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Venezuela es el país con más estadounidenses detenidos injustamente: lo que debe saber antes de viajar
El Departamento de Estado de Estados Unidos advierte sobre un aumento alarmante de detenciones arbitrarias y violaciones de derechos humanos contra ciudadanos estadounidenses en Venezuela, en medio de una crisis política y diplomática sin precedentes.

El Departamento de Estado de Estados Unidos ha elevado a su nivel más alto la advertencia de viaje para Venezuela, instando a sus ciudadanos a evitar cualquier desplazamiento al país suramericano y a abandonar inmediatamente el territorio si ya se encuentran allí.
La medida responde a un aumento significativo en las detenciones arbitrarias de ciudadanos estadounidenses por parte del régimen de Nicolás Maduro, situando a Venezuela como la nación con mayor número de estadounidenses detenidos injustamente en el mundo.
La alerta, clasificada como Nivel 4, la más severa, advierte sobre riesgos graves como detenciones sin debido proceso, tortura durante la custodia, terrorismo, secuestro, prácticas policiales arbitrarias, delitos violentos, disturbios civiles y deficiencias en la atención médica. Desde marzo de 2019, Estados Unidos no cuenta con representación diplomática en Venezuela, lo que impide ofrecer asistencia consular a sus ciudadanos en caso de emergencia.

El Departamento de Estado subraya que factores como la doble nacionalidad, la posesión de una visa venezolana, viajes previos al país o vínculos laborales no ofrecen protección alguna frente a las detenciones arbitrarias. Incluso ciudadanos con perfiles aparentemente neutrales han sido arrestados y acusados de conspiración o terrorismo sin pruebas claras.
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Esta advertencia coincide con una reciente ola de arrestos en Venezuela, donde más de 70 personas, incluidos opositores, activistas, periodistas y extranjeros, han sido detenidas bajo acusaciones de conspirar contra las elecciones parlamentarias y regionales del 25 de mayo.
Entre los arrestados se encuentran tres extranjeros: un español, un argentino y un búlgaro, vinculados a una empresa de ciberseguridad estadounidense, cuya presencia en Caracas era de carácter profesional. Las autoridades venezolanas los acusan de participar en una conspiración electoral, aunque gobiernos como el de España y Argentina han expresado escepticismo sobre dichas acusaciones.

Además, familiares de al menos 17 colombianos detenidos en Venezuela han denunciado arrestos arbitrarios y acusaciones infundadas de mercenarismo y terrorismo. Los detenidos, entre ellos un trabajador humanitario y un indígena arhuaco, se encuentran incomunicados y sin acceso adecuado a defensa judicial. Organizaciones como el Foro Penal advierten que el régimen de Maduro utiliza estas detenciones como estrategia política.
En respuesta a la alerta estadounidense, el Gobierno de Venezuela ha desaconsejado a sus ciudadanos viajar a Estados Unidos, alegando falta de garantías para el debido proceso y el derecho a la defensa en caso de arrestos arbitrarios. El canciller venezolano, Yván Gil, calificó la medida estadounidense como una operación de xenofobia promovida por factores de la ultraderecha.
La situación actual refleja una escalada en las tensiones diplomáticas entre Estados Unidos y Venezuela, marcada por la falta de representación consular, detenciones arbitrarias y acusaciones mutuas. Mientras tanto, ciudadanos estadounidenses y de otras nacionalidades enfrentan riesgos significativos al viajar o residir en Venezuela, en un contexto de creciente inestabilidad política y social.