Las Palmas, la emblemática cafetería cubana ubicada en el centro de Miami, cerró sus puertas de forma permanente luego de 45 años de operación.
El cierre definitivo se dio el 14 de noviembre de 2025, luego de ser durante décadas reconocido por su oferta de sabores tradicionales cubanos y representar un punto de referencia para residentes y trabajadores locales.

Las Palmas inició actividades en 1980 en el 209 SE First Street, con una capacidad de 33 puestos. Su menú incluía platos como tostadas con mantequilla, sándwiches cubanos, bistec con papas y piñas coladas, lo que consolidó su popularidad entre la comunidad.
En 2016, la familia Magalhães asumió la gestión, manteniendo su enfoque en la gastronomía cubana y apoyando iniciativas comunitarias, como asistencia a personas sin hogar y fondos para niños enfermos.

Su cierre definitivo se dio a conocer luego de que sus propietarios informaran la noticia a través de sus redes sociales. “Después de 45 años sirviendo a la comunidad del centro de Miami, ha llegado el día en que debemos cerrar nuestras puertas por última vez. El viernes 15 de noviembre será el último día para Las Palmas”.
En una emotiva publicación los dueños aseguraron, “Sin USTEDES, no podríamos haber llegado tan lejos. Gracias a USTEDES, hemos podido hacer tantas cosas. Alimentar a las personas sin hogar, recaudar dinero para las víctimas de desastres naturales, recaudar dinero para niños con enfermedades terminales, tantas buenas causas”,agregaron.
De acuerdo a lo revelado por Miami Herald quien conversó con Carla Ferrari Magalhaes y su hijo Mario Ferrari Magalhaes el cierre se da luego del incremento en los alquileres del centro de Miami, los elevados costos de insumos alimentarios y una reducción en la afluencia de clientes tras la pandemia, exacerbada por el trabajo remoto.

Antes de su cierre definitivo, Carla aseguró al diario que “irónicamente, el negocio se recuperó en las últimas dos semanas, “las últimas tres semanas he estado viendo ventas diarias récord”, dijo, pero el aumento es demasiado pequeño, demasiado tarde.
Mientras tanto, Carla Ferrari Magalhaes, de 65 años, aseguró para el medio de comunicación que no está triste por el cierre y que se va a tomar un tiempo para pensar en su próximo paso. “Tengo buenos recuerdos de este lugar, e hice muchos amigos”, dijo. “Echaré de menos el centro. He estado aquí por más de 35 años, y me encanta el centro”.










