POLÍTICA

Colombia no es el país más corrupto: Transparencia Internacional

Según el último informe de Transparencia Internacional, Colombia se ubica en el puesto 96 entre 180 países medidos en percepción de corrupción. Aunque el resultado no es bueno, y hay mucho por mejorar, el país aparece lejos de ser el más corrupto del mundo.

23 de enero de 2020

La realidad nacional de las últimas décadas fue tan convulsia en materia política, social y seguridad, que esos problemas opacaron la mirada de los ciudadanos frente a otros males que aquejan al país. Sin embargo, de un tiempo para acá, en razón a que algunos de los problemas anteriormente mencionados se han ido superando, la corrupción se ha convertido en la gran preocupación de los ciudadanos a la hora de protestar.

Prueba de ello, fue la masiva votación que obtuvo la consulta anticorrupción en la que —un hecho sin precedentes— casi doce millones de colombianos acudieron a los urnas para condenar las prácticas ilegales en administración de los recursos públicos. Desde entonces, los candidatos que mejor han surgido en los comicios electorales son aquellos que prometen librar una lucha sin cuartel contra ese flagelo y que se perfilan como los adalides para acabar con estas prácticas ilgales que por años han limitado el progreso del país.

En días pasados, en las redes sociales fue tendencia el poco honroso titular en que se afirmaba que Colombia era el país más corrupto del mundo. Aunque sin desconocer las problemáticas, hay quienes tienen reservas frente a esa afirmación, no puede negarse que este es uno de los debates más críticos en el país.

Justo en las últimas horas se conoció el informe de Transparencia Internacional que mide la percepción de los ciudadanos frente a la corrupción en 180 países. Según este estudio, Colombia obtiene 37 puntos sobre 100, siendo 0 corrupción muy elevada y 100 la ausencia total de la misma. Si bien este no es un resultado destacable, hay que decir que ubica a la nación lejos del primer puesto; Colombia figura en el puesto 96 entre los 180 países que fueron evaluados.

Aunque el país mejora tres puestos frente a la medición anterior, realizada en 2012, se mantiene en el rango de las naciones estancadas o con retrocesos en sus esfuerzos anticorrupción. En la región, mejor que Colombian están Uruguay (71 puntos), Chile (67 puntos), Argentina (45 puntos), y Ecuador (38). Por debajo, con una percepción mayor de corrupción, se encuentran Perú (36 ), Brasil (35), Paraguay (28) y, por supuesto, Venezuela con 16 puntos, país en el que, por cuenta del régimen de Maduro, los niveles de corrupción están hoy en su peor momento.

Además de presentar los hallazgos, el estudio de Transparencia Internacional también registra una serie de mecanismos y recomendaciones que pueden ser puestos en marcha para avanzar en la lucha contra la corrupción. En primera medida, se habla reforzar los esfuerzos por erradicar los sobornos entre los ciudadanos privados y las entidades públicas. Así mismo, se toca un tema importante: la urgencia de proteger a quienes denuncian los casos de corrupción para que tengan la certeza de que alzar su voz en contra este flagelo no les traerá represalias en el futuro.

Pero tal vez el mensaje más importante del estudio en materia de las acciones que pueden tomarse en la lucha con este flagelo se refiere a la aparente ausencia de sanciones efectivas en los grandes casos de corrupción. Es decir, se infiere que hay en la sociedad un impacto profundo al ver que los casos de más alto perfil que se han presentado en el sector político, jurídico y militar terminan cayendo en la impunidad. Aunque en todos estos se anuncian investigaciones, los ciudadanos sienten que nada avanza y que son muy pocas las ocasiones en las que estas llegan a buen término y se produce una decisión trascendental.

El estudio también muestra que existe una correlación directa entre los niveles de corrupción de un país y sus mecanismos de transparencia política. Es decir, en aquellas latitudes en donde existe una regulación más estricta frente al financiamiento de las campañas, los niveles de corrupción suelen ser mucho más bajos. Por esto se resalta la importancia de llevar a cabo una reforma política que limite la práctica en la que los aspirantes a cargos de elección popular reciben recursos de diversos orígenes para luego, una vez elegidos, llegar al cargo a pagar favores de quienes los financiaron.

En síntesis, la corrupción en el país sigue siendo uno de los problemas más notorios. Aunque se muestran avances parciales, es mucho lo que hay por mejorar para llegar a las soluciones de fondo. Dicho esto, según este estudio de percepción, Colombia está lejos de ser el país más corrupto del mundo.