“He visto al presidente Duque solo tres veces en toda mi vida. Lo conocí porque su papá era un buen amigo de mi papá”

JUDICIAL

Exclusivo: “A mi hermano el Ñeñe lo mandaron a matar”

José Gregorio ‘Goyo’ Hernández da su versión a SEMANA sobre la muerte de su hermano y sobre las acusaciones judiciales y políticas que les han caído.

18 de julio de 2020

SEMANA: Usted y su hermano muerto están señalados de haber hecho aportes ilegales a la campaña de Iván Duque en el Cesar y en La Guajira. 

Goyo Hernández: Eso no es verdad. Ni mi hermano ni yo trabajamos en esa campaña. A mi mamá y a nosotros nos emocionaba que el hijo de un buen amigo de mi papá llegara a ser presidente. Mi papá era un hombre de grandes relaciones a nivel nacional y en nuestra casa se alojaban personajes de la talla de Rodrigo Lara Bonilla, Carlos Ossa y Augusto Ramírez. Otro de sus amigos fue Iván Duque Escobar, el padre del presidente. Y fue por él que conocí en una ocasión a su hijo, en 1995, cuando vinieron a Valledupar. Fuera de eso solo volví a verlo cuando llegó de candidato 23 años después. 

SEMANA: En los audios parecería que usted sí colaboró económicamente de alguna forma. 

G.H.: No. Yo mandé a poner dos pancartas en San Juan (La Guajira) y unas calcomanías para carros cuando Duque era precandidato del Centro Democrático. Lo hice como un homenaje a la memoria de mi papá. Pero después, cuando ya era candidato oficial, no nos llamaron ni nos pidieron nada. 

SEMANA: Eso no cuadra en la conversación grabada, en la que se habla de 1.000 millones de pesos y se habla de que hay que “pasarlos por debajo de la mesa”. 

G.H.: Si ustedes escuchan con detenimiento esa grabación verán que mi hermano no dijo eso. Lo que dijo es: “Hay que conseguir…”. Eso es muy diferente a decir yo pongo, yo daré o yo tengo. Ñeñe era hablador, le gustaba dar la impresión de que podía con todo, pero a la hora de la verdad estoy seguro de que no puso un peso. Además porque nadie le pidió, y a él no le gustaba botar plata en política. Su mundo eran los negocios. 

SEMANA: Lo de la plata lo definirá la justicia. Pero también su hermano está acusado de nexos con el narcotraficante Marquitos Figueroa. Por eso hay no solo un proceso de extinción de dominio, sino también una investigación por homicidio contra ambos. ¿Cómo era esa relación entre ellos? 

G.H.: Esa relación no existió y esa acusación de homicidio es un montaje. Lo que sucede es que hay dos personas, Carlos Rodríguez y su abogado Miguel Ángel del Río, que quieren quedarse con los bienes de mi hermano muerto como reparación. Para eso se han inventado un testigo falso para vincular a mi hermano con el homicidio del hijo de Rodríguez. Han logrado darle bombo a ese proceso valiéndose de los enemigos de Uribe y de Duque, y poniéndole el nombre de Ñeñepolítica que algunos periodistas han comprado sin investigar ni ir al fondo del asunto. Aquí la prensa se ha dejado utilizar. 

SEMANA: Su hermano sí le debía una plata grande a Carlos Rodríguez. Es por eso que lo asocian con el asesinato del hijo. 

G.H.: Falso. Nunca le ha debido. Carlos Rodríguez le prestó un dinero a un conocido de mi hermano. El tipo al parecer nunca le pagó y Rodríguez se encaprichó con que Ñeñe tenía que responderle por esa tercera persona. Llegó a usar como oficina de cobro a los Rastrojos, que incluso retuvieron una vez a mi hermano. Esa es la verdad, la teoría de que eso lo hizo Marquitos por pedido del Ñeñe es totalmente falsa. 

SEMANA: ¿Su hermano no tuvo nada que ver con el asesinato del hijo de Carlos Rodríguez? 

G.H.: Absolutamente nada que ver. Mire, las 20.000 horas de grabaciones no tienen una sílaba que incrimine a Ñeñe con homicidio alguno. ¿No le parece raro? Puede que haya habladurías de política, de plata, pero nada sobre ese asesinato. Eso debería aclarar todo. Para mí lo que es evidente es que Carlos Rodríguez y Del Río quieren plata, y algunos periodistas y políticos quieren fregar a Duque y a Uribe montándose en esa mentira. Y se aliaron, pero cada cual está en lo que le interesa. Eso sí, en caso que algo le pase a alguno de mi familia, que se sepa que es obra del mismo Carlos Rodríguez y su combo. 

“En las 20.000 horas de grabaciones no hay una sola referencia a un asesinato”

SEMANA: ¿Entonces para usted quién mató al hijo de Carlos Rodríguez? 

G.H.: Rodríguez no es un santo. Fue extraditado y condenado a cárcel en Estados Unidos. Él ha sido agiotista y su sastrería era una venta de dólares. Averigüen por qué lo condenó la Justicia norteamericana. Usted entiende que a un personaje así le sobran enemigos. 

SEMANA: Su hermano no solo está investigado como cómplice de ese homicidio, sino que está acusado concretamente de ser testaferro de Marquitos Figueroa. 

G.H.: Lo niego de punta a punta. Vea, Valledupar es el epicentro de una región muy activa de varias poblaciones importantes. La familia Figueroa es de Fonseca, sur de La Guajira, a una hora de Valledupar, mi familia es conocida y la de él también. Distingo a Marquitos, pero jamás ni mi hermano ni yo hemos tenido negocios con él. Y menos un acuerdo criminal. Mi hermano y yo trabajábamos juntos en el negocio de cría, engorde, compra y venta de ganado, desde mi papá, ese es el origen de nuestro patrimonio. 

SEMANA: La Fiscalía ha extinguido 1,2 billones de pesos titulados a su hermano y a Armando Gnecco. Para eso hay que vender muchas vacas.

G.H.: No lo ha extinguido. Abrieron un proceso de extinción, que es distinto. Y lo que pasa es que suman a la loca, sin rigor, para causar titulares escandalosos. Por ejemplo, entre lo incautado hay 5.000 reses que eran propiedad de la empresa Nutresa, que pastaban en tierras de mi hermano. Pero además revuelven a mi hermano con Armando Gnecco, pero ni su caso, ni los negocios ni los patrimonios de los dos tienen nada que ver. Eso pasa porque el testigo fabricado contra mi hermano también es testigo contra Gnecco en su caso, y al tener en común a un único testigo tratan de articular los dos casos. Por ahí es que se les va a caer el montaje, porque eso no compagina, son dos casos muy diferentes y a la Fiscalía le va a quedar muy fácil verlo. 

SEMANA: Entendemos que usted defienda a su hermano. Pero hay que tener en cuenta que en el proceso de la Fiscalía hay un asesinado a cuyo padre él le debía plata y un patrimonio exorbitante para un ganadero. 

G.H.: Ya le dije claramente que no le debía. Hay un audio de ellos dos publicado en eltiempo.com que lo prueba. Toda esa novela ha sido un montaje creado por los señores Carlos Rodríguez y Miguel Ángel del Río. Lo único que pedimos al fiscal general y a las autoridades es que no coman cuento de titulares y escándalos politiqueros y vayan al fondo, que investiguen muy bien, para que salga todo. Estamos seguros de que eso nos devolverá la paz y limpiará la honorabilidad de mi familia. 

SEMANA: ¿Por qué no ha denunciado esto ante las autoridades? 

G.H.: Todo fue denunciado. No hemos hecho otra cosa desde 2010. Denunciamos la extorsión de los Rastrojos, que retuvieron a Ñeñe mandados por Carlos Rodríguez, también los atentados a tiros a mi mamá, a quien hasta le trataron de incendiar su vivienda y después le tiraron una granada al gas de la casa, hasta el asesinato de mi hermano en Brasil. Ahí están todas las denuncias en Fiscalía y no han hecho nada, si hubieran hecho tal vez José Guillermo estaría vivo. 

SEMANA: Sus respuestas dejan claro que usted y su familia no creen en la versión de que su hermano murió accidentalmente en un atraco en Brasil para robarle un reloj. Entonces, ¿quién lo mató? 

G.H.: Le voy a contestar lo mismo que le dijo mi mamá a la Fiscalía el 14 de julio: nosotros creemos que lo mandaron a matar. Y el único enemigo que él tenía era Carlos Rodríguez. 

“He visto al presidente Duque solo tres veces en toda mi vida. Lo conocí porque su papá era un buen amigo de mi papá”

SEMANA: ¿Ha hablado usted sobre este tema con el presidente Duque? 

G.H.: Yo no sé ni a dónde llamarlo. He hablado con el presidente tres veces en mi vida: a los 19 años y después lo saludé rápido dos veces como candidato. Lo considero mucho y siento vergüenza con él porque las imprudencias e inmadureces de Ñeñe fueron utilizadas para irrespetarlo. Una cosa muy injusta. Al presidente le deseo éxito por el país y por la memoria de mi papá y del doctor Iván Duque Escobar. 

SEMANA: ¿Pero sigue siendo uribista y duquista? 

G.H.: Soy es conservador, ¡como mi papá! Pero no tengo que ver con política. Calcule… si algo de esto fuera cierto mi hermana –una abogada muy preparada– no llevaría más de cinco años desempleada… ¿No le parece? ¿Cuál es la cercanía entonces?