Estados Unidos
Migrante colombiana contó su experiencia de “autodeportación”: salió voluntariamente de EE. UU. y asegura que terminó castigada
La connacional asegura que el proceso de la administración migratoria no es como lo prometen.
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Estados Unidos ha implementado varias estrategias y cambios en sus políticas para fortalecer el sistema migratorio de su país, como parte de la promesa del presidente Donald Trump de expulsar a todos los extranjeros indocumentados del país, y de proteger las fronteras de las entradas irregulares de millones de personas.
Una de las medidas que más ha desatado debate es la “autodeportación” que propone la administración. Para esto, las personas deben descargar una aplicación en sus celulares, presentar su intención de salir voluntariamente de Estados Unidos, y regresar a sus países de origen.

Yarlidis Goez, una madre colombiana que no tenía un estatus migratorio regular en el país norteamericano, optó por regresar por su voluntad. Según el Gobierno de Trump, los extranjeros que tomen ese camino podrán viajar como turistas, sin que se les afecte su futura entrada a territorio estadounidense, y además reciben un pago de 1.000 dólares para los viáticos.
Sin embargo, de acuerdo con el relato de Goez —que regresó a Colombia junto con sus cuatro hijos—, la administración nunca le pagó y asegura que su salida voluntaria ha sido un castigo migratorio.

De acuerdo con las declaraciones recopiladas por la prensa internacional, la connacional dejó un anhelo de una mejor vida en Norte América y se entregó a la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP), mediante su aplicativo celular CBP Home.
Su regreso a Colombia fue el pasado 2 de diciembre. “No pensé que no me fueran a cumplir, la verdad. Pensé que tenían un poquito más de palabra”, dijo la mujer al medio Telemundo, luego de detallar que siguió todos los pasos para que la administración le otorgara el monto de dinero.
“Me ayudaría demasiado, la verdad. Podría comprarles las cosas a mis niños, seguir con su tratamiento a mi niño, podría alquilar en otro lado”, dijo en su relato. Agregó que, tras su aterrizaje en Latinoamérica, las autoridades estadounidenses no responden sus mensajes ni llamadas.

“He escrito al correo electrónico al que se contactaban conmigo y tampoco”, aseguró. Y contó que los oficiales de inmigración le indicaron que “quedaba castigada por 10 años, que no podía ingresar durante 10 años y cuando yo apliqué me dijeron que no había castigo ni nada”.
En la página oficial de CBP Home se establece que los extranjeros que se autodeporten recibirán 1.000 dólares para comprar el tiquete de avión y cuadrar todos los operativos para su regreso. Además, se promete que no serán vetados de la entrada en un futuro.
Incluso, para tomar esta medida, los inmigrantes deben ofrecer datos superficiales de su privacidad.



