“Donald Trump está dispuesto a llegar a extremos que no estaban previstos”: excanciller Julio Londoño advierte lo que viene con Petro

Por Julio Londoño Paredes*

Los hechos que se han presentado en las primeras horas del día de este domingo están llevando a una compleja confrontación con los Estados Unidos. Muchos creían que las amenazas de Trump sobre la deportación masiva e inmediata de ilegales que se encontraban en el país no pasarían de ser puras palabras.

Con el caso de la deportación de colombianos se ha comprobado, no solamente, que no son palabras, sino que el mandatario norteamericano está dispuesto a llegar a extremos que no estaban previstos.

Este incidente debe servir para que el presidente Petro caiga en cuenta de que no se pueden manejar las relaciones internacionales, menos aún ahora con los Estados Unidos, a base de mensajes en X o expresiones improvisadas al calor de discursos y proclamas populistas.

No se sabe si la deportación del grupo de colombianos en dos aviones de la fuerza aérea norteamericana había sido notificada previamente a las autoridades consulares de nuestro país en California. De otra manera, sería un acto arbitrario y ajeno a todas las prácticas del derecho internacional.

Luego Petro, en una decisión muy discutible, expresó que no autorizaba el aterrizaje en Colombia de los aviones militares. Lo debía saber antes, solo hasta esta madrugada tomó la decisión. Agregó, con razón, que los deportados debían ser tratados con todas las consideraciones del caso. Eso se debió seguramente a las informaciones procedentes del Brasil, según las cuales, en un vuelo de características similares procedente de Estados Unidos, deportados habían viajado atados de pies y manos, y no les había permitido siquiera ir al baño. Eso generó una protesta del gobierno brasilero.

Pero el hecho de que Petro hubiera obligado a devolverse a dos aviones de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos y a exigir que fueran aviones civiles, complicó aún más las cosas.

No se trata de que sean aviones civiles o militares. Lo importante es que los deportados, por más delitos de los que estén imputados como lo ha señalado Trump, tengan un tratamiento adecuado y de conformidad con las normas básicas de los derechos humanos.

El señor Trump, rápidamente, reaccionó y fuera de la expedición de visas para colombianos, ha tomado unas medidas sin precedentes. Ha empezado por señalar que muchos de los deportados no solamente eran ilegales, sino delincuentes. Eso debe ser corroborado.

Pero, además, de entrada ha calificado a Petro como “socialista”, lo que no tendría mayor problema, pero además ha afirmado que es absolutamente impopular en el país. Por eso es absurdo que suspenda las visas, ya que la gente que trata de ingresar ilegalmente a los Estados Unidos, no es la que pide visas en la embajada norteamericana, sino el que trata de llegar por el tapón del Darién.

Además, impone una serie de graves sanciones que afectan a mucha gente en Colombia, que según el mandatario norteamericano, están en contra de Petro. En eso, no hay, sino dos consecuencias: muchos se irán contra Petro, pero otros lo apoyarán y se irán contra los Estados Unidos. Ya veremos”.

* Excanciller y decano de la Facultad de Estudios Internacionales, Políticos y Urbanos de la Universidad del Rosario