VENEZUELA
Álex Saab: la historia del avión privado, sus estrafalarios regalos y el pony de sus hijos. Capítulo del libro de Gerardo Reyes
‘El expreso bolivariano’ del libro ‘Álex Saab’, publicado por Planeta, está lleno de detalles de la vida más íntima del polémico empresario barranquillero que acaba de ser liberado por el gobierno de Joe Biden.
Por Gerardo Reyes*
Álex Saab y Álvaro Pulido ya no tenían que apretujarse con los pasajeros de Avianca en los vuelos repletos de Bogotá a Caracas. Gracias a los ríos de dinero que anegaban sus cuentas, ahora disfrutaban del primer avión de la que sería una lujosa flota aérea corporativa. En noviembre de 2012, Pulido compró el Lear Jet de matrícula americana N-72LJ, que se convirtió en el expreso de la empresa para la ruta Bogotá-Maiquetía. Sin equipaje, solamente con maletines y tabletas a la mano, los pasajeros salían en la noche del domingo a Caracas y regresaban el viernes en la tarde a pasar el fin de semana en Bogotá. Además de los patronos, viajaban dos o tres directivos de Fondo Global, ingenieros y arquitectos colombianos.
Otros viajeros frecuentes del expreso bolivariano:
• Miguel Alberto Perilla Gómez, gerente de una de las empresas del dúo colombiano. Personaje de mala recordación para algunos de los miembros de la organización por el fracaso del proyecto que promovía un complejo turístico y de vivienda en el departamento de Santander, en el que varios de ellos invirtieron miles de dólares y no recibieron nada a cambio.
Tendencias
• Iván Caballero Ferreira, operador de Saab y directivo de varias empresas de Panamá en las que figuraba al lado de los hijos de Pulido.
• Luis Sánchez Yánez, conocido de autos. Operario venezolano ecuatoriano acusado y luego sobreseído de cargos de lavado de activos en Ecuador por el caso de Fondo Global de Construcción.
• Adrián Perdomo, exejecutivo de banco, asesor en tramitación de divisas Cadivi.
• Carlos Rolando Lizcano Manrique, el empresario colombiano que se convirtió en ministro de Alimentos de la organización Saab.
En la entrevista telefónica citada en capítulos previos, Pulido me explicó que en un momento fue necesario comprar un avión “porque nosotros cuando arrancamos el proyecto llevamos casi 20 y pico de ingenieros que nos ayudaron en los proyectos de nosotros allá, en el proyecto de montar ya las viviendas. No había aviones, en Avianca, para ir y conseguirles vuelos y por consiguiente yo tenía ese, ese avión que se sacó cuando estaba el combustible barato en Venezuela”. Algunas fuentes sostienen que las primeras señales de la naciente empresa de construcción de Saab y Pulido parecían convincentes: se veía movimiento de maquinaria en los terrenos asignados, se abrían campamentos de construcción y la contratación de personal aumentaba cada día.
No podían quejarse Saab y Pulido de cómo se despejaba el futuro para consolidarse como los grandes operarios de la revolución bolivariana. A finales de 2012, Carlos Malpica, una ficha clave del ajedrez chavista y asiduo visitante de los chats del celular de Saab, fue nombrado director general de la Presidencia de la República; en marzo del año siguiente Chávez designó a Maduro como presidente encargado y un mes después fue juramentado como presidente en propiedad. Uno de sus primeros anuncios de obras públicas fue la construcción de 30 “gimnasios de paz” en áreas deprimidas del país, como reacción al aumento de la delincuencia juvenil.
