El departamento está repleto de cultivos de coca, el componente activo de la cocaína.
266 / 5.000 Estudiantes de la escuela José María Obando participan en un simulacro de emergencia para prepararse contra ataques guerrilleros y tiroteos entre la policía y grupos ilegales en Corinto, provincia del Valle del Cauca, Colombia, el 6 de junio de 2024. (Foto de JOAQUIN SARMIENTO / AFP ) | Foto: AFP

Nación

Así es como una escuela en Corinto, Cauca, realiza un simulacro para proteger a los niños de posibles ataques de las disidencias

Cauca se convirtió en el epicentro de la guerra entre la fuerza pública y disidentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, marxistas) que no firmaron el acuerdo de paz de 2016.

Redacción Nación
7 de junio de 2024

Niños y maestros de una escuela rural del municipio colombiano de Corinto (Cauca) se tiran al suelo, como indica el protocolo de seguridad ante un ataque guerrillero de las disidencias de las Farc, una amenaza cada vez más latente ante la ofensiva de rebeldes en la zona.

En la simulación dirigida por la Cruz Roja Colombiana, los pequeños reciben indicaciones sobre cómo actuar ante las arremetidas de grupos armados en una de las zonas más conflictivas de la región de Cauca. El departamento está repleto de cultivos de coca, el componente activo de la cocaína.

La indicación es tener “manos cruzadas contra pecho para proteger el corazón, piernas sobre el abdomen y (mantenerse) en posición fetal por si hay explosivos las vibraciones no les generen hemorragias internas”, explicó a la AFP una de las profesoras que pide mantener su nombre bajo anonimato por temor a represalias.

La estatal Defensoría del Pueblo asegura que en Corinto y municipios aledaños también hay presencia de rebeldes del Ejército de Liberación Nacional (ELN), del Ejército Popular de Liberación (EPL) -más conocidos como Los Pelusos- y narcotraficantes del Clan del Golfo.
Estudiantes de la escuela José María Obando participan en un simulacro de emergencia para prepararse contra ataques guerrilleros y tiroteos entre la policía y grupos ilegales en Corinto, provincia del Valle del Cauca, Colombia, el 6 de junio de 2024. (Foto de JOAQUIN SARMIENTO / AFP ) | Foto: AFP

El miedo de los maestros y sus alumnos no es infundado. Impactos de bala en las paredes y las puertas dan cuenta de viejos ataques de organizaciones ilegales que siembra terror en esta región.

Cauca se convirtió en el epicentro de la guerra entre la fuerza pública y disidentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, marxistas) que no firmaron el acuerdo de paz de 2016, que pretendía poner fin a seis décadas de conflicto armado.

Desde hace años aquí nos preparamos “para cuatro situaciones”, complementó la maestra: “posibilidad de incendio, posible enfrentamiento de actores armados, posible avalancha y posible temblor”.

Impactos de bala en las paredes y las puertas dan cuenta de viejos ataques de organizaciones ilegales que siembra terror en esta región.
Un miembro de la Cruz Roja Colombiana observa a los estudiantes de la escuela José María Obando participar en un simulacro de emergencia para prepararse contra ataques guerrilleros y tiroteos entre la policía y grupos ilegales en Corinto, provincia del Valle del Cauca, Colombia, el 6 de junio. 2024. (Foto de JOAQUIN SARMIENTO / AFP) | Foto: AFP

En esta región operan disidentes del denominado Estado Mayor Central (EMC), una facción de las disidencias de las FARC que se sentó a negociar con el Gobierno del presidente, el izquierdista Gustavo Petro, en octubre de 2023, pero su comandante, alias “Iván Mordisco”, se levantó de la mesa en abril.

La mitad del EMC siguió en diálogos con el Ejecutivo de Petro y el otro 50 %, aún bajo el mando de Mordisco, puso en marcha un plan para atacar a la población civil, policías y soldados.

En el mes de mayo las Fuerzas Militares, que prometieron no permitir que los rebeldes “amedrenten” a los colombianos, movilizaron unos 6.000 uniformados a la región en una operación que ya deja por lo menos cinco guerrilleros abatidos.

Mayoritariamente en esta región operan disidentes del denominado Estado Mayor Central (EMC), una facción de las disidencias de las FARC que se sentó a negociar con el gobierno del presidente, el izquierdista Gustavo Petro, en octubre de 2023. Pero su comandante, alias "Iván Mordisco", se levantó de la mesa en abril.
Una estudiante y su bebé en la escuela José María Obando participan en un simulacro de emergencia para prepararse contra ataques guerrilleros y tiroteos entre la policía y grupos ilegales en Corinto, provincia de Valle del Cauca, Colombia, el 6 de junio de 2024. (Foto de JOAQUÍN SARMIENTO / AFP) | Foto: AFP

La Defensoría del Pueblo asegura que en Corinto y municipios aledaños también hay presencia de rebeldes del Ejército de Liberación Nacional (ELN), del Ejército Popular de Liberación (EPL) -más conocidos como Los Pelusos- y narcotraficantes del Clan del Golfo.

“Yo sé que la docencia no está considerada una carrera de alto riesgo, pero para quienes vivimos en este territorio lo es” agrega la maestra.

Cauca se convirtió en el epicentro de la guerra entre la fuerza pública y disidentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, marxistas) que no firmaron el acuerdo de paz de 2016, que pretendía poner fin a seis décadas de conflicto armado.
Se muestran personas junto a un graffiti que dice "Ventanas abajo o plomo FARC EP", que se refiere al grupo guerrillero Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Ejército del Pueblo, en Corinto, provincia de Valle del Cauca, Colombia, el 6 de junio de 2024. (Foto de JOAQUÍN SARMIENTO / AFP) | Foto: AFP

Estas acciones recuerdan que el pasado 28 de mayo un grupo de estudiantes en zona rural de Suárez, en Cauca, quedaron en medio de los enfrentamientos a bala entre el Ejército Nacional y las disidencias de las Farc que delinquen en esa zona del suroccidente del país. Se conoció que esta situación ocurrió exactamente en el sector Los Pinos, en el corregimiento La Betulia.

En un video que se ha vuelto viral en las redes sociales, se logra observar cómo los menores de edad se encuentran debajo de sus pupitres cantando alabanzas y orándole a Dios, mientras de fondo se logra escuchar el sonido de las balas.

Lo que los menores entre 4 y 6 años de edad hacían en la filmación es lo que aseguran los protocolos de las autoridades locales, cuando se registren este tipo de situaciones que afectan el orden público.

*Con información de AFP