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Por estos motivos la CPB decomisa bolsos, relojes y cosméticos en las fronteras norteamericanas
A través de varios operativos, Estados Unidos busca frenar el ingreso de productos de mala calidad hacia el país

La adrenalina que se vive en las zonas fronterizas no tiene límite y entre las acciones que ha venido realizando la CPB está el decomiso de varios productos que no cumplen con los estándares de calidad exigidos.
Uno de los casos se reportó hace tan solo unos días, cuando agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP), incautó cientos de productos falsificados en el Puerto de Rochester, en Nueva York.
Una mafia que mueve millones
Este operativo formó parte de un esfuerzo nacional para frenar el ingreso de productos ilegales que afectan la economía, la seguridad de los consumidores y la propiedad intelectual.
La mercancía decomisada era falsa, pero de haber sido productos auténticos, habría alcanzado los 198.100 dólares, según calculan las autoridades.
Entre los objetos decomisados se encontraban bolsos, carteras, calzado, ropa y relojes que portaban marcas de diseñador falsificadas.
Las razones para incautar productos en las fronteras
Ronald Menz, director del puerto de Rochester, destacó en un comunicado oficial el papel fundamental de la CPB en la protección de empresas y consumidores contra artículos fraudulentos.
“Nuestros oficiales realizan una labor excepcional, trabajando diligentemente para el consumidor estadounidense, deteniendo esa mercancía ilegítima”, añadió el funcionario.
Las autoridades federales recordaron que esta agencia tiene plena facultad para detener, confiscar, decomisar e incluso destruir mercancía importada que infrinja marcas registradas o derechos de autor inscritos en la Oficina de Patentes y Marcas de EE.UU. o en la Oficina de Derechos de Autor de ese país.
Además de las implicaciones económicas que trae el entrar mercancía por contrabando al país, está el hecho de tener una clasificación errónea de los productos, marcas falsas cuya procedencia se desconocen, y hasta los problemas de salud que pueden implicar el uso de algunos de estos artículos, afirmó la entidad a través de un comunicado de prensa.
“El comercio de productos falsificados y pirateados, amenaza la economía de innovación de EEUU, la competitividad de nuestras empresas, el sustento de los trabajadores estadounidenses y, en algunos casos, la seguridad nacional, salud y bienestar de nuestros consumidores”, explicaron los agentes de la CBP.
Por otra parte, así como no es legal vender productos falsificados, tampoco lo es comprarlos. Los consumidores individuales pueden ser sancionados con una multa a pesar de que no tengan la intención de importarlos.

Un impacto negativo para la economía nacional
Semanas antes del operativo en Nueva York, agentes federales interceptaron en la aduana de Allentown, Pensilvania, un cargamento de cosméticos falsificados procedente de Hong Kong.
Los productos, que simulaban pertenecer a marcas de lujo, no cumplían con los estándares de calidad ni con la composición de los originales.

Según informó el Centro Nacional de Coordinación de Derechos de Propiedad Intelectual (IPR, por sus siglas en inglés), algunos de estos artículos contenían sustancias químicas vinculadas al cáncer.
Además, se detectaron ingredientes potencialmente peligrosos como orina y otros compuestos tóxicos asociados a afecciones dermatológicas, entre ellas acné y eccema.
El valor estimado de la mercancía incautada ascendió a 28.550 dólares.
La CBP asegura que la venta de productos falsificados en el país no solo es un delito contra la propiedad intelectual, sino que afecta de forma directa a la economía estadounidense.
Cuando se comercializan mercancías a bajo costo, los falsificadores desplazan a las marcas legales, deteriorando los ingresos de los fabricantes y afectando los puestos de trabajo en industrias clave.