Se conocieron como gimnasios verticales por su forma cúbica de tres a cinco pisos. Una vez más la empresa escogida para su construcción estaría integrada por la dupla Saab-Pulido con una ventaja adicional para los constructores: la coordinación oficial de las obras estaría bajo el control de Propatria 2000, una entidad que fue adscrita al despacho de Maduro y presidida, a partir de diciembre de 2015, por Walter Gavidia Flores, hijo mayor de Cilia Flores. Para quienes deseen conocer en detalle –este proyecto que quedó a medias– recomiendo el exhaustivo trabajo de un equipo internacional de periodistas liderado por las reporteras Johanna Osorio Herrera y Nadeska Noriega Ávila. El contrato de 420 millones de dólares se le adjudicó al Consorcio Estructuras Mecánicas Modernas en el que Álex Saab participó. En lugar de estimular la práctica del deporte, “la realidad es que el proyecto ha beneficiado más a la red de empresas involucradas que a las comunidades”, concluyó el informe periodístico.
Mientras Saab amasaba millones, su hijo Shadi Naín empezaba a darle rienda suelta al sueño de triunfar en Hollywood. Debutó como actor de reparto en 2015 en la película The Italian, en la que hizo de asesino, y en 2016 protagonizó King of LA, la historia del “hijo de un capo de la droga colombiano que escapa a Estados Unidos para empezar su propio reino del terror”. Lo que podría ser un guion de misterio es cómo ingresó a Estados Unidos teniendo en cuenta que la Embajada en Colombia les negó la visa de turismo a sus dos hermanos en marzo de 2016.
Emmanuel Enrique Rubio González, el hijo mayor de Pulido, nacido en 1989, se daba también la gran vida. El reportero de Univisión Investiga, Juan Cooper, le seguía los pasos. A principio de 2017, Emmanuel pasaba la mayor parte del tiempo en Miami, donde alquilaba un apartamento en Brickell mientras esperaba la entrega de un penthouse en el edificio SMA Residences Condo por el que pagó $3,6 millones de dólares en agosto de 2018. Emmanuel celebró en 2015 sus 26 años esquiando en el refugio alpino de Courchevel, Francia, al lado de su novia, la modelo colombiana Melissa Giraldo. Ese día escribió en sus redes sociales: “26 años, parecen más por todo lo vivido y aprendido de la vida, solo puedo dar las gracias”.
Una de las fotos que ayuda sin palabras a describir lo que había aprendido de la vida, se la tomó en un salón de degustación de un viñedo de California junto a Giraldo. Es una selfie fríamente calculada para que se vea en primer plano un reloj Richard Mille RM 011 Lotus-Romain Grosjean que puede costar unos 275 mil dólares. En otras fotos se le ve posando en la cabina del Lear Jet 280 del papá, en el Gran Prix de Montecarlo y a bordo de costosos yates. Emmanuel y su propiedad en Miami están en la lista negra de la OFAC desde julio de 2019. El joven aparece con pasaportes de Colombia y Venezuela.
Su padre, Álvaro Pulido, mantenía entonces una relación sentimental con la colombiana Adriana Martínez Rodríguez, a quien también le confió negocios importantes del conglomerado en expansión. Martínez, unos doce años menor que el empresario, asumió el control en Colombia de Expel Management S. A. S., la empresa que reemplazó al Fondo Global de Construcción. En mayo de 2014, los accionistas del Fondo cambiaron el desprestigiado nombre por Expel Management, hoy en liquidación. La Unidad Investigativa de El Tiempo reportó a finales de 2020 que otra empresa manejada por Martínez (Vram Holdings S. A.) “ha despertado interés de la justicia de Estados Unidos por sus nexos con Álex Saab”. Martínez le dijo al diario que es legal. “A partir de la relación que sostuve con Álvaro Pulido, han pretendido censurar los negocios de las empresas, situación injusta porque no las pueden censurar por el simple hecho de que se hayan ejecutado con Venezuela”, afirmó Martínez.
Pistola a Barranquilla
Durante los años de su primera gran bonanza, Saab parecía libre de compromisos matrimoniales. La relación con su esposa, Cinthya Certain, empezó a deteriorarse desde mediados de 2012. Amigos de la pareja coinciden en que la riqueza intempestiva desató en Saab un desenfreno por las mujeres. Habían escuchado a Certain quejarse de que el empresario volcaba toda su energía en el trabajo y la atención de sus hijos y que ella quedaba relegada a un segundo plano. Decía que en la cultura árabe la esposa siempre es ninguneada.
