SISTEMA PENITENCIARIO
Así será la nueva cárcel que se construirá en Risaralda
El proyecto tendrá, en su primera fase, un total de 13 edificios y 8 torres de vigilancia.
Con una inversión de $132.249 millones, la Empresa Nacional Promotora del Desarrollo Territorial, ENTerritorio, en convenio con la Unidad de Servicios Penitenciarios y Carcelarios, USPEC, dio inicio a la construcción de la Fase 1 de la cárcel El Pílamo en el corregimiento de Combia, al occidente de Pereira, departamento de Risaralda. El proyecto, incluidas las dos fases, tendrá una inversión final de $195.626 millones.
La construcción de este centro penitenciario, que permitirá albergar 1.545 personas privadas de la libertad, busca contribuir con la disminución del hacinamiento, a través de la creación de nuevos cupos y, además, facilitará el suministro de agua potable para la población aledaña a este sector.
De acuerdo con la gerente general de ENTerritorio, María Elia Abuchaibe, este es el proyecto más ambicioso que se está ejecutando actualmente en la Entidad. “Con el inicio de esta obra se crearán 200 puestos de trabajo, lo que impactará positivamente la región, contribuyendo con la dinamización de la economía del departamento y el mejoramiento de las condiciones de vida de las personas privadas de la libertad”, precisó.
Las obras de la fase inicial incluyen la construcción de 13 edificios con 5 pabellones, en un plazo de ejecución de 24 meses. ENTerritorio ejecutará la Fase 1 del Centro penitenciario, mientras la Fase 2 estará en cabeza de la Unidad de Servicios Penitenciarios y Carcelarios, USPEC.
Tendencias
Según el alcalde de Pereira, Carlos Maya, “con la capacidad que tendrá este establecimiento penitenciario vamos a solucionar el problema de hacinamiento carcelario, respetando los derechos humanos de las personas que se encuentran privadas de la libertad”.
El Pílamo contará con espacios para la agricultura, lo que permitirá que los reclusos puedan cultivar diferentes vegetales, haciendo buen uso de su tiempo y preparándose para su reincorporación a la vida productiva y social.
A su turno, el secretario de gobierno de Risaralda, Israel Londoño, señaló que para la construcción de la cárcel El Pílamo se contó con una inversión de recursos provenientes de la Nación, así como la donación de 20 hectáreas de terreno por parte de la gobernación del departamento y el apoyo de la alcaldía, la cual ha brindado soluciones en materia de vías de acceso en el sector de Combia.
En el marco de la firma del acta de inicio para la construcción del centro penitenciario, estuvieron presentes la gerente general de ENTerritorio, María Elia Abuchaibe Cortés, el director de la Unidad de Servicios Penitenciarios y Carcelarios, Álvaro Ávila Castellanos, el ministro de Justicia y del Derecho, Wilson Ruiz Orejuela, el alcalde de Pereira, Carlos Maya, y el secretario de gobierno departamental, Israel Londoño.
Educación de los reclusos en Colombia
A los problemas de hacinamiento de las principales cárceles del país se suma la falta de educación de algunos reclusos.
El Laboratorio de Economía de la Educación de la Universidad Javeriana analizó los datos del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec) con corte a junio 2021 sobre la educación en los centros de reclusión para adultos.
El LEE calculó que en abril del 2021 se sumaron alrededor de 22.000 reincidentes en todo el sistema, que le cuestan al país aproximadamente 650.000 millones de pesos al año. Con ese dinero se podría financiar, por ejemplo: El costo promedio de 350 colegios oficiales (que equivale al costo de 253.000 estudiantes) o la “matrícula 0” de un semestre de los estudiantes de instituciones de educación superior públicas de estratos 1, 2 y 3.
El informe del Laboratorio también encontró que la mitad de las personas privadas de la libertad alcanzan quinto de primaria como máximo grado en la educación básica y media, mientras que el 90 por ciento no tienen educación superior, lo que indica que la probabilidad de participar en una acción delictiva aumenta cuando existe un menor nivel educativo.
Por otra parte, el LEE destacó que en algunos centros penitenciarios es posible que los reclusos tomen educación de diferentes grados con el objetivo de que reciban beneficios administrativos como la reducción de penas, así como disminuir las tasas de reincidencia.
No obstante, al revisar las cifras del Inpec encontró que para octubre de 2020 solo el 16 por ciento de los reclusos accedían a este incentivo de educación para reducción de la pena.
“Por ello resaltamos que, con base en estudios internacionales, mejorar el acceso y la calidad de la educación para poblaciones carcelarias disminuye la reincidencia y los costos de futuros reclusos reincidentes. Pero aún más importante; se debe resolver el problema desde antes, mejorando el acceso y la calidad de educación básica y media en las actuales instituciones educativas para la prevención de incurrir en actividades delictivas en el futuro”, dice el informe del Laboratorio de Economía de la Educación de la Javeriana.