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Abusos en el caso del inspector del Ejército, el general Olveiro Pérez, con soldados, vendrían desde el año 2022; estos son los chats
Varios militares se contactaron con SEMANA y se mostraron preocupados por retaliaciones que tome el oficial, ahora como inspector del Ejército, contra uniformados que se atrevieron a denunciarlo.


Crece la lluvia de críticas en contra del Ejército por el nombramiento del general Olveiro Pérez como inspector de la institución. El alto oficial fue blanco el año pasado de un escándalo tras las denuncias que hicieron varios integrantes de su esquema de seguridad, quienes señalaron que él y su esposa los ponían a hacer labores domésticas como lavar, trapear, cocinar, entre otras.

SEMANA conoció el testimonio de otros militares que estuvieron en su esquema de seguridad entre los años 2021 y 2022, y aseguraron que el general y su esposa, desde esa época, mantenían las mismas prácticas.
En varios chats en poder de SEMANA, con fecha de 2022, se puede leer cómo la esposa del general le da órdenes a un escolta para que vaya al supermercado y le compre lechuga, tres cebollas, huevos blancos, aguacate, maduro, una pechuga de pollo, entre otros alimentos.
“Traiga tamales, no hayacas, de la Olímpica”, se puede leer en otro chat en donde la esposa del general, según el militar, lo envió a hacer mandados al supermercado.
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Según los militares, el abuso de poder del general y su esposa llegaba a tal punto que la doctora, como le tenían que decir a la pareja del alto mando, porque si no le decían así se molestaba; usaba las tres camionetas, una (Nissan, una Ranger y una TX) y la moto del esquema de seguridad, asignadas al general, para ir a la peluquería o al centro de masajes al que asistía con frecuencia.

“Había que cumplir con esas labores domésticas porque si no, la señora y el general se molestaban. Yo me negué y terminé en una zona de alto conflicto armado, por orden del general, cuando era comandante del Batallón de Ingenieros”, denunció el militar.
“Uno no denuncia por miedo, porque ellos (los generales) tienen mucho poder, y si uno habla le hacen la vida imposible; tristemente, ellos se convierten en más enemigo de uno que la propia guerrilla”, manifestó el uniformado.
“La doctora nos hacía llegar a las 4:30 a. m. para mantenernos parqueados en el sótano y pasaban las horas y uno ahí sin hacer nada, o lo utilizaban para ir al supermercado a hacer compras. Ellos vivían en el Cantón Norte. Uno llegaba a las 4:30 pensando que ella tenía una cita importante y nada, pasaban las horas y se molestaba si alguno no estaba. Y cuando salía, todos los carros tenían que estar detrás de ella, las camionetas blindadas; éramos seis escoltas los que andábamos con ella”, manifestó.

De acuerdo con el militar, el general Pérez siempre estaba enterado de todo y se molestaba con el esquema cuando recibía quejas de su esposa, cuando los militares no acataban sus órdenes. “Los que no nos prestamos para eso terminamos trasladados a zonas de conflicto armado y hoy nos preocupa que ese general esté como inspector porque puede iniciar una persecución contra nosotros”, agregó el militar.
En chats, la esposa del general le ordenó que le comprara medias veladas. “Traiga esas y busque unas superveladas natural talla XL”, se lee en el chat.
Escándalo: soldado revela los malos tratos contra militares en casa del general Olveiro Pérez. Los ponía a lavar ropa
En 2024 estalló el escándalo que sacudió al jefe de Planeación y Políticas del Ejército, el general Olveiro Pérez, quien es señalado por varios militares que formaban parte de su esquema de seguridad, de utilizarlos para tareas domésticas y no para temas propios de militares.
SEMANA habló en exclusiva con uno de los militares, quien aseguró que fue testigo directo de las órdenes que le daba la esposa del general, la señora Patricia, a los soldados profesionales para que lavaran la ropa, barrieran la casa y asumieran los trabajos domésticos del hogar del general Pérez.
“Por dar esta entrevista temo por mi vida, porque el general es muy rencoroso en estos temas”, aclara el militar, quien en el Ejército se desempeñó como soldado profesional y hoy— a raíz de esta situación— se encuentra en Bogotá, a la espera de nuevas órdenes y con miedo de ser enviado a una zona de guerra como represalia por haber hecho la denuncia.