En sus ratos de ocio, Saab se dedicó a las relaciones fugaces con modelos internacionales, a quienes alojaba en suites de cinco mil dólares diarios de hoteles de París. Viajes en aviones privados, automóviles de lujo, invitaciones a los restaurantes más costosos y exclusivos del mundo eran parte de las tácticas seductoras del magnate bolivariano. En Colombia, un personaje de la farándula le conseguía jóvenes prepagos muy atractivas cuyas fotografías mostraba orgulloso. Mientras el matrimonio se mantenía en un estado de crisis latente, Certain, la madre de sus tres hijos, se mudó con ellos a París a una casa grande alquilada a las afueras de la ciudad. Saab se compró un Maserati y a ella le regaló un Rolls Royce y le asignó un chofer peruano. La opulencia se hizo contagiosa. Cuando Shadi Naín, su hijo mayor, cumplió 16 años, pidió también un Maserati, pero el papá le regaló un Porsche negro. Shadi se resintió. “El niño estaba histérico porque quería un Maserati como el del papá”, recuerda un amigo de la familia. “Estaba furibundo y llorando. Recuerdo haberle dicho a la mamá, qué horror, parece mafioso, yo le zamparía una cachetada”. La misma persona dijo que Saab les daba a sus hijos “500 euros a cada uno para que se fueran de compras con los amiguitos”.
A Certain no le hacía falta nada, salvo el esposo que solo la visitaba en París un par de veces al mes. Se distraía tomando cursos de cocina en el Cordon Bleu y viajando. En esos años su página de Facebook parecía un folleto de una agencia de viajes. Paseos a Italia, España, Grecia, Marruecos, Tailandia, llenos de selfies sin marido, siempre sola o con su hijo menor. En 2014, la esposa solitaria describía las virtudes de un buen ser humano: “No es la altura, ni el peso, ni la belleza, ni el título o mucho menos el dinero lo que convierte a una persona en grande. Es su honestidad, su humildad, su decencia, su amabilidad y respeto por los sentimientos e intereses de los demás”.
Para una persona que no oculta su alto grado de autoestima y que continuamente se ufana de asumir los retos de la vida “con la frente en alto”, la indiferencia de la persona que más quería fue un golpe difícil de superar. Certain cree que ella es una mujer diferente que no pasa inadvertida, como se lo explicó a un conocido: “Donde yo llego todo el mundo me nota. Pero no es porque yo sea prepotente, no es por la belleza, yo puedo estar con alpargatas, un jean roto, una camiseta y una mochila de esas de indio, igual no paso desapercibida porque es algo que sé que yo transmito. Es como una energía que transmito que es lo que llama la atención de las personas”.
Con sus cuentas bancarias llenas, Saab estaba eufórico y quería terminar el frustrado proyecto de su casa en Barranquilla. En junio de 2011, el Banco Colpatria Multibanca había embargado la propiedad en Lagos de Caujaral por una deuda de más de dos mil millones de pesos. Saab tuvo que devolver la casa en obra negra y el terreno en dación en pago. Para resucitar el proyecto, llamó al arquitecto Virgilio Sierra que lo había comenzado y le dijo que empezaran de nuevo “con todos los hierros”. Esta vez solo quería agregar un detalle a la entrada de la casa: una estatua de bronce de una mano haciendo pistola a toda la ciudad de Barranquilla “para joderlos”. Saab estaba resentido con los barranquilleros que le voltearon la espalda en su época de vacas flacas. Sierra se negó al capricho. “Estás loco, ¿cómo se te ocurre?”, le dijo. Poco a poco la gente de Barranquilla se enteraba de los nuevos negocios del comerciante que regresaba al redil. Un amigo de Saab recuerda que se enteró de que había abierto una tienda de ropa en la isla de San Martin con el apoyo de un chef francés que vivía en Barranquilla.
