Estados Unidos
¿Sister Hong murió? La historia viral que encendió las redes y desató odio contra personas trans
El caso Sister Hong se convirtió en un fenómeno viral que expone los riesgos de la desinformación y el discurso transfóbico en redes sociales en el mundo digital.

La figura conocida en redes sociales como Sister Hong fue dada por muerta esta semana en múltiples plataformas digitales, luego de que miles de usuarios difundieran la versión de que había sido asesinada por un hombre al que, supuestamente, engañó haciéndose pasar por una mujer cisgénero.
La historia, cargada de morbo y transfobia, se viralizó sin sustento verificable, alimentando una narrativa de odio ampliamente compartida en comunidades latinas tanto en Estados Unidos como en América Latina.
Hasta el momento, no existe ningún reporte oficial que confirme el fallecimiento de Sister Hong. No hay registros judiciales, informes policiales ni pronunciamientos de fuentes confiables que respalden la supuesta muerte.
A pesar de ello, el caso escaló rápidamente entre usuarios de TikTok, X, y Facebook, y generó una oleada de reacciones que incluyen burlas, insultos y comentarios abiertamente discriminatorios.
Especialistas en desinformación han advertido que este tipo de rumores suelen seguir un patrón de propagación propio de campañas de odio digital.
Según el portal de verificación FactCheck.org, las noticias falsas que involucran a personas trans o no binarias suelen nacer en cuentas anónimas o medios sin credibilidad, y se multiplican rápidamente por medio de videos editados, memes o publicaciones sin contexto.
En este caso, la falta de verificación no impidió que la historia adquiriera credibilidad entre sectores conservadores que aprovechan este tipo de rumores para reforzar narrativas anti-LGBTQ+

La viralización del caso Sister Hong no solo pone de relieve los peligros de la desinformación, sino que también expone cómo el entorno digital se ha convertido en un espacio hostil para las personas trans. Diversas organizaciones, entre ellas GLAAD y Human Rights Campaign, denunciaron en múltiples informes que el aumento de discursos de odio en redes está directamente vinculado con agresiones físicas y simbólicas en el mundo real.
Aunque Sister Hong no ha aparecido públicamente para desmentir o confirmar los hechos, tampoco existen elementos concluyentes que validen las versiones difundidas.
La inexistencia de una fuente oficial no ha sido obstáculo para que se elaboren relatos llenos de prejuicio, donde se asume una intención de engaño y una supuesta “justicia” violenta como respuesta.
Casos como este evidencian cómo las redes sociales pueden construir linchamientos digitales en tiempo récord, dejando a las víctimas reales o imaginadas en un limbo informativo.
La historia de Sister Hong, más allá de su veracidad, se convirtió en un reflejo inquietante de una sociedad que aún premia el odio disfrazado de justicia y viraliza la transfobia con total impunidad.