El expresidente Álvaro Uribe desenmascara el rosario de contradicciones e inconsistencias en la declaración de Deyanira Gómez

El expresidente Álvaro Uribe Vélez puso el dedo en la llaga y advirtió las constantes contradicciones en las que incurrió Deyanira Gómez, expareja de Juan Guillermo Monsalve, y una las testigos en contra suyo, durante la declaración que rindió el pasado miércoles bajo la gravedad de juramento.

Para el exmandatario, en varias oportunidades, Deyanira Gómez titubeó y olvidó detalles fundamentales. Igualmente, incurrió en notables contradicciones frente a las declaraciones que había rendido ante la Corte Suprema de Justicia.

El expresidente enfatizó en el hecho de que Deyanira Gómez faltó a la verdad cuando habló de la forma como obtuvo e ingresó a la cárcel La Picota, de Bogotá; los relojes con cámara con los cuales su entonces pareja sentimental, Juan Guillermo Monsalve, grabó las conversaciones con Diego Cadena y Enrique Pardo Hasche.

“Deyanira confiesa una trampa. Dijo que como no se podía, por ley, entrar grabadoras a la cárcel, entonces compró un reloj espía, que es una grabadora con apariencia de reloj. Aquí hay una trampa que debería tener consecuencias legales. Dijo que utilizó al abogado Héctor Romero para ingresar el reloj de manera ilegal. Que le pagó honorarios entre 500 mil pesos y un millón”, afirmó el expresidente Uribe, poniendo sobre la mesa el actuar irregular de la testigo en su contra.

En varios de los apartes de su declaración, Deyanira Gómez mencionó al abogado Héctor Romero, con el que tenía una cercanía familiar. Sin embargo, la participación de este profesional del Derecho ha cambiado en cada una de las versiones que ha entregado Gómez ante las autoridades judiciales.

Pese a que dijo que cuando el abogado Romero la buscó para convencerla de la firma de una retractación por parte de Juan Guillermo Monsalve, ella dio por terminada la relación profesional que tenían.

Curiosamente, y como le respondió al abogado Jaime Granados, pocas semanas después, por solicitud de Monsalve, lo contactó para que realizara otras diligencias. Es decir, no hubo tal ruptura.

Las otras contradicciones quedaron evidenciadas sobre la reunión que se realizó en un establecimiento de comidas ubicado en el centro de Bogotá, a pocas cuadras del Palacio de Justicia y en la que participó el abogado Diego Cadena.

En la grabación que hizo Deyanira, y que fue revelada en su totalidad durante la audiencia por la fiscal del caso, se le escucha al abogado Cadena decir una y otra vez que las indicaciones del expresidente eran que se contara únicamente la verdad.

“Sobre la grabación de la reunión con el doctor Cadena queda claro que la señora Deyanira tenía coordinadas las grabaciones con personas de la Corte”, aseveró el exmandatario.

Con sus respuestas, o mejor dicho, con su falta de respuestas ante las preguntas directas del abogado Granados, la testigo prefirió ocultar el nombre de la magistrada auxiliar que le estaba brindando apoyo.

Las contradicciones de la testigo fueron en aumento ante cada una de las preguntas de la defensa de Uribe sobre si conocía a Carlos Eduardo López Callejas, alias Caliche.

Pese a sus negativas ante el estrado, ya anteriormente Deyanira Gómez había dado una versión considerablemente diferente ante la Corte Suprema de Justicia.

“La señora Deyanira negó conocer a Caliche, pero reconoció la relación de Caliche con Monsalve. Sin embargo, a lo largo del proceso se ha sabido que Deyanira directamente le giró un dinero a Caliche. La señora Deyanira tuvo que reconocer esto ante las preguntas del doctor Granados y las evidencias que le suministraron para refrescar su memoria”, indicó.

La versión de Deyanira también les resta credibilidad a las acusaciones que han hecho contra el exrepresentante a la Cámara y actual magistrado del Consejo Nacional Electoral (CNE), Álvaro Hernán Prada, quien fue señalado de haber promovido la reunión entre alias Caliche y Monsalve para lograr convencerlo de que firmara la retractación.

Finalmente, frente a uno de los hechos que más se extendió durante la audiencia del miércoles— y que tuvo relación directa con las presiones que se habrían ejercido para que la empresa en la que laboraba diera por terminado su vínculo laboral—, Deyanira Gómez aseveró que— pese a su relato— no le consta que el exmandatario o personas cercanas a él hubieran provocado su despido.

“La señora Deyanira tuvo que reconocer que no le consta que mis abogados o yo hubiéramos determinado su desvinculación laboral o los seguimientos que ha denunciado”, aseveró.

Por las evidentes señas que le hizo el senador Iván Cepeda a la testigo ante las preguntas de la Fiscalía, el expresidente Uribe pidió que se le investigue por el delito de fraude procesal.