Certain entendió que Saab se movía en un mundo al que no estaba invitada. Nunca le pidió que lo acompañara a Venezuela. Se debía limitar al cuidado de los niños. En medio de ese rechazo, empezó a sospechar de la infidelidad de Saab y para salir de dudas contrató a un detective privado en París que le confirmó las historias de las modelos que alojaba en los hoteles fastuosos de la ciudad. Al revisar la tarjeta American Express lo pudo constatar. “Ella me decía que era un enfermo, que estaba adicto a las putas”, contó el amigo de la pareja. Lo que no sabía Certain es que Saab, que siempre fue celoso, se enteró de que ella tenía un amante. La confrontación llegó a un punto insostenible. Certain abandonó París a finales de ese año con su hijo menor Isham, que se convertiría en el motivo de una batalla sin cuartel de Saab para quitarle su custodia.
En 2013, Saab compró dos apartamentos en el edificio Bellagio de Barranquilla, una construcción de 24 pisos en una zona de estrato cinco y seis donde Shakira tiene un ‘penthouse’. Uno de los apartamentos sería para él y sus dos hijos mayores y otro para Certain e Isham. En su obsesión por complacer al hijo menor que no podía recuperar, Saab llegó al extremo de llevarle un pony de regalo al apartamento del Bellagio. Los residentes del elegante edificio primero pensaron que solo sería para una fiesta de cumpleaños y quizá por eso no protestaron cuando el animal se cagó en el lobby, pero el caballito llegó para quedarse. Sería la mascota de Isham. Hasta que los vecinos dijeron que ese tipo de animales no aparecía en el reglamento comunal y lo despidieron. Mientras Certain desocupaba la casa de París, Saab viajaba desde Caracas los fines de semana para ver a sus hijos en esa ciudad. Se alojaba en una suite del Hotel Plaza Athenee, que cuesta 5 mil dólares la noche.
El acuerdo de vivir en el mismo edificio de Barranquilla no funcionó. Un día, durante uno de los fuertes altercados con Certain, Saab cerró ambos apartamentos, uno de los cuales estaba en obra para construir una habitación extra. Cuando la marea se calmó, le compró a Certain un ‘penthouse’ en Bogotá, pero una nueva pelotera dio al traste con el proyecto. Las lámparas de baccarat que ella había comprado en París, muebles de Fendi, la cocina nueva, “todo quedó ahí tirado”, recuerda un amigo de la familia. Certain regresó a París con el hijo menor.
Saab empezó a culpar a Certain ante sus hijos y sus amigos de la separación. Certain respondía que cuando un matrimonio no funciona es responsabilidad de ambos, aunque no negó su infidelidad. Algunos amigos de la pareja tomaron partido por Álex. Una persona que llegó a conocer a Saab pese a su introversión me dijo que la historia de su amigo se divide en dos, una antes de la separación, cuando era un tipo modesto, un poco agarrado, servicial, dedicado a su familia y a sus negocios, y el Saab ya separado que empezó a comportarse como un nuevo rico. Ese Saab tiene a su vez dos formas de ser con los amigos, explicó uno de ellos. “El tipo de pronto un día te puede regalar un carro si le da la gana. Pero si tú le dices te quiero comprar un carro, te lo va a tratar de vender tres veces por lo que vale. Te lo va a negociar, se va a poner inflexible, se va a poner duro y le sale el árabe. Se vuelve un negociante automáticamente. Pero si a ese mismo Álex le dices que no quieres negociar, sino que se lo quieres pedir, te lo puede regalar sin ningún problema”.
En sus redes sociales, Certain disparaba mensajes casi simultáneos de desprecio y amor, pero en ambos casos con destinatario anónimo. En uno escribió su propia definición de maricón: “¡No es el hombre que está con otro hombre, sino ese idiota que se cree el muy macho hablando mal de las mujeres habiendo nacido de ellas!”.
