Entrevista
¿Descertificación? Ocho gráficas de Daniel Mejía que demuestran los malos resultados del Gobierno Petro en la lucha contra las drogas
El reconocido experto explica con cifras por qué el país llega mal parado al examen ante el Departamento de Estado. Alerta que no hay cifras de 2024.


Daniel Mejía es uno de los mayores estudiosos de cómo opera el narcotráfico en el país. Profesor de la Universidad de los Andes, economista con doctorado en Brown University, también presidió por años la Comisión Asesora para la Política de Drogas.
Ahora que el país está ad portas de conocer la decisión sobre la certificación de Estados Unidos en esa lucha, el académico presenta sus estudios y sus conclusiones.
SEMANA: Durante semanas hemos escuchado a muchas voces autorizadas hablar de una muy probable descertificación. Entonces le quiero hacer una pregunta puntual. En términos fácticos, ¿Colombia sí se raja en este examen?
Daniel Mejía (D. M.): Me gustaría explicar en detalle y con algunas gráficas el panorama. Lo primero es que los cultivos de hoja de coca han venido creciendo a la par con la producción potencial de cocaína desde el año 2014. Ese crecimiento se ha acelerado en estos últimos dos o tres años, y eso responde, en parte, al cambio de postura frente a las estrategias antidrogas del actual gobierno de Petro. Para decirlo en términos sencillos: antes había una política de mano dura, de represión, de garrote, y se giró hacia la zanahoria, que, para muchos, se entiende como programas de desarrollo alternativo, sustitución de cultivos ilícitos y programas sociales que induzcan a los cultivadores de hoja de coca a transitar hacia otros cultivos.
SEMANA: ¿Y cuál fue el resultado de eso?
D. M.: Cuando uno mira las cifras que publica el Ministerio de Defensa y el mismo gobierno, de manera objetiva, se enfrenta, por ejemplo, a una reducción del 93 % en los esfuerzos de erradicación manual en los últimos dos años y medio. Es decir, prácticamente se acabó el programa de erradicación manual. Lo suspendieron. En segundo lugar, veo una caída muy fuerte en la tasa de interdicción.
SEMANA: Hablemos de cada uno de estos temas por separado. Usted acaba de mencionar una cifra impactante, y es que la erradicación cayó un 93 %. ¿Eso por qué sucedió?
D. M.: La bandera del Gobierno Petro era los programas de sustitución, los programas de desarrollo alternativo, desarrollo rural, etcétera. Cuando uno mira las cifras de ejecución presupuestal de sus programas, en particular del Programa Nacional Integral de Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito (PNIS), estas no superan en ninguno de los años el 15 % o el 20 %. Incluso hay años en que el porcentaje es del 6 % o del 7 %. Por ningún lado que uno lo mire hay un esfuerzo antidrogas: ni represivo, ni de erradicación manual o de intervención, ni de zanahoria, que era lo que el Gobierno Petro había prometido.
SEMANA: Uno de los indicadores que evalúa el gobierno estadounidense es el área cultivada con hoja de coca. En eso, ¿cómo vamos?
D. M.: Los cultivos de coca, como dije al inicio, vienen creciendo desde el año 2014. Ese crecimiento se ha acelerado en los últimos tres años. Hoy estamos sobre 253.000 hectáreas, que es el último dato. Pero hay que aclarar que este corresponde a 2023 y no a 2024. Normalmente, Naciones Unidas entrega al Ministerio de Justicia los datos de cultivos y de producción potencial del año anterior, pero el Gobierno aún no ha publicado los datos de 2024. Yo me atrevería a decir que no lo ha hecho porque se observa un aumento mayor. Creo que, si el Gobierno hubiera recibido una cifra de disminución para 2024, ya la habría publicado.
SEMANA: Otra cifra muy clave es la de la producción de cocaína, que se puede ver en el gráfico que usted construyó.
D. M.: En eso estamos en un poco más de 2.600 toneladas métricas. Esto es un récord histórico, incluso superior al que teníamos antes del inicio del Plan Colombia, por allá en 1999 y 2000. Estamos en cifras históricas récord, tanto de hectáreas cultivadas como de producción potencial de cocaína, pero, de nuevo, las cifras que tenemos son de 2023.
Hay un segundo gráfico que muestra cultivos de hoja de coca y el número de hectáreas aspersadas de manera aérea con glifosato. Ahí se puede ver el impacto de la suspensión de la fumigación con glifosato, que fue una decisión de la Corte Constitucional en 2015. Por eso se ve cómo la cifra llega a cero. Y eso contrasta con los cultivos que venían cayendo durante los primeros seis años del Plan Colombia, entre 2000 y 2006. En amarillo se puede ver la cifra de erradicación manual. Es claro que en los últimos tres años hay una disminución muy pronunciada, de casi el 93 %.
SEMANA: El Gobierno Petro saca pecho por los resultados que tiene en interdicción. ¿A qué se refieren con eso? ¿Y cómo son esas cifras?
D. M.: Recordemos que en 2023 estábamos en una producción de cocaína de un poco más de 2.600 toneladas métricas. Con unas incautaciones superiores a 700 toneladas métricas, eso nos da una tasa cercana al 28 %. Esa tasa de incautación hace tres años era del 43 %. Entonces este indicador, que es clave, ha bajado en 14 puntos porcentuales.
El gobierno actual ha dicho que ha aumentado mucho la interdicción. Eso es cierto: el número total de toneladas métricas de cocaína incautada ha aumentado, pero la producción potencial de cocaína ha crecido más rápidamente. Entonces, la cocaína que efectivamente logra salir de Colombia es mucho mayor. Y eso viene en aumento en los últimos tres años.
Y el otro gráfico muestra la tasa de incautación. Ahí le reitero que hace tres años ese número era del 42 % y hoy es del 28 %. Es decir, ha caído la fracción de la cocaína producida que las autoridades logran incautar.
SEMANA: ¿Qué más datos hay disponibles?
D. M.: También se puede dar hoy una estimación de lo que les ingresa a los grupos criminales organizados producto del narcotráfico. Yo tengo estimaciones para tres puntos en el tiempo: 2008, 2013 y 2023. En 2008 era aproximadamente el 2,3 % del PIB; en 2013 equivalía al 1,2 % del PIB; y la última estimación, con datos de 2023, es que están ingresando a la economía colombiana 15.300 millones de dólares, que pueden ser un poco más de 69 billones de pesos.
Es decir, el 4,2 % del PIB. Eso equivale, mal contadas, a entre seis y ocho reformas tributarias. Estos son los recursos que les están entrando a los grupos criminales organizados producto del narcotráfico.
SEMANA: Usted fue en su momento un gran crítico de la fumigación con glifosato. Al ver esta situación, ¿qué piensa hoy?
D. M.: Yo hice muchos trabajos académicos mostrando la ineficacia de la represión antidrogas y los costos colaterales de las aspersiones con glifosato. Pero yo no quiero ser dogmático con este tema. Hoy el país vive otra realidad, en donde también hay un cambio en la concentración de los cultivos de coca. Antes teníamos cultivos muy atomizados en pequeñas parcelas.
Pero hoy, de acuerdo con el último informe de Naciones Unidas, hay unos grandes enclaves cocaleros, caracterizados por zonas de cultivos industriales, dominadas por grupos criminales organizados, donde quizás la aspersión con herbicidas pueda ser una estrategia de contención contra ese crecimiento exponencial observado en los cultivos de coca en los últimos años.
A mi juicio, el debate sobre el uso de la aspersión no debe estar cerrado y la Corte debería plantearse si modera su postura frente a la aspersión aérea, especialmente en esas zonas donde hay grandes extensiones de cultivos de coca dominados por grupos armados organizados.