso puede traer graves consecuencias.

Con el pasar del tiempo, miles de viajeros latinoamericanos llegan a Estados Unidos con el fin de estabilizar su economía, mejorar su calidad de vida y la de sus familias.
Muchos de ellos optan por ingresar al país norteamericano con una visa de tipo turista, clasificada como B1 o B2, la cual no está diseñada para trabajar legalmente dentro del territorio estadounidense.
Con esta visa únicamente se permite realizar actividades como turismo, visitas familiares, viajes de placer o tratamientos médicos. En ningún caso se autoriza el ejercicio de labores remuneradas, ni siquiera de forma remota.
De hecho, el portal oficial del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos (USCIS, por sus siglas en inglés) advierte que trabajar con visa de turista es una violación a las leyes migratorias de EE. UU. y puede conllevar consecuencias severas: cancelación de la visa, deportación e incluso restricciones para futuras solicitudes.

A pesar de ello, esta sigue siendo una de las visas favoritas para muchos latinos. Su atractivo radica en que permite ingresar y salir del país múltiples veces durante un período de hasta 10 años, lo que facilita mantener vínculos con EE. UU. y, en algunos casos, construir un historial migratorio favorable.
Esta es una práctica común entre inmigrantes de países como Colombia, México, Argentina, Chile, Ecuador o Panamá.
Algunos inmigrantes la utilizan para permanecer hasta seis meses, realizar labores informales, y luego retornar a sus países de origen, repitiendo este ciclo varias veces.
Aunque esto puede ser riesgoso, no existe un número límite oficial de ingresos o salidas siempre que se respeten los términos de la visa y no se prolongue la estadía autorizada.
En ciertos casos, quienes demuestran buen comportamiento migratorio pueden aplicar a una residencia permanente o incluso llegar a naturalizarse, aunque esto no está garantizado y depende de múltiples factores legales.

Esta misma posibilidad de ingresar y salir del país se aplica a otras visas, como la F1 para estudiantes o la H-1B para trabajadores calificados, aunque estas sí exigen mayor control y notificación formal.
Por ejemplo, un estudiante con visa F1 debe notificar a su institución educativa sobre cualquier viaje, especialmente si es fuera de los períodos vacacionales, puesto que una ausencia prolongada sin justificación puede llevar a la pérdida de su estatus migratorio.
Lo mismo ocurre con los portadores de visas de trabajo como la H-1B, quienes deben informar a su empleador sobre cualquier viaje, y lo ideal es hacerlo durante sus vacaciones anuales.
En ambos casos cuando hay una emergencia, se puede viajar, pero siempre se recomienda notificar lo antes posible al empleador o la institución correspondiente el motivo.