En otros deslizaba mensajes románticos de ausencia: “Amorrrrrrrrrr mío, ¿dónde estás?”. En noviembre de 2016 decía: “Yo aquí esperándote” y en otro “Solo los dos sabemos la falta que nos hacemos”. Los mensajes alborotaron el chismorreo en Barranquilla de que Cindy Certain estaba de amante de su chofer en París o quizá de su entrenador italiano del gimnasio o del detective que descubrió las infidelidades de su marido. El amigo de la familia me comentó que por lo menos descartara al chofer porque se trataba de un señor de unos 64 años.
“Yo creo que él [Saab] sufrió más que Cindy en ese cacho mutuo”, comentó un amigo.
Aero Saab
La flota de aviones de Saab y Pulido creció en 2013 con la compra de dos Gulfstream 280 cero millas a General Dynamics. Fueron adquiridos con créditos de un banco suizo y de una financiera panameña. Algunos de los pilotos ejecutivos de Venezuela y Colombia que tripulaban los aviones empezaron a preguntar quiénes eran estos tipos que podían darse el lujo de comprar aeronaves de 28 millones de dólares cada una. “Una de las cosas curiosas es que no aparecían por ningún lado cuando buscábamos y cuándo preguntábamos nadie los conocía, ni a Álvaro Pulido ni a Álex Saab”, me comentó uno de los expilotos de la flota. Sin embargo, los representantes en Venezuela de Dynamics, fabricante de los aviones Gulfstream, sí sabían quiénes eran. Pulido y Saab pasaron los exámenes de diligencia debida (due diligence) de la empresa y se convirtieron en sus mejores clientes en Venezuela. Para llenarse de tranquilidad de que estaban trabajando con gente honrada, los pilotos se consolaban entre ellos diciendo que si Dynamics les había dado la bendición y el fabricante, Falcon, enviaba vendedores a Venezuela para hacerles demostraciones de sus aviones, pues no había nada que temer. “Estamos bien, la empresa es limpia, no había ninguna prevención”, comentó el expiloto.
En los primeros años de la gran bonanza, Pulido actuaba como “jefe”. Saab estaba en un segundo renglón. La mayoría de los empleados de base de la empresa eran venezolanos, pero a nivel ejecutivo los jefes colombianos preferían a su gente. “Los venezolanos casi nunca estaban en la plana mayor ni tenían acceso a cuentas ni nada”, me dijo un venezolano que trabajó en estos años con los empresarios. “Ellos [Pulido y Saab] eran muy cerrados, muy regionalistas”.
Luego de que la Selección Nacional de Colombia clasificó para el Mundial de Fútbol de 2014, Saab y Pulido organizaron un gran paseo a Brasil, sede del evento, con empleados de la empresa. Alquilaron casas para ellos y se llevaron con todos los gastos pagos a varios ejecutivos de Fondo Global que se alojaron en hoteles de Copacabana. “Por eso es que ellos gozaban del cariño y respeto de todos los empleados, porque eran unos tipos tranquilos, apoyaban a la gente”, comentó un exempleado. La misma fuente sostuvo que los empresarios rentaron un avión Embraer Legacy para llevar también al Mundial a los hijos de Cilia Flores, la primera dama de Venezuela, lo que estrechó aún más el aprecio de la familia presidencial por los encantadores empresarios colombianos. No hay que olvidar que, según el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, desde 2011 Saab les había dado un contrato a los tres hijos de Cilia, Walter, Yosse y Yoswal y a su primo Carlos Erica Malpica para preparar los terrenos de construcción de viviendas en el Estado Vargas.
