Música
"Jamás imaginamos que ‘El baile de los que sobran’ iba a trascender así", Miguel Tapia
Parte esencial de ‘Los Prisioneros Narea y Tapia’ y único integrante de todas las formaciones de la icónica banda chilena, Tapia habló con ARCADIA de música y protestas, de Jorge González y de su concierto el 18 de diciembre, en la edición 64 del Aguinaldo Boyacense.
Nací en 1979, poco antes de que Los Prisioneros se formaran. Crecí en los años ochenta, justo cuando despegaron. Inevitablemente, como le debe pasar a cientos de miles de latinoamericanos, sus canciones me llevan a momentos específicos de mi infancia, de mi adolescencia, de mi vida. La huella que crearon trasciende letras, ritmos y melodías; impacta desde la memoria, alimenta un sentimiento.
Décadas después, su vigencia, que nadie cuestiona excepto por ciertos dj‘s bilingüex que no aprecian su pericia musical, quedó más que ratificada en el marco de las masivas protestas en Chile. Espontáneamente, la gente entonó ‘El baile de los que sobran‘ y adoptó la canción como himno de ese clamor popular por igualdad y por justicia que ya completa dos meses ininterrumpidos.
El hecho no sorprende, las letras de una banda -que incluso en épocas de dictadura habló claro- se inspiraron en la sociedad y desnudaron intereses egoístas, empresariales, mercatilistas, cuestionables.
Los Prisioneros, como lo acepta en esta entrevista Miguel Tapia, su único miembro constante, no imaginaban jamás que algo así sucedería. A ellos la vida las ha pasado también. Se encontraron en ese 1979, crearon juntos una banda única, y con sus letras e himnos impactaron a un continente entero desde 1984. Tuvieron varios desencuentros a nivel personal que los llevaron a separarse, de los que Tapia no fue protagonista. Por eso hoy, 35 años después de empezar, sigue tocando con Claudio Narea y sigue manteniendo contacto con Jorge González, una figura central que por cuestiones de salud no está en condiciones de subirse a un escenario.
Este renacer ‘prisionero‘ (que ya completa 10 años de gira con Narea y Tapia) se vivirá en Tunja el 18 de diciembre, en el marco del Aguinaldo Boyacense. Allá, los chilenos compartirán tarima con grupos de peso musical y simbólico como La Derecha y Aterciopelados. así como con Los Amigos Invisibles de Venezuela.
Sí, hará falta González, claro, pero ha dado su impulso para que Narea y Tapia toquen las tantas canciones que crearon juntos y muevan las fibras de sus cientos de miles de seguidores. Sobre marchas, música, Colombia y la vida, esto nos dijo Tapia, el ancla.
Han venido a Colombia varias veces, han hecho parte de la historia musical de Colombia desde su participación en momentos como el Concierto de Conciertos, cuéntenos de su relación con este país.
Mi relación con tu país es preciosa. Recuerdo cuando visitamos por primera vez Bogotá, en ese "Concierto de Conciertos" del año 1988. Como músicos, como personas, te digo con toda franqueza, quedamos enamorados yencantados. Nos trataron muy bien, siempre, desde ese primer día en el 88 hasta diciembre pasado (2018), cuando pasamos por última vez. Colombia nos ha dejado los mejores recuerdos, es un país y una gente que quiero mucho y por eso estamos muy contentos de regresar. Y será a una fiesta maravillosa en la ciudad de Tunja. Tocaremos el 18 de diciembre, pero todo empieza el 16 y va hasta el 22, será muy bonito.
Primera vez en Tunja, ¿verdad?
Así es, en Tunja no habíamos estado. De hecho, te puedo hacer una lista de todas la ciudades y lugares de Colombia que hemos visitado, la conocemos mucho. Pasto, Manizales, Pereira, Armenia, las ciudades grandes también, repetidas veces. El año pasado tocamos en Bogotá y otras ciudades y, al terminar, me quedé una semana más en Cartagena de Indias, que no conocía. Maravillosa fue, quedé alucinado, hace mucho quería conocerla. En Colombia, además, tengo amigos muy queridos, gente con la que mantengo en contacto, así que me evoca muchísimo cariño y amistad.
Parece ser que en las marchas que tienen lugar en Chile, en Colombia, el arte es lo único que puede elevarlas sin teñirlas. ¿Cómo ve usted ese fenómeno?
Todo el arte, la pintura, la escultura, la música, el teatro... Sé que allá y acá también, en las marchas que se han hecho pidiendo justicia social para nuestros países, hay arte en todo lugar, hay gente que hace teatro, que sale tocando. Para nosotros ha sido increíble que, al día de hoy, canciones como ‘El baile de los que sobran‘ sean parte de una expresión social. Fueron canciones que escribimos cuando teníamos 20 años, éramos muy jóvenes. Y cuando la hicimos pensábamos en que hiciera parte de un disco, jamás imaginamos que iba a trascender así en el tiempo.
El arte es súper importante, el arte junta, el arte es cultura, hace que tu cabeza piense, le sirve a tu imaginación. El arte es maravilloso, entra por el cuerpo, por los poros, te corre por la sangre. Yo no me imagino la vida sin música, y no lo digo como músico: es movimiento y energía maravillosa que viaja en el tiempo y queda en la gente. Con tan solo escuchar las primeras notas de una canción vuelves a tu niñez. Es mágico.
¿Qué relación guarda con Jorge González? ¿Se hablan?
Somos cercanos. Es una historia muy larga, pero somos cercanos. Me escribo con él; la semana pasada precisamente nos escribimos. En este momento está fuera de Santiago (a las afueras), y lleva unos seis meses haciendo un tratamiento muy interesante con base en cámaras hiperbáricas que, por lo que me ha dicho, le ha hecho muy bien. Jorge tuvo un problema cerebrovascular y tiene dañado su lado derecho. Le ha costado mucho, pero en este tratamiento ha recuperado su forma de hablar y eso es maravilloso.
Yo siempre he tenido un deseo de reunirnos, así sea para una entrevista para algún programa de televisión, pues hacer música juntos y viajar sería demasiado para él. Jorge no está en la capacidad de hacerlo, sería agotador. Está escribiendo algunos libros, en una etapa más de descanso, de recuperarse y de estar bien. Tocar e ir de gira sería incluso contraproducente para su salud. Pero mantengo contacto constante. Hace poco dio unas entrevistas en las que a Claudio (Narea) y a mí nos tiró muy buena onda. Nosotros hemos seguido tocando las canciones que tenemos de Prisioneros y es muy bondadoso de parte de él tirarnos buena onda y apoyar que sigamos haciéndolo. Si él estuviera totalmente bien tal vez estaríamos haciendo algo juntos, pero en este momento es complicado.
Llevan casi 40 años de vida artística juntos, de peleas, de triunfos, ¿qué lecciones le deja a Miguel Tapia haber vivido 40 años de Prisioneros?
La vida misma. Nosotros nos conocimos en el año 1979, en la secundaria (acá le llamamos Enseñanza Media). Formamos la banda en 1983/84 y grabamos nuestro primer disco, La voz de los 80. De ahí hasta el día de hoy, el camino largo, largo, ha significado muchos éxitos. Independiente de momentos buenos, de separaciones, de intereses distintos, de conflicto interno...
Nos hemos separado dos veces. Casualmente yo siempre he estado, como un ancla. En la primera etapa éramos los tres, Jorge González, Claudio Narea y Miguel Tapia; después tuvimos una separación, se fue Claudio y seguimos Jorge y yo durante varios años más, y luego nos separamos. Después, en 2001 nos reunimos los tres integrantes originales e hicimos dos conciertos gigantescos en en el Estadio Nacional de Chile, en Santiago, y tocamos hasta el 2005, más o menos, y nos separamos por segunda vez.
Luego, con Claudio nos reunimos en 2008/2009 más o menos. Él me invitó a tocar un par de temas juntos en un concierto pactado para un festival de rock de bandas solo chilenas. Así que fui y tocamos, y fue el gran titular del festival. "Tremendo fue que se reunieron dos Prisioneros a tocar", se decía. Fue una sensación, y eso significó que nos propusieran tocar en más lugares. Así empezamos de nuevo, cuando no teníamos la intención de hacerlo, y llevamos ya 10 años con Claudio y una gran banda con la que no hemos parado. La verdad, Alejandro, jamás pensamos que iba a ser tan grande. Esto se vive desde dentro y cuesta mucho dimensionar lo que pasa por fuera.
En vivo, desde su perspectiva, ¿hay canciones que enloquecen más a la gente o su concierto es una ola alimentada por ese montón de himnos que tienen?
Hacemos una parte "acústica", más íntima, porque hay muchas canciones y todas llevan para arriba. Si uno toca ‘Quieren dinero‘, si uno toca ‘We are sudamerican rockers‘, ‘Sexo‘, ‘Tren al Sur‘, ‘El baile de los que sobran‘, es un show que no baja nunca, pero nosotros sí tenemos que bajarle en un momento, y en eso está la gracia de nuestros conciertos. Subimos, bajamos un poquito la energía y luego reventamos. Son puros éxitos, es cierto, de principio a fin es no parar de corear los temas. Alguien nos dijo hace poco que era como un karaoke, porque no paras.
Usted toca batería, históricamente, pero aquí asume un nuevo rol...
Al principio del show hago batería, luego, de la mitad hasta el final, salgo al frente y canto las canciones.
¿Como músico, qué lo emociona estos días, qué escucha, qué recomienda?
Escucho mucha música de distintos estilos, mucho folclore de aquí en Chile, mucha música electrónica, pues siempre me gustó. Me encanta la música de los noruegos Royksopp y mucha música latinoamericana. Es muy amplio el abanico de influencias que uno tiene, pero me gustaría destacar lo importante que se ha vuelto la música latinoamericana en el mundo entero. De los ochentas hasta hoy creo que se vive un renacer, y eso es maravilloso, es un sello que nos identifica.
En muchos países el reggaetón es ‘perreo y fiesta‘, en Puerto Rico fue vehículo de resistencia, ¿qué opina de esa línea entre géneros y manifestaciones sociales?
Creo que no mucha gente se hubiera imaginado lo que pasó allá, viendo desde fuera. Pero me parece maravilloso y, sin duda, es parte de lo que logra la música ylo que hace el pueblo. La música une. Los Prisioneros lo prueba también. Que nosotros toquemos nuestra canciones con bandas y jóvenes que no habían nacido cuando las sacamos, pero las conoce, es impactante. Mucha música traspasa la barrera del tiempo. Y lo que pasó en Puerto Rico demuestra el poder de la música: es una sola, y su magia y su encanto es eso desconocido que tiene y que va más allá de nosotros.
Miguel, gracias por su música y saludos a Claudio y a Jorge también...
Cuando nos juntamos con Jorge, cuando hablo con Claudio, Colombia siempre aparece en nuestros recuerdos. Como te dije, es el país al que más cariño le tenemos por la manera en la que siempre nos ha recibido. Perú también nos quiere mucho y nosotros le agradecemos mucho a nuestros vecinos peruanos ese cariño. Pero a Colombia fuimos muy jóvenes y nuestra música, hasta el día de hoy, suena vigente.
ARTISTAS CONFIRMADOS PARA EL 64 AGUINALDO BOYACENSE
El evento, que se desarrolla desde 1955, cuenta con esta programación musical.
18 de Diciembre
Los Prisioneros Nerea y Tapia – (Chile)
Amigos Invisibles – (Venezuela)
La Derecha – (Colombia)
Aterciopelados – (Colombia)
19 de Diciembre
Jhon Alex Castaño - (Colombia)
Lalo Ebratt - (Colombia)
Jorge Celedón - (Colombia)
Pipe Bueno – (Colombia)
21 de Diciembre
Grupo Niche – (Colombia)
Cali y el Dandee – (Colombia)
Felipe Pelaez - (Colombia)
Jessie Uribe - (Colombia)
22 de Diciembre
Christian Nodal – (México)
Eddy Herrera – (República Dominicana)
Peter Manjarrés – (Colombia)
Puerto Candelaria – (Colombia)