MUNDO
Un negocio sucio que creció bajo la sombra del poder
Operó por años pese a estar clausurada. Era una refinería ilegal en Veracruz vinculada a una red de corrupción y crimen organizado.
Autoridades mexicanas desmantelaron definitivamente una refinería clandestina en Coatzacoalcos, Veracruz, que llegó a producir casi la mitad de lo que genera actualmente la refinería Dos Bocas.
La instalación operó de manera ilegal durante varios años, incluso tras haber sido clausurada por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) en marzo de 2025.
Aprovechando vacíos legales, sus responsables reanudaron operaciones en cuestión de semanas, hasta que un nuevo operativo federal, ejecutado en junio, logró su cierre definitivo.
La planta, presentada en documentos como un centro de tratamiento de residuos industriales, ocultaba un proceso artesanal de destilación de crudo robado.
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Según imágenes satelitales, desde 2019 la empresa a cargo comenzó la tala clandestina de un predio selvático para instalar su infraestructura, con maquinaria adaptada para refinar hidrocarburos.
La operación fue descubierta gracias a la denuncia de un grupo ambientalista que alertó sobre la contaminación de suelos y cuerpos de agua cercanos.
Durante el operativo más reciente, fuerzas de la Guardia Nacional, en coordinación con la Secretaría de Seguridad y autoridades ambientales, recuperaron más de 500 mil litros de crudo y desmantelaron equipo industrial como tanques, válvulas, tuberías y sistemas de separación de compuestos.
El secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, afirmó que se trata de una red criminal compleja, con posibles vínculos con funcionarios públicos y elementos del crimen organizado.
Según estimaciones oficiales, la minirrefinería ilegal llegó a producir hasta 33 mil barriles diarios, una cifra que representa casi la mitad de la capacidad operativa actual de Dos Bocas, estimada en 78 mil barriles por día, aunque esta última tiene como meta alcanzar los 340 mil hacia 2026.
Mientras tanto, la estatal Pemex reportó pérdidas por más de 43 mil millones de pesos solo en el primer trimestre de 2025, parte de ellas atribuibles al robo de combustibles.
Este hallazgo no fue aislado. En semanas anteriores, las autoridades también incautaron más de 1,2 millones de litros de hidrocarburos en Nuevo León y tres millones más en Tabasco, revelando la magnitud del mercado ilegal de combustibles.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Energía, entre 2019 y 2024 el huachicol provocó pérdidas superiores a los 75 mil millones de pesos en México.
Además del impacto económico, la refinería generó severos daños ambientales por la quema de residuos tóxicos y la descarga de compuestos no tratados. Aunque ya fue clausurada y está fuera de operación, el caso sigue bajo investigación de la Fiscalía General de la República, que busca establecer responsabilidades penales y administrativas.
La sociedad civil y legisladores locales exigen castigos ejemplares, y mayor vigilancia sobre la operación energética del país.
