POLÍTICA
Así fueron las misteriosas 48 horas en las que nadie supo dónde estaba Gustavo Petro en París; Álvaro Leyva habla de adicción a las drogas
SEMANA reconstruye lo que ocurrió en esas misteriosas 48 horas en las que nadie supo dónde estaba el presidente Gustavo Petro, en medio de una visita de Estado a París. Álvaro Leyva, su excanciller, dijo que allá comprobó que el presidente tenía un problema de drogadicción.

El excanciller Álvaro Leyva, el exconstituyente que estuvo a cargo de las relaciones internacionales del Gobierno de Gustavo Petro, se refirió esta semana a un controvertido episodio del mandatario, ocurrido en un viaje de Estado a París en junio de 2023. Según una explosiva carta de Leyva, con eco en la prensa internacional, en la capital francesa pudo comprobar un problema de drogadicción del presidente.
La comunicación de Leyva a Petro, fechada el pasado 19 de abril, señala: “Desapareció dos días en París durante una visita oficial. Como si la inteligencia francesa fuera incompetente como para no haber conocido su paradero. Momentos embarazosos para mí como persona y su canciller. Y mucho más cuando supe dónde había estado (...). Fue en París donde pude confirmar que usted tenía el problema de drogadicción”, le dijo Leyva a Petro.
SEMANA investigó y conoció detalles inéditos de ese viaje que tiene a Petro contra las cuerdas.
El presidente partió rumbo a París el 21 de junio de 2023 para adelantar una agenda de trabajo, donde sostuvo varias reuniones con autoridades del Gobierno de Emmanuel Macron y participó como invitado de la Cumbre para un Nuevo Pacto Financiero Mundial. La agenda estaba programada hasta el viernes 23 de junio de 2023 en horas de la tarde.
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El embajador de Colombia en Francia, Alfonso Prada, explicó que Petro cumplió con su agenda de Estado. Y así ocurrió.
El problema tuvo su génesis desde el viernes 23 de junio, a las cuatro de la tarde, cuando, extrañamente, los periodistas que cubrían el viaje del presidente fueron informados sobre la prolongación de la estadía en la Ciudad Luz.
Rumbo al aeropuerto observaron, desde la van donde se movilizaban, que los carros en los que iba el jefe de Estado desviaron su ruta. ¿Qué ocurrió? ¿Por qué?, preguntaron los reporteros, algunos sin viáticos para permanecer durante más días en territorio europeo. No hubo respuestas.
Las maletas de viaje de la comitiva, que ya habían sido recogidas, fueron devueltas del avión presidencial, que permanecía estacionado en el Aeropuerto Orly, una terminal aérea secundaria ubicada en el sur de París.

El equipaje retornó a través de Casa Militar a la Embajada de Colombia en Francia, donde se hospedó una parte de los funcionarios del Gobierno, entre ellos Álvaro Leyva y Carlos Ramón González. Alfonso Prada informó que Gustavo Petro también durmió en el segundo piso de la residencia de la embajada en París, pero no estuvo allí durante las polémicas 48 horas, según conoció este medio.
Los periodistas sufrieron en carne propia esa ‘desaparición’ del presidente. Permanecieron ese viernes, 23 de junio, hasta las once de la noche en la casa de la embajada cargando sus teléfonos celulares y utilizando los baños. Algunos, incluso, sin rumbo alguno, se ubicaron en el andén de la vivienda diplomática.
“La comida que iban a servir en el avión de la FAC nos la entregaron esa noche para que no se perdiera”, contó un periodista que formó parte de la comitiva.
El entonces director del Dapre, Carlos Ramón González, observó a los reporteros en la calle y les dijo: “Parecen venecos”. Hubo molestias entre algunos periodistas, incómodos por la espera y el comentario salido de tono. Él les pidió que buscaran hotel por su cuenta. Los periodistas, improvisadamente, lo hicieron. La entonces ministra de Ambiente, Susana Muhamad, presenció ese momento.

