Sin pistas del patrullero que le disparó al grafitero

Los padres de Diego Felipe Becerra, el grafitero que fue asesinado el 19 de agosto del 2011 en Bogotá, recibieron con sorpresa la noticia de que el patrullero Wílmer Alarcón, quien le disparó a su hijo, iba a quedar en libertad. 

No era para menos. Mientras ellos estaban en la audiencia de alegatos finales, en la que esperaban conocer si él iba a ser condenado por los hechos, en una decisión de segunda instancia el juez 47 de conocimiento emitió la orden de libertad de Alarcón al considerar que hubo vencimiento de términos.

Le recomendamos: Un grafiti que conmemora los cinco años de la muerte de Diego Felipe Becerra

Una semana después de la decisión, el juzgado 43 de conocimiento emitió sentido de fallo condenatorio en contra del patrullero por el delito de homicidio agravado en calidad de autor. Pero él no compareció a la audiencia. La sorpresa fue mayor cuando se supo que desde cuando salió de la guarnición militar en la que permanecía recluido desde el 2012, no se volvió a saber de él.

Por eso, en esa ocasión, se emitió orden de captura en su contra. Ahora, cuatro meses después, las autoridades no tienen pista de su paradero.

Teniendo esto en cuenta, la madre del menor, Liliana Lizarazo, envió una petición a la Policía Nacional para conocer qué actividades se han desplegado para lograr la detención de Alarcón.

En respuesta, en un documento de cinco páginas, la institución le describió qué se ha hecho hasta el momento. Según detallaron, se han realizado actividades de vecindario y verificación en las 22 empresas de servicio de transporte intermunicipal a fin de constatar los registros a nombre del patrullero, sin obtener razón alguna.

Así las cosas, las autoridades realizaron trámites para la expedición de la circular roja de Interpol, que ya fue publicada, para que se haga efectiva la captura y extradición de Alarcón, en caso de que sea ubicado por alguna autoridad internacional.

Ahora, las autoridades a nivel internacional también están tras la pista del patrullero que silenció para siempre la voz del menor de 16 años.