MUNDO
Medi-Cal en peligro: millones de personas podrían perder cobertura médica por plan de Trump
La reforma fiscal impulsada por Trump amenaza con desmantelar el sistema de salud pública en California y dejar sin cobertura a millones de personas vulnerables.

California enfrenta una crisis histórica en su sistema de salud pública tras la introducción del llamado “One Big, Beautiful Bill”, promovido por el expresidente Trump y respaldado por legisladores republicanos.
Según el gobernador Gavin Newsom, esta medida pone en riesgo la cobertura médica de hasta 3.4 millones de personas inscritas en Medi‑Cal, el equivalente regional de Medicaid.
El análisis del Centro de Presupuesto y Políticas Públicas y del Gobierno Estatal subraya que la propuesta eliminaría al menos $28.4 mil millones de dólares en financiamiento federal para Medicaid en California, lo que afectaría recursos clave para hospitales rurales, clínicas comunitarias y el programa CalFresh, que facilita el acceso a alimentos a población vulnerable.

Uno de los elementos más polémicos del proyecto es el requisito de trabajo o estudios: adultos entre 19 y 64 años tendrían que demostrar 80 horas mensuales en empleo, voluntariado o capacitación.
Lo más leído
Newsom alerta que alrededor de 3 millones no cumplirían este requisito y 400.000 más lo perderían por la burocracia del proceso de re-verificación cada seis meses.
El informe del Congressional Budget Office proyecta que a nivel nacional, unos 16 millones de personas perderían cobertura en la próxima década, y el número podría ascender a 17 millones según otras estimaciones, producto de recortes drásticos a Medicaid, Obamacare y CHIP.
En California, esto significaría un duro retroceso tras alcanzar una tasa de no asegurados de solo 6.4 %, una cifra récord.
Adicionalmente, el proyecto contiene recortes a los ingresos estatales derivados del uso de “provider taxes”, mecanismos que permiten obtener fondos federales adicionales mediante impuestos a hospitales y planes de salud. Su limitación amenaza con despojar a California de miles de millones de dólares y socavar la capacidad del sistema de Medi‑Cal.

Los críticos describen el proyecto como un conjunto cruel de recortes que favorecen a las élites ricas, al tiempo que presionan a los más vulnerables con la justificación de financiar recortes fiscales para la clase alta . Newsom calificó la medida como una traición a quienes más dependen del sistema de salud y urgió a los californianos a presionar a sus representantes.
Este panorama coincide con acciones recientes del estado: en mayo, California congeló nuevas inscripciones de inmigrantes indocumentados en Medi‑Cal y planea imponer cuotas mensuales a quienes ya reciben servicios, con el fin de equilibrar un déficit fiscal proyectado en 12 mil millones de dólares.
La administración estatal ha recurrido a préstamos, como el de $3.44 mil millones de dólares para cubrir sobrecostos en Medicaid, y está explorando reformas fiscales internas para proteger sus servicios. Sin embargo, la amenaza federal complica la ruta: sin financiamiento adicional, California podría enfrentar recortes profundos en salud, educación y servicios sociales.
Según el Departamento de Servicios de Salud de California y la oficina del gobernador Newsom, esta propuesta compromete la estabilidad de todo el sistema de atención a personas mayores, niños, discapacitados y familias trabajadoras.
El estado se encuentra en alerta máxima ante una posible oleada de pérdida de cobertura y cierre de centros esenciales.