El sábado 24 de junio, ante la falta de noticias de Petro, Carlos Ramón González hospedó a los comunicadores en un hotel con acomodación doble. El entonces director del Dapre, a quien se le conoce como uno de los exfuncionarios más adinerados del Gobierno Petro, pagó los gastos con su tarjeta de crédito. El embajador Alfonso Prada cubrió parte de la alimentación.
El excanciller Álvaro Leyva –el funcionario más importante en el viaje de Estado después del presidente– no tenía conocimiento del paradero de Petro. Tampoco Carlos Ramón González, quien estaba estrenando su cargo, ni el embajador Prada.
La razón por la que no despegó el avión de la Fuerza Aérea Colombiana de regreso a Bogotá era una: Gustavo Petro no apareció en el horario indicado. ¿Dónde está el presidente?, preguntaron reiteradamente Leyva, González y Prada. También la entonces ministra de Ambiente, Susana Muhamad, quien formó parte de esa comitiva. Hasta ese momento, parecía que al jefe de Estado se lo había tragado la tierra.
Una fuente de alto nivel que estuvo en Francia, en medio de la comitiva, le narró a SEMANA que Álvaro Leyva era el más molesto, preocupado y salido de casillas en la sede de la embajada.

“Carlos Ramón, ¿en dónde está ese tipo? Alguien tiene que saber”, preguntó el excanciller, casi a los gritos, al entonces director del Dapre. “No lo sé, no lo sé”, respondió González mientras le enviaba mensajes al presidente Petro sin obtener respuesta. “No tengo idea dónde está, yo estoy desesperado”, siguió respondiendo Carlos Ramón González. Mientras tanto –añadió la fuente–, Alfonso Prada, visiblemente angustiado, les dijo a sus compañeros: “Esto es un escándalo”.
Los momentos fueron tensos y acalorados entre los funcionarios de Petro porque todos querían noticias de su jefe. Leyva, el más experimentado de la comitiva, buscaba respuestas. En sus años de vida pública no había presenciado una desaparición igual por parte de un presidente.
“Díganme dónde está. Tiene que haber alguien de seguridad. No me vayan a decir que el sitio donde está el presidente no lo va a conocer seguridad nacional o la inteligencia francesa. Tienen que saberlo todo”, reclamó Leyva, según narró la fuente.
En uno de esos momentos, el excanciller planteó una particular propuesta a sus compañeros: “Dígame dónde está el presidente, yo lo recojo, lo saco de donde sea, me lo pongo al hombro y me lo llevo al avión”. Leyva, sin duda, estaba desesperado. Nadie respondía nada.

El jefe diplomático no concilió el sueño en la residencia de la embajada hasta las tres de la madrugada del sábado, esperando noticias del presidente, que nunca llegaron. Igualmente ocurrió con Carlos Ramón González y Alfonso Prada. Todos llamaron reiteradamente a Petro, pero no contestó. Tampoco respondió mensajes.
El domingo 25 de junio, los periodistas fueron citados a las doce del mediodía en su hotel para partir al Aeropuerto Orly.
El presidente apareció en la terminal aérea a las tres de la tarde. Sin dar explicaciones ni ofrecer excusas por su desaparición, se subió al avión presidencial, se encerró en su cuarto privado, ubicado en la mitad de la aeronave, y los tripulantes no lo volvieron a ver durante las más de diez horas de vuelo.
Mientras se producía la extraña desaparición del presidente, el país navegaba entre la incertidumbre y, a juicio de la oposición al Gobierno, la mentira.

La Presidencia informó que Petro prolongó su estadía en París, pues se reuniría con directivos de Dassault Aviation, la firma extranjera que fabrica aviones de guerra Rafael, interesada en quedarse con el negocio del cambio de las aeronaves Kfir. No obstante, el encuentro no ocurrió. Petro, al final, no lo consideró.
Como si fuera poco, el primer mandatario firmó un decreto (1009 de 2023), fechado el sábado 24 de junio de ese año, en el que argumentó que “por un cambio de agenda del presidente y por razones de orden técnico-aeroportuarias se hizo necesario posponer el vuelo presidencial, de tal manera que el presidente regresará a Colombia el domingo 25 de junio”.
El documento tiene la firma del presidente, pero un funcionario que formó parte de la comitiva le dijo a este medio que el jefe de Estado plasmó su rúbrica hasta el domingo 25 de junio, cuando reapareció: “Lo hizo con fecha del día anterior”, afirmó. El exministro de Hacienda Ricardo Bonilla fue el presidente encargado durante esas horas.
SEMANA rastreó el sistema meteorológico en París durante el fin de semana del 21 al 25 de junio de 2023 y no se encontraron registros de un posible cierre del aeropuerto en esa fecha, pese a que el decreto habla de razones técnico-aeroportuarias.
Los informes indican que el aeropuerto operó normalmente durante ese mes. En junio de 2023, Orly registró un aumento del 9,3 por ciento del tráfico del mismo mes en comparación con junio del año anterior, según reportes de esa época. Sin embargo, el periodista Aldair Rodríguez, de RCN Radio, dijo que Presidencia les informó a los comunicadores que la razón del aplazamiento del regreso a Bogotá obedecía a problemas climáticos en París.

Andrea Petro, hija del presidente, reapareció, defendió a su papá y dijo que él se encontró con ella y sus nietas ese fin de semana. “¿Cuál es la cosa? Pecado mío también dejarlo solo descansando. Lo vi unas horas el sábado con mis niñas porque salí de rumba esa noche. Perdón por ser joven y tener vida social en París. Ese pedacito de historia también es mi vida privada. Él solo se fue a dormir”, escribió en sus redes sociales.
“En Francia, mi papá encontró algo raro en Colombia: tiempo en familia, privacidad, calma. Su pasatiempo favorito fue estar con mis hijas, ser abuelo sin distracciones. ¿Culpable de desconectarlo un poco? Lo asumo. Solo buscábamos una paz que allá no permiten”, dijo Andrea en otro mensaje.
Petro –la hija– dejó claro que solo vio a su papá unas horas y lo reiteró en una entrevista que concedió a W Radio.
Si fue así, ¿qué hizo el mandatario durante el resto del tiempo? ¿Por qué el presidente no le contó al país, en esa oportunidad, que prolongaría su estancia en París por su familia? ¿No era más fácil aclarar que se quedó el fin de semana con sus nietas y no reportar supuestas razones técnico-aeroportuarias? Esas son preguntas que quedan en el ambiente.
El estacionamiento del avión de la Fuerza Aérea Colombiana durante un fin de semana en el aeropuerto de Orly tuvo un costo. La cifra no se ha establecido.
Gustavo Petro y su hija coincidieron en que él pasó 48 horas en familia. En ese orden de ideas, ¿hubo una falsa motivación en el Decreto 1009 de 2023, del 24 de junio, que argumentó que la prolongación de la estadía en París obedeció a razones técnico-aeroportuarias? ¿De dónde salió esa versión si el clima era favorable en París? Las respuestas son inciertas.

Por todo lo anterior, han surgido varias teorías y especulaciones sobre la suerte que corrió el jefe de Estado que llevaron a Álvaro Leyva a concluir que el presidente tiene un problema de drogadicción.
Petro ha negado que tenga alguna adicción. “Somos adictos al amor, ¿por qué se pierde dos días, compañero? No hay que pensar mucho, no me meto en esas, lo que pasa es que el escritor de la carta (Álvaro Leyva) ya no puede hacer eso”, dijo Petro en uno de sus discursos.
SEMANA contactó al excanciller Álvaro Leyva para que entregara nuevos detalles del episodio que vivió con Gustavo Petro en París, denunciados en su carta revelada esta semana, pero no fue posible. No obstante, una persona cercana al exdiplomático insistió en que Leyva estalló –y habla con sustento y conocimiento– y que París no fue el único destino donde el presidente se ha ausentado sin explicación alguna.
Petro ahora está en la mira de su excanciller, quien enviará nuevas y explosivas cartas en las que promete desnudar los secretos y las experiencias que soportó cuando trabajó con el mandatario, que han motivado al Congreso a insistir, vía proposición, en que todos los presidentes se sometan a exámenes médicos.