Una docena de pilotos, en su mayoría venezolanos, algunos de ellos exoficiales de la Fuerza Aérea de ese país, operaba la flota de aviones ejecutivos. Varios se asentaron en Florida y crearon compañías sin preocuparse de que el gobierno de Trump estaba cerrando cada vez más el cerco a sus patronos. Los aviadores descansaban en el Estado del Sol de sus largas jornadas de vuelo, hacían compras y gozaban de la comida internacional de la ciudad, lejos del caos, la escasez y la improvisación de la Caracas bolivariana. También sacaron provecho de la facilidad con la que se pueden registrar sociedades en este estado. Uno de los pilotos de confianza de Saab, David Valdemar Faraco Heredia, con licencia de Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA), registró como dirección una calle de casas de serie (townhouses) de Kissimmee, Florida. Faraco, nacido en Valencia en 1979, fundó en septiembre de 2016 la empresa Fenix Air Services Corp. en West Palm Beach, junto con su amigo Eduardo Rollín, exaviador de combate de la Fuerza Aérea Venezolana. Al mes siguiente creó en Panamá Altair Jets Corp. con su esposa Yelitza Cristina Gil Boscán. Altair Jets se convirtió en la firma operadora de la flota de Saab, incluyendo el avión más costoso y preciado del empresario, un Bombardier Global Express 500 con el que dio varias vueltas al mundo y en el que fue arrestado en Cabo Verde en junio de 2020. Faraco y Rollín pilotearon este avión y otros de la flota varias veces. Al momento del arresto de Saab a bordo del Global Express, en la cabina estaban el piloto Francisco J. Velásquez y el copiloto Alan Scott Ardenko. Ambos fueron después detenidos en Venezuela e interrogados bajo la sospecha de que habían reportado la ubicación de Saab.
El Global Express es quizás el avión más caché de la aviación ejecutiva. Con una autonomía suficiente para hacer un vuelo sin escalas entre Caracas y Teherán y equipado con los mejores juguetes de comunicación y entretenimiento a bordo, puede costar entre 50 y 60 millones de dólares. El lujoso aparato fabricado en 2006 fue registrado en San Marino en abril de 2018 con matrícula T7-JIS. Anteriormente operaba con matrícula estadounidense. Pertenecía a una compañía aseguradora de Estados Unidos. Con la ayuda del portal Bellingcat, Armando.info reconstruyó la bitácora de esta y otras aeronaves de la flota Saab-Pulido alrededor del mundo. Los periodistas encontraron visitas a Rusia durante el mundial de fútbol de 2018, vuelos a Turquía, Irán, México, Grecia, República Dominicana, Antigua, Barbuda y Colombia.
Al compañero de cabina de Faraco, Eduardo Enrique Rollín Méndez, también le encantaba Florida. Se instaló con su esposa de origen italiano en Palm Beach Gardens y aparte de la empresa que compartió con Faraco, también incorporó Torfortte LLC en enero de 2016. Los registros públicos reflejan que Rollín tiene asignado un número de seguro social de Estados Unidos. La ley prohíbe a ciudadanos o residentes legales de este país suscribir cualquier tipo de contratos con personas o entidades sancionadas por la Oficina de Control de Activos del Tesoro (Ofac) a menos que el organismo haya expedido una licencia autorizando la transacción.
A mediados de agosto de 2020 le escribí a Rollín a su correo electrónico para conocer sus experiencias junto a los empresarios colombianos. A las pocas horas tuve respuesta y negó de entrada que fuese piloto de Saab “como los chismes me catalogan”, pero aclaró que había piloteado vuelos privados en los que el empresario colombiano o su familia iban de pasajeros. “Si la memoria no me falla […] lo volé un par de veces en ruta Caracas-Barranquilla y una vez Barranquilla-Roma. Luego con Altairjet quizás un par de veces más desde 2017 a 2020″. Estos fueron trabajos que realizó bajo contrato de firmas que manejan las operaciones y logística de aeronaves, agregó. Rollín afirma que hizo alguno de esos vuelos contratado por Aerojet Corporation, propiedad del piloto venezolano, también residenciado en Florida, Roswell Jesús Rosales Oberto.
Con esta segunda empresa, Rollín voló a Saab “un par de veces” en la ruta Caracas-Barranquilla y otra Barranquilla-Roma, me dijo. “Luego con Altairjets quizás un par de veces más desde 2017 a 2020″. Esa fecha es clave. A partir de julio de 2019, Saab es prófugo de la justicia estadounidense. En cuanto a Pulido, afirmó: “En mi vida tuve la ocasión de volar al señor Pulido de Caracas a Bogotá una vez, si la memoria no me falla. Aproximadamente en el año 2017″. Aclaró que tiene constancia de que culminó su relación con Altairjets en marzo de 2020. Al final escribió: “No le puedo negar que tengo ‘mucha’ información, pero como entenderá todo tiene un precio”.
Rollín no solo aprovechó las comodidades de Florida y las facilidades de crear sociedades y hacer inversiones, sino también la ventaja que ofrece el estado para declararse en bancarrota. Su axioma de que todo tiene un precio debió aplicarlo en su solicitud de quiebra ante una corte federal de Miami en abril de 2020 al cumplir con su obligación de evaluar cada bien en su haber y cada deuda que dejó sin pagar. De acuerdo con el documento de radicación del concurso de acreedores, Rollín y su esposa afirmaron que solo tenían un capital de 20.000 dólares, representado en un Jeep Cherokee modelo 2016 con 52.500 millas cuyo valor tasaron en 18.000 dólares y varios bienes entre los cuales se encontraba una cama queen de 100 dólares, una lámpara de 120 y un asador de 80. La pareja usaba 20 tarjetas de crédito y débito de American Express, Bank of America, City Bank y Capital One. Todas las cuentas bancarias estaban en cero. Rollín me dijo que está viviendo en Europa.
“Fui objeto de chismes y la mala publicidad de alguna persona que sabía que yo trabajé en Altairjets y se valió del anonimato de las redes sociales para dañar mi imagen y reputación, a dios gracias de que las personas que me conocen saben que yo no me presto para ninguna de las cosas que en redes se dijeron de mí”, escribió sin aclarar a qué clase de chismes y mala publicidad se refería.
“Los bichos”
El fin de semana del 16 de agosto de 2020, cuando escribía justamente este capítulo de pilotos, aviones y bonanza, una fuente del mundo aeronáutico me envió por WhatsApp un mensaje de voz de un piloto venezolano que decía: “Venga loco, me acaban de explicar todo como fue el peo, huevón. Es que ese aeropuerto (Fort Lauderdale) tiene un FB chiquito y los bichos estaban haciendo todo por ahí. Los bichos cargaron el avión y que tenía armas y un coñazo de dólares, como un millón de dólares, dos millones. Resulta ser que la DEA, el FBI y toda esa gente estaban esperando nada más que el avión prendiera motores y rodara porque resulta ser que si los llegan a agarrar parados, ya cargados, no pasa nada, no los pueden culpar ni un coño. La vaina, el FBI y la verga esperó, les dio el chance que rodaran y ahí los interceptaron en pleno ronauei, ahí los bajaron. ¿Ah se querían ir? ¿Se querían ir con todo eso? Los agarraron y los bajaron esposados y supuestamente quien está fugado es un carajo que los ayudó a cargar el avión”.
La anterior versión zascandil de lo que había ocurrido horas antes en el aeropuerto internacional de Fort Lauderdale-Hollywood, no estaba muy lejos de la realidad. Como lo confirmó días después una denuncia criminal federal, agentes federales del FBI, Seguridad Nacional y Aduanas, arrestaron a dos pilotos venezolanos cuando se disponían a salir hacia Venezuela con un avión cargado de armas, municiones y dinero. (Los detalles de esta operación están descritos en el siguiente capítulo).
Recibí la noticia justamente cuando empezaba a escribir el perfil de uno de los pilotos detenidos, Gregori Jerson Méndez Palacio, quien también había usado Florida para negocios y placer. En 2017, Méndez constituyó Gregori Méndez Corporation y Enterprise International Inc. En mayo de 2020, registró Liza Food Corp. y PM Global Services y un mes después incorporó a su amigo, Héctor Alejandro Valencia, quien registró como domicilio un apartamento en Las Olas Boulevard, Fort Lauderdale. Valencia operaba desde España. No hay certeza del objetivo de estas sociedades, pero una fuente me dijo que quizás algunas de ellas fueron usadas para comprar repuestos de aviones. El jefe de pilotos de Pulido, que luego pasó a coordinar las operaciones aéreas de Lizcano, tuvo una discusión con Gregori Méndez después de que se enteró de que el piloto estaba involucrado en una operación de oro con Sudáfrica.
Saab compró tres aviones ejecutivos, aparte del Global que usaba para visitar todos los fines de semana en Italia a la modelo que sería su esposa. “Todas las semanas, eso era una locura”, me comentó un exempleado de la organización. “Compra un Lear 55 para hacer favores y un Embraer. Hace toda una estructura blindada y empiezan a volar en esa modalidad para que nadie supiera quién volaba en los aviones; el Global lo usa para él solo, el Lear vuela mucho a Piedad Córdoba. De la noche a la mañana, Saab tenía como siete pilotos. Allí supe que sacaban oro porque una vez yo iba llegando en Maiquetía y el avión de él directo a Europa de noche, de madrugada y empezaron a sacar oro, un vuelo directo claro. ¿Hacia dónde? No sé, oro en lingotes”. Según la fuente, Saab puso el avión Embraer a disposición de los hijos de Cilia Flores, la primera dama de Venezuela. “Pero en ese avión tuvieron mucho más cuidado porque ese avión casi ni tocaba Venezuela. Ese avión lo tuvieron basado en República Dominicana, en Curazao o en Aruba”. El avión fue registrado en San Marino. En esta nueva etapa de las operaciones aéreas empezó a figurar el colombiano Iván Caballero, encargado de contratar pilotos dispuestos a correr el riesgo de pilotear aviones de un fugitivo de la justicia de Estados Unidos como ya lo era Álex Saab. Un piloto que se negó a hacerlo recibió amenazas de Pulido.
Querida N
En un principio, casi todos los aviones adquiridos por Saab y Pulido fueron registrados con matrícula de Estados Unidos “N” a través de un mecanismo muy cuestionado que pone en duda la obcecación del Gobierno de este país de cuidar sus cielos de terroristas y narcotraficantes. Se conoce como “owner trust” o dueño fiduciario. Los empresarios dueños de aviones en América Latina prefieren conservar la matrícula “N” de los aviones que adquieren para librarse de los altísimos impuestos de importación a sus países. En Venezuela los impuestos superan el 40 por ciento del valor del aparato. La venta es igual de onerosa. Otra ventaja de la letra “N” es que proyecta la idea de que las aeronaves que la llevan cumplen con las leyes de Estados Unidos y están protegidas por el gobierno de ese país.
De acuerdo con la ley de Estados Unidos, solo ciudadanos estadounidenses pueden ser propietarios de aeronaves con matrícula “N”. Pero el requisito puede obviarse registrando el avión bajo el modelo de dueño fiduciario. Mediante ese formato, el propietario, sin necesidad de revelar su identidad, registra a un abogado o a un prestanombres estadounidense.
Varios bancos de Estados Unidos han abierto divisiones especializadas en este procedimiento a sabiendas de que es un negocio muy rentable. Igual que en la apertura de cuentas, el banco está obligado a estudiar los antecedentes del verdadero propietario de la aeronave, lo que no siempre se cumple. Cuando el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) reveló la serie de Paradise Papers, encontró que Leonid Mikhelson, uno de los oligarcas rusos sancionados por Estados Unidos, había usado la división fiduciaria del Bank of Utah para continuar operando su avión con la matrícula del país que lo sancionó.13 La división fiduciaria se encarga de poner los aviones a nombre de firmas secretas de las que solo se conoce la identidad del abogado que las incorporó. Saab y Pulido registraron algunos de sus aviones sin problemas.
*Capítulo ‘El expreso bolivariano’, del libro Álex Saab, la verdad sobre el empresario que se hizo multimillonario a la sombra de Nicolás Maduro. Editorial Planeta, 2021.