MUNDO
¿Qué significa el ojo que todo lo ve en el dólar? El origen y verdad detrás del Gran Sello de Estados Unidos
Adoptado en 1782, el Gran Sello sigue vigente como símbolo oficial de poder, unidad y misterio en la identidad de Estados Unidos.

El 20 de junio de 1782 el Congreso Continental adoptó oficialmente el diseño del Gran Sello de los Estados Unidos, consolidando símbolos aún vigentes en la identidad nacional. El secretario Charles Thomson presentó la propuesta final, refinada tras tres comités anteriores entre 1776 y 1782, e inspirada en elementos trazados por Franklin, Jefferson, Adams y otros pioneros.
En su parte frontal aparece un águila calva que sostiene una rama de olivo y un haz de flechas, dispuesta a la paz y a la guerra según la coyuntura, sobre un escudo con trece bandas rojas y blancas, símbolo de los primeros estados y supervisada por un campo azul que representa a Congreso.
La leyenda E Pluribus Unum destaca la idea de “de muchos, uno”, mientras que la versión posterior, que se vende como reverso, muestra una pirámide incompleta coronada por el ojo de la Providencia, rodeada por las frases latinas Annuit Coeptis y Novus Ordo Seclorum, alusivas al apoyo divino y al inicio de un nuevo orden mundial.

Hoy ese sello sigue siendo válido y aparece en documentos diplomáticos, pasaportes, embajadas, monedas y billetes; su reverso está impreso desde 1935 en el billete de un dólar. Las especificaciones originales de 1782 permanecen casi intactas bajo potestad del Departamento de Estado, que conserva la matriz y sigue usando un troquel moderno basado en el diseño clásico.
Lo más leído
El sello no solo formaliza tratados y actos presidenciales, sino que hoy también es emblema corporativo y militar, reflejando una continuidad institucional que remite a su origen histórico.
De especial relevancia es la elección del águila calva como icono nacional. En 1782 los diseñadores identificaron en esta ave norteamericana fortaleza y singularidad continental, reemplazando a emblemas europeos.
Esa decisión cobra significado renovado hoy en el contexto climático y ecológico, ya que la recuperación del águila después del uso de DDT se convierte en símbolo de resiliencia nacional. Su presencia en el sello retoma, en clave contemporánea, valores de conservación, soberanía y renacimiento.

El reverso del sello, que inicialmente no fue usado, ganó protagonismo tras su inclusión en el billete de un dólar en 1935. Ese diseño piramidal se asocia en la cultura actual con teorías conspirativas y simbolismo esotérico, aunque historiadores como Robert R. Hieronimus destacan que responde a la impresión de “fuerza y duración” inspirada en el visionario espíritu fundacional.
En pleno siglo XXI el Gran Sello sigue vigente como ancla institucional y referencia diplomática. En una era de cuestionamientos globales, su vigencia y permanencia emblemática ofrecen una narrativa potente de unidad, continuidad, poder y adaptabilidad a escenarios cambiantes.
Según el U.S. Department of State, “simboliza la independencia y el autogobierno” desde su adopción original, y hoy continúa legitimizando actos oficiales y compromisos internacionales.