Nación
Alfiles del senador Mario Castaño en su millonaria red de corrupción son imputados por nuevos delitos
Se trata de la lobbista Nova Lorena Cañón y el ingeniero Santiago Castaño, quienes se han convertido en testigos estrella contra el senador del Partido Liberal, y ya habían sido imputados por concierto para delinquir y habían negociado con la justicia.
Los principales testigos en contra del corrupto senador Liberal Mario Castaño, Nova Lorena Cañón y Santiago Castaño, quienes con sus testimonios ante la justicia lo pusieron contra las cuerdas al punto de terminar reconociendo que se apropió de jugosos contratos de obra pública que entregaba a cambio de millonarias coimas, acaban de ser nuevamente imputados por el delito de peculado por apropiación.
Tanto la lobbista Cañón y el ingeniero Castaño han prendido el ventilador, reconocieron los delitos y llegaron a una negociación con la justicia para obtener beneficios a cambio de desnudar la gigantesca red de corrupción que montó el senador Liberal y que se extendió a siete departamentos y varias entidades del Gobierno. Sin embargo, la confesión ni fue suficiente ni fue completa.
En las investigaciones que adelanta la Fiscalía encontraron nuevos hallazgos criminales de estos dos alfiles, que no habían sido informados a la justicia por lo que se hizo esta nueva imputación de cargos.
Castaño Morales, en su calidad de contratista, al parecer, entregó recursos públicos a otros involucrados en el entramado criminal, en tres eventos distintos.
Tendencias
Inicialmente, se habría apropiado de 100 millones de pesos que correspondían al anticipo de un contrato para la construcción de una cancha en Balboa (Cauca); luego, de 285 millones de pesos de un contrato de interventoría en la Central Hidroeléctrica de Termo-Paipa; y, finalmente, 1.299 millones en un contrato de obras para mitigar riesgos por la temporada de lluvias en Manizales (Caldas).
De otra parte, la señora Cañón Reyes, presuntamente, recibió 170 millones de pesos por mediar entre un ministerio y una fundación para la ejecución de un proyecto cultural en Salamina (Caldas). Los dos procesados no aceptaron el cargo en su contra. El juez de control de garantías les impuso medida de aseguramiento privativa de la libertad en el lugar de residencia y les dictó orden de captura.
Santiago Castaño, su confesión
Cuando llega el anticipo del contrato de San Miguel con la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), Juan Carlos Martínez me dice que me toca dar el primer abono por 1.000 millones, que era para entregárselos al senador Mario Castaño; 260 millones para Alexánder, alias el Pato, que eran para el pago de unos gastos entre los que estaba el reembolso del pago de las pólizas, y 300 millones que Martínez me pidió para él. En ese momento, la UNGRD giró un poco más de 3.000 millones. De todo esto tengo los soportes de los giros, consignaciones o transferencias”.
Sin dudarlo, Santiago Castaño señala directamente al senador de beneficiarse con millonarias coimas y hasta mano de obra en inversiones personales en contrapartida por la entrega a dedo de jugosos contratos de obras públicas. SEMANA revela en exclusiva los siete interrogatorios, ante la Fiscalía, en los que este empresario detalla minuciosamente cómo fue esta danza de los millones, en la que cada uno obtenía una tajada, siempre bajo la batuta del senador liberal, hoy tras las rejas.
Además de su declaración, entregó la información de su computador y de su celular, en los que tenía recibos, consignaciones y documentos de los contratos. Habla de su participación en diferentes entidades, como Proyectar Quindío, el Departamento para la Prosperidad Social (DPS), el MinDeporte y la UNGRD.
No se trata de mordidas de poca monta, los millones se contaban por miles. Así queda claro en los extensos interrogatorios, pues se habla de contratos hasta por 10.000 millones de pesos, y cómo manejaban dinero en efectivo en bolsas de basura con cifras de más de 500 millones.
La historia de la participación de Santiago en la maraña de corrupción empieza, según narró a la Fiscalía, cuando lo contactó la mano derecha del senador Castaño, Juan Carlos Martínez, hoy prófugo de la justicia, a quien conocía de años atrás. Se reencontraron y le propuso entrar en el “negocio” con su empresa Top Ingeniería SAS y la consecución de otras empresas que usaban como fachada para captar los negocios, especialmente en Caldas, Risaralda, Antioquia, Tolima y Chocó, donde el congresista liberal ya tenía sus alfiles listos para absorber la contratación.
Con el tiempo, y a medida que avanzaban los contratos y la circulación de dinero corrupto en la red, su amigo Juan Carlos Martínez lo fue acercando al círculo más íntimo del senador Castaño. Tanto fue así que varias de las reuniones se hicieron en su lujoso apartamento en el exclusivo sector de Chapinero Alto, en Bogotá, donde incluso llegó a quedarse.
En cientos de horas de grabación quedó al descubierto la red de corrupción de Castaño, en las que se escuchaba el nombre del ingeniero Santiago de forma habitual. Entre los contratos que empezaron a llegar hubo uno, direccionado por Martínez, para una obra con la UNGRD en el municipio de Dosquebradas, Risaralda.
La Fiscalía le preguntó: “¿Qué se pactó para ese contrato?”. La respuesta fue contundente: “Entregarle a Juan Carlos (Martínez) lo que sobre del AIU (administración, imprevistos y utilidad). El valor del contrato creo que era de 17.000 millones de pesos; la entrega se debería de hacer en el momento que hubiera flujo de caja y avances del contrato”, respondió el ingeniero Santiago Castaño.
La confesión de la lobbista
“El senador Castaño nos dio a Pablo y a mí, en su apartamento, ubicado en el norte de Bogotá, en la Circunvalar con 57, la suma de 50 millones de pesos, el dinero nos lo entregó Juan Carlos Martínez, esa entrega se dio porque Pablo Gómez llamó a Mario y le dijo que nos diera un anticipo porque no teníamos plata para empezar a trabajar en el tema del Ministerio de Cultura, es decir, porque no teníamos plata para arrancar las gestiones. Ahí conocí a Martínez, nos entregó el dinero en un sobre de manila, en efectivo, en billetes de 50 mil pesos, ahí estaba el senador y nos dijeron que era un plante para comenzar a trabajar”.
SEMANA revela en exclusiva los detalles hasta ahora inéditos de los ocho extensos interrogatorios que entregó esta periodista y relacionista pública en el búnker de la Fiscalía, en medio de su proceso de colaboración con la justicia a cambio de beneficios en su caso. Desde marzo hasta mayo, fue citada en varias ocasiones para poner finalmente al desnudo cómo operaba la sofisticada red de corrupción liderada por el senador Mario Castaño, del Partido Liberal, que habría saqueado las arcas del Estado por un valor superior a los 60.000 millones de pesos.
Cañón, hoy detenida en la cárcel para mujeres El Buen Pastor, cuenta con una gran trayectoria en relacionamiento público. Se movía como pez en el agua entre los medios de comunicación, periodistas, empresarios y funcionarios de distintas entidades gubernamentales.
Esas características, en especial su cercanía con miembros del Gobierno, hicieron que entrara al círculo de confianza de Castaño. En sus declaraciones, con celular en mano, contó en detalle cómo, bajo la batuta del senador, sus tentáculos alcanzaron a llegar a varios ministerios.
Los contactos de la relacionista pública eran diversos. Tenía acceso a varios ministerios, entre ellos Interior y Cultura, y entidades como la Sociedad de Activos Especiales (SAE), la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (Dian), en donde abrió las puertas para que la maquinaria de corrupción del senador lanzara la red y capturara miles de millones de pesos en contratos. A cambio, ella recibía lo que le contó a la Fiscalía que denominaba como “puntos”, es decir, porcentajes en dinero por su gestión.
Esta mujer formó parte de una red corrupta de más de 70 personas, diez de ellas ya capturadas, a las que uno de los investigadores califica como “una impresionante y calculada feria de sobornos”. En los interrogatorios, la Fiscalía le pidió que relatara cómo conoció a Mario Castaño y cómo se movían los sobornos y coimas.Cuando la Fiscalía le preguntó cómo conoció a Castaño, esto fue lo que respondió: “Fue en el año 2019, tal vez entre agosto y octubre. Fue en la casa de la señora Nubia, en la 116, en Santa Bárbara. Se trataron temas personales, me contó que era un senador de Caldas, ese día yo le comenté que era cercana a Juliana Márquez, mamá del presidente”.
La propia Cañón reconoce que utilizó el nombre de la madre del primer mandatario y que ella nunca estuvo enterada de sus andanzas y las de la banda a la que pertenecía.”Pregunta: ¿precise a la Fiscalía el papel que jugó la señora Juliana Márquez en los hechos narrados por usted en este interrogatorio”, le planteó el ente investigador. Cañón respondió: “Ninguno.
La señora Juliana Márquez nunca se enteró de los pagos que me hizo el senador, incluso, ella desconocía que yo trabajaba con el señor Mario Castaño, es una persona ajena a la situación. Ella desconocía el tema de MinCultura, el pago que recibí de las ambulancias, desconoció el pago que me iban a dar de los Sacúdete. Le puedo decir que ella sabía que yo iba a las gestiones, pero ignoraba el interés económico que recibía de Castaño y de los alcaldes, que, por ejemplo, me pagaron de las dos ambulancias”.
Cuando la conoció, Castaño se dio cuenta de que tenía que poner a jugar rápidamente a Cañón y lanzarle una millonaria oferta. “Fue en septiembre de 2019, en esa reunión Mario me habla de la Escuela Taller de Salamina, Caldas, me dice que hay un proyecto, en MinCultura, sin recursos, y me dice que si es posible que me acerque al viceministro Londoño y consiga los 2 mil millones, para que sean trasladados de Hacienda a Cultura. Es ahí donde él me envía el celular del viceministro”, contó.
“En esa misma oportunidad, fue que Mario Castaño me ofreció el 15 % de los 2.000 millones, es decir, 300 millones”, señaló la mujer, quien aclaró que el dinero debía ser compartido con otro lobista llamado Pablo Gómez y otra persona que finalmente no participó en las gestiones.
Con cada nombre, cada detalle y cada cifra, la Fiscalía no quería dejar ningún cabo suelto e interrumpía su relato para preguntar por cada caso y su protagonista.
Fueron muchos los negocios de los que Cañón conoció. En su declaración narró que en una oportunidad utilizaron su nombre para la búsqueda de recursos millonarios. “James nos comenta que se reuniría con el viceministro de Cultura Argote, con el fin de presentarle los proyectos de la Escuela Taller de Salamina, dice que Mario Castaño consiguió unos recursos que iban a ser trasladados a Cultura, que él debía ir a preguntar si estos recursos ya estaban en Cultura y que de paso iba a preguntar por el proyecto del Tolima. Él se fue para donde el viceministro, al día siguiente me llama a mí muy temprano preocupado porque él en esa reunión había utilizado mi nombre diciendo que yo iba a conseguir 8.500 millones de pesos.
Me dijo que lo disculpara, yo le pregunté que si el proyecto no se iba a presentar por 3.000 millones, se puso a llorar, me pidió excusas, le pregunté que si el senador Castaño sabía de la reunión y dijo que sí, que después de salir del Ministerio se había encontrado con el senador y lo había comentado”, dijo en el interrogatorio.La lobista habló ante la Fiscalía de otros negocios millonarios que estaban en la mira de Castaño.