Chimpancé Pancho
¿Cuántos años habría vivido Pancho, el chimpancé, de no haber sido sacrificado?
Estudios señalan que estos primates viven de 30 a 40 años; sin embargo, se han visto casos donde pueden alcanzar los 60.
Pancho, el chimpancé, tras escapar de su hogar en el bioparque Ukumarí y al que había llegado luego de ser entregado por los hermanos Gasca, fue sacrificado el domingo 23 de julio a la edad de 30 años.
¿Cuánto puede vivir un chimpancé?
Los chimpancés son una especie de mono que habita normalmente en los bosques tropicales de África Central y se encuentra distribuido por toda la región, según la Enciclopedia de la Vida (EOL).
Algunos expertos aseguran que, en cautiverio, los chimpancés pueden vivir de 40 a 60 años. Sin embargo, esta esperanza de vida disminuye alrededor de 40 a 45 años debido a la aparición de enfermedades infecciosas y otros factores.
Por otro lado, investigadores de la Universidad de Kyoto han investigado el promedio de la esperanza de vida de estos primates en cautiverio en Japón. Los resultados que fueron publicados en la revista Primates revelaron que la esperanza de vida de un chimpancé que llega a la edad adulta es de 40 años: 41,5 años en los machos y 39,2 años en las hembras.
Tendencias
El estudio de la Universidad de Kyoto también dio a conocer que muchos chimpancés mueren antes de llegar a su primer año de vida. Es así que cuando los investigadores incluyeron esta franja en el estudio, la esperanza disminuyó hasta los 28,3 años.
Sin embargo, los promedios no indican la vida útil máxima. Por ejemplo, el chimpancé más viejo de Japón era un macho salvaje, llamado Jhonny, que murió en enero de 2019 a los 68 años.
Esto quiere decir que Pancho, quien ya se encontraba en una etapa adulta, de no haber sido sacrificado, hubiera podido vivir otros 10, 20 o hasta 30 años más con los respectivos cuidados que podrían brindarle dentro del bioparque Ukumarí.
El sacrificio de Pancho es una noticia lamentable en el mundo animal, ya que este asombroso primate se encuentra en peligro de extinción desde hace dos décadas. Según la Lista Roja de especies amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN), el chimpancé está catalogado como “en peligro” (EN).
A pesar de ser uno de los simios con más número de ejemplares en África, su población ha disminuido constantemente en los últimos 20 años. Dentro de las amenazas que amenazan su existencia se encuentra la tala de árboles en sus hábitats, la caza furtiva para consumo de su carne y la propagación de enfermedades infecciosas.
Con el fin de generar conciencia sobre su situación y proteger la especie, cada 14 de julio se celebra el Día Mundial del Chimpancé.
Otras escapadas de Pancho
La fuga que ocurrió en Pereira no era la primera ocasión en la que Pancho escapaba de un zoológico en busca de nuevos espacios.
El 3 de diciembre de 2007, alrededor de las 8:00 de la mañana, el primate retiró los candados de su jaula en el Zoológico Matecaña, de donde saltó las rejas y emprendió rumbo a la terminal aérea de la región.
Sorteando automóviles y buses, cruzó calles y avenidas hasta el aeropuerto. Una vez allí, gracias al movimiento de sus ágiles brazos y pesadas piernas, entró por la puerta número 1 del aeropuerto. Una vez adentro, caminó hasta las oficinas administrativas.
En esa ocasión, Delio Orjuela, médico veterinario y director técnico del Zoológico Matecaña, aseguró que Pancho “entró sin hacerle daño a nadie”, razón por la cual esa vez se tomó la decisión de sedarlo, ya que no había presentado un riesgo para la gente que se encontraba en el lugar.
Según testigos del aeropuerto, Pancho estaba saltando por la pista y caminando entre la gente; “se veía contento”, era lo que decían las personas que incluso le tomaron fotos cuando paseaba por la terminal aérea.
No obstante, el lamentable hecho que tuvo lugar el pasado fin de semana fue muy diferente, porque Pancho se escapó con su compañera Chita, que tenía 40 años. Ambos lograron salir de sus jaulas debido a lo que los administradores del bioparque Ukumarí calificaron como un “error humano”, más no de infraestructura.
Tras su escape, el personal del parque tuvo que activar el código rojo en vista de que los animales podrían ocasionar la muerte de alguna persona, ya que se encontraban cerca de unas cabañas turísticas.
No pudieron aplicarles tranquilizantes, pues el medicamento surtiría efecto hasta dentro de 10 o 30 minutos después de ser aplicado, y como lo manifestaron las autoridades, no se podían poner en riesgo vidas humanas.