Nación
“El agua sabía raro”: SEMANA revela la cronología de la tragedia que dejó a dos estudiantes muertas en el barrio Rosales, en Bogotá
SEMANA revela la cronología que tienen las autoridades sobre los hechos que produjeron la muerte de dos estudiantes en el norte de Bogotá y lo que una de ellas dijo antes de ser trasladada al hospital. El caso abre enormes interrogantes y conmueve a la ciudad.

Hay tragedias que producen lo que se llama un duelo colectivo, una sensación de pérdida con experiencias que pueden ser lejanas, pero cuyo dolor se siente como si fuera propio. Algo así se ha vivido en el norte de Bogotá esta semana con la muerte de dos menores y la situación crítica de salud de otros dos, al parecer por una intoxicación.
Tres de las niñas, estudiantes del prestigioso colegio Los Nogales, y el hermano mayor de una de ellas, compartieron una tarde rutinaria en una casa, que habría podido convocar cualquier grupo de adolescentes. Tras haber consumido una sustancia tóxica, aún desconocida, dos perdieron la vida y los otros dos la luchan a cada instante en una unidad de cuidados intensivos en la Fundación Santa Fe.

El drama humano que ha despertado esta tragedia es de los más conmovedores que ha vivido la ciudad en tiempos recientes. Encarna quizás el mayor miedo que tienen los padres de familia de perder a sus hijos en circunstancias imprevisibles.
Pero, además, abrió una investigación profunda en la que ni las autoridades judiciales ni el experto cuerpo forense del país han podido resolver la pregunta que hoy inquieta a la ciudad. ¿Qué les pasó? La primera hipótesis a la que apuntaba la historia, que era la posible intoxicación por un domicilio que habían pedido, parece descartada.
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“Lo sucedido no responde a una intoxicación por alimentos, sino por un agente que no es objeto de vigilancia por la Secretaría Distrital de Salud”, advirtió el jefe de esa cartera, Gerson Bermont, quien aclaró que no existe entonces ningún riesgo para la salud pública de la ciudad en este caso.
La Fiscalía, que asumió desde el fin de semana la investigación, avanza también en la indagación para resolver el caso. Hay pistas clave que los investigadores del CTI recogieron en las visitas al apartamento del exclusivo sector. Videos de seguridad, fotografías y la evidencia física recolectada hacen parte del material que ha permitido a los agentes trazar algunas teorías del suceso.
El ambiente en la montaña donde se ubica el apartamento en el que se reunieron las niñas es tenso. Nadie quiere hablar en la zona y la tristeza es el sentimiento más común. Las empleadas del servicio doméstico se refieren a los niños como si los conocieran de toda la vida y, en medio de la angustia y las lágrimas, replican las versiones inconclusas que circulan alrededor de lo sucedido.

“Unos dicen que comieron sushi, otros que galletas, y uno la verdad es que ni sabe. Yo a esos niñitos los veía todo el tiempo ahí y es una tristeza muy grande lo que pasó. Niños llenos de vida”, contó una vecina del edificio.
Hasta ese punto llegaron una y otra vez los agentes del CTI de la Fiscalía durante toda la semana tratando de encontrar una respuesta a lo que, hasta ahora, se mantiene como un misterio. Los abogados de las familias también llegaron hasta allá para verificar que en las inspecciones no se escatime ningún elemento que pueda desviar el curso de la investigación. Lo cierto es que la verdad de lo que ocurrió esa tarde sigue sin esclarecerse y hasta muestras de sangre de las niñas fueron enviadas a laboratorios extranjeros para poder tener elementos que permitan desenredar el entramado del caso.
Cronología de la tragedia
El relato de una de las niñas, antes de ser trasladada a la Santa Fe, abrió una nueva punta en las pesquisas. “El agua sabía raro”, dijo ella, cuando le reconstruyó a su familia lo que habían hecho en la casa de su amiga. Las entrevistas con los allegados de las menores, en un principio, ayudaron a reconstruir el minuto a minuto del episodio. SEMANA conoció detalles del proceso judicial.
La historia arrancó el viernes 4 de abril, en horas de la tarde. Las tres niñas salieron en la ruta del colegio y se bajaron juntas en el apartamento donde vivía una de las niñas que falleció, ubicado en el exclusivo barrio Rosales, a las 4:00 p. m. Nunca estuvieron solas en la casa, pues estaba el hermano mayor de ella, quien hoy está hospitalizado.

Las tres amigas prepararon galletas con ingredientes disponibles en la cocina y recibieron unos chocolates que una vecina les regaló. Además, comieron fresas con chocolate, pedidas por el papá de una de ellas, en una plataforma de domicilios, y compartieron unas frambuesas que estaban en la nevera. También tomaron agua. El plan se acabó rápido y a las 6:00 p. m. ya se estaban despidiendo.
En la noche, comenzaron a sentirse mal, “pero no con síntomas alarmantes”. La tragedia arrancó el día siguiente, el sábado 5 de abril, en la madrugada. Cada familia, por su lado, llevó a sus hijos al servicio de urgencias de la Fundación Santa Fe. Los síntomas eran “complicaciones respiratorias; dificultad para respirar; falta de aliento; adormecimiento; somnolencia marcada; (y) vómito”.
La primera víctima que cobró el trágico suceso falleció a la 1:00 p. m. de ese mismo día, producto de una falla cardíaca. La segunda, comenzó a agravarse y tuvo que ser intervenida quirúrgicamente. Al día siguiente de la operación, el miércoles, también murió. Esta familia vive una enorme tragedia, pues la mamá de esta última falleció de cáncer hace unos años y su hermano aún permanece hospitalizado y sin tener certeza de lo que les pasó.
Las despedidas de ambas niñas fueron desgarradoras. En el colegio se realizó una eucaristía este jueves para recordarlas: las compañeras del curso de las afectadas, portando el uniforme, ofrendaron flores y sus rostros mostraban una tristeza profunda.
El papá de una de ellas publicó un mensaje en sus redes sociales invitando a sus allegados a darle el último adiós. “Hoy intento encontrar palabras para lo que no tiene explicación. Mi motor de vida partió de este mundo, dejando una huella infinita en todos los que tuvimos el privilegio de abrazarla y amarla”. Las dudas sobre lo que ocurrió son enormes y la hipótesis de un envenenamiento a propósito no se descarta.

SEMANA habló con Santiago Ronderos, el abogado de la una de las familias, quien asegura que “debido a la reacción de las niñas” consideran que se trató de un “veneno”.
El jurista contó que se están revisando los pedidos en la plataforma de domicilios, donde compraron unas “fresas o frambuesas” y desde donde también, al parecer, habrían recibido “un obsequio” por parte de esta plataforma. Agregó que se están revisando los videos y el registro fotográfico de la casa y sus alrededores para identificar quiénes se acercaron, pero “insistimos que puede tratarse de una sustancia más tóxica”. Aclaró que las drogas más comunes, cocaína, marihuana y opioides, están descartadas.
¿Qué sustancia se halló?
La respuesta se desconoce. La fiscal a cargo del proceso legalizó en audiencias de control de garantías todos los elementos que fueron recuperados en ese apartamento, además solicitó hacer una verificación de datos y trazabilidad con algunas empresas de domicilios que aparecieron en escena.
Los investigadores están en una carrera contrarreloj para responder las preguntas que inquietan a todo el país. Aunque la Alcaldía de Bogotá ya descartó un problema de salud pública, los detectives no han desestimado ninguna hipótesis.