Peter Arnett, el periodista que reportaba en medio de las balas, Padecía cáncer de próstata y murió el miércoles a los 91 años, informaron medios estadounidenses.
Arnett, obtuvo el Premio Pulitzer de 1966 por su cobertura de la guerra de Vietnam para The Associated Press, alcanzó reconocimiento internacional en una carrera peligrosa cubriendo conflictos desde Vietnam hasta El Salvador y el Golfo.

Saltó a la escena internacional como corresponsal de agencia en Vietnam desde 1962 hasta el final de la guerra en 1975, esquivando proyectiles mientras acompañaba a las tropas en misiones.
Arnett permaneció en AP hasta 1981, cuando se incorporó a CNN y pronto alcanzó el estrellato televisivo.
En 1991, Arnett llegó a Bagdad al estallar la primera guerra del Golfo, donde entrevistó al entonces presidente Saddam Hussein.
Su trabajo como reportero con transmisiones en vivo desde el frente le permitió convertirse en un nombre familiar en medio de las estruendosas explosiones que retumbaban.
Renunció a CNN en 1999 después de un polémico reportaje en el que él mismo afirmaba que se había utilizado el letal gas nervioso sarín contra soldados estadounidenses desertores en Laos en 1970.
Después cubrió la segunda guerra del Golfo para NBC y National Geographic.
Arnett dejó NBC en 2003 tras conceder una entrevista a la televisión estatal iraquí en la que criticaba la estrategia militar de Estados Unidos.
Arnett nació el 13 de noviembre de 1934 en Riverton, Nueva Zelanda.

El periodista, quien más tarde se convirtió en ciudadano estadounidense naturalizado, inició su carrera como reportero en un periódico local, el Southland Times, antes de trabajar en un diario en inglés en Tailandia.
En 1995 publicó sus memorias, “Live From the Battlefield: From Vietnam to Baghdad, 35 Years in the World’s War Zones”, que cuenta su recorrido como reportero a lo largo de su vida.
Arnett, que vivía en el sur de California desde 2014, deja a su esposa, Nina Nguyen, y a sus hijos, Elsa y Andrew, informaron medios estadounidenses.
Esta noticia es tomada con tristeza para aquellos apasionados del periodismo de guerra, Arnett deja un legado periodístico que trascenderá a lo largo del tiempo.
Su vida llena de peligros y de balas termina de manera tranquila, pero agónica.

“Ha habido una explosión muy cerca de mí, quizá la hayas oído”, decia Arnett en medio de un reportaje,
Su capacidad de descripción, destacable, se puede apreciar en el siguiente fragmento:
“Era hijo de un general, había estudiado en West Point y era comandante de batallón. Pero el teniente coronel George Eyster iba a morir como un fusilero. Quizás fueron las insignias de coronel en su cuello, o el mapa que sostenía en la mano, o simplemente una casualidad caprichosa lo que hizo que el francotirador del Viet Cong eligiera a Eyster entre los cinco que estábamos de pie en ese polvoriento sendero de la selva”
Hasta el momento no se conoce donde se realizaran las honras fúnebres, probablemente se efectúen al interior del territorio norteamericano que fue el lugar en el que residía.
*Con información de AFP










