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El presidente y el dictador: Edmundo González se debe posesionar, pero Nicolás Maduro pretende atornillarse en el poder. ¿Qué viene ahora para el país vecino?

Venezuela tiene un presidente elegido democráticamente, Edmundo González, y un dictador, Nicolás Maduro, que se posesionó pese a haber sido derrotado en las urnas. ