MUNDO
Los 101 años de George Bush padre: el legado del presidente que marcó la política exterior de Estados Unidos
En medio de un escenario global marcado por tensiones diplomáticas, liderazgos polarizados y retrocesos institucionales, el legado de George H. W. Bush resurge como un referente de equilibrio, diplomacia y visión estratégica.

Este 12 de junio se cumplen 101 años del nacimiento de George H. W. Bush, el expresidente número 41 de Estados Unidos y una de las figuras más influyentes del siglo XX. En medio de una época de liderazgos radicalizados, su estilo sobrio, pragmático y profundamente diplomático está siendo reivindicado por analistas y medios internacionales como un modelo necesario para tiempos de crisis global.
Su legado, que parecía relegado a los libros de historia, ha resurgido con fuerza en plataformas digitales y espacios académicos, donde se discute su influencia en un orden mundial que aún carga los ecos de su presidencia.
Nacido el 12 de junio de 1924 en Milton, Massachusetts, Bush fue un héroe condecorado de la Segunda Guerra Mundial, empresario petrolero, director de la CIA, embajador ante Naciones Unidas, vicepresidente de Ronald Reagan y finalmente presidente entre 1989 y 1993.

Su gobierno coincidió con uno de los momentos más decisivos del siglo: la caída del Muro de Berlín, el colapso de la Unión Soviética y el surgimiento de un nuevo orden global. Fue también el líder de la coalición internacional que encabezó la Operación Tormenta del Desierto en 1991 para expulsar a las tropas iraquíes de Kuwait, en una de las intervenciones militares más respaldadas por la comunidad internacional.
Lo que hoy llama la atención de muchos no es solo su hoja de vida, sino el contraste entre su forma de ejercer el poder y la que se observa en la política actual. En plena polarización en Estados Unidos y con conflictos geopolíticos que escalan rápidamente, el legado de Bush padre se presenta como el de un conservador moderado que supo construir consensos sin necesidad de discursos incendiarios.
Fue un republicano que apostó por el multilateralismo, que firmó tratados de control de armas nucleares con la URSS y que entendió el poder como una responsabilidad y no como un espectáculo.

Desde su muerte en 2018, los homenajes han sido discretos pero constantes. Este año, su nombre volvió a tomar fuerza entre historiadores y usuarios de redes sociales que destacaron su papel en la reunificación de Alemania, su impulso a la Ley de Estadounidenses con Discapacidades (ADA), su respeto por el medioambiente y su capacidad para dialogar con adversarios políticos sin romper las instituciones.
Incluso expresidentes demócratas como Barack Obama lo han definido como “un servidor ejemplar de la nación”.
En su cumpleaños 101, George H. W. Bush vuelve a ser noticia no por la nostalgia, sino por la vigencia de sus decisiones. En un mundo que exige más puentes y menos muros, su forma de gobernar es vista como un punto de equilibrio entre firmeza y moderación.
Mientras las democracias actuales enfrentan desafíos internos y externos, su figura emerge como recordatorio de que el poder, cuando se ejerce con decencia y visión histórica, puede cambiar el rumbo del planeta.