Nación
Alerta en Putumayo: grupos armados intervendrían en elecciones atípicas
La Registraduría se unió a las preocupaciones por las condiciones de orden público en Putumayo, donde las disidencias tienen una guerra por el control territorial.
El domingo 23 de febrero se realizarán las elecciones atípicas de gobernador en Putumayo y de alcalde en Puerto Guzmán. De acuerdo con las autoridades, la jornada se llevará a cabo en medio del conflicto que sostienen las disidencias de las Farc por el control territorial y de las economías ilícitas.
El riesgo en la seguridad es una gran probabilidad y el registrador nacional, Hernán Penagos, pidió medidas de protección al Ministerio de Defensa por la posible intervención de grupos armados ilegales en las votaciones y a la eventual instrumentalización de los ciudadanos por parte de los mismos actores.
“Diferentes autoridades han advertido sobre dificultades en materia de seguridad y orden público en el departamento. Se hace necesario la actuación determinante de la fuerza pública para garantizar no solo el derecho al voto, sino el derecho al voto libre”, afirmó el funcionario este jueves, 30 de enero.
Él agregó que la jornada electoral de Putumayo será la prueba de fuego para el ejercicio del voto libre en Colombia. En el radar no solo está la elección del gobernador de Putumayo y del alcalde de Puerto Guzmán, también las presidenciales y legislativas programadas para el primer semestre de 2026.
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“La Registraduría garantiza elecciones transparentes e íntegras, y una logística electoral impecable, pero también las demás entidades del Estado deben proveer, conforme a sus competencias, que podamos llevar a cabo estas elecciones y las que debamos realizar en el futuro sin ninguna dificultad”, afirmó Penagos.
¿Qué está pasando en Putumayo?
Tal como lo ha reportado SEMANA, el frente Carolina Ramírez del autodenominado Estado Mayor Central de las Farc, comandado por alias Iván Mordisco, batalla en contra de los comandos de frontera de la Segunda Marquetalia de alias Iván Márquez en las montañas de Putumayo.
El interés de los delincuentes es tomar el control del mercado de la cocaína, los pasos hacia Brasil y convertirse en el principal actor ilegal de la región. Esa batalla ha dejado un sinnúmero de muertos y múltiples crímenes desconocidos por las autoridades por las críticas condiciones de seguridad.
La guerra se ha extendido hasta el departamento del Caquetá, donde las disidencias de las Farc tienen amplio despliegue y atormentan a los ciudadanos con el cobro de extorsiones -hasta los mandatarios locales deben entregar altas sumas de dinero para poder gobernar y ejecutar los planes de desarrollo-.
Una de las escenas más horrorosas de esta confrontación ocurrió a finales de 2024, cuando los comandos de frontera empalaron la cabeza de uno de los comandantes de escuadra de las disidencias de las Farc y la exhibieron ante la población civil como un signo de poder en el territorio.
Los crímenes abundan. Uno de los campesinos narró la situación a SEMANA: “Acá hay muchas fosas llenas de cuerpos. Entierran a menores y a adultos. Todo el mundo lo sabe, pero acá nadie habla. Esto ya no se llama Putumayo, se llama Putumayojistán. La gente que vive acá soporta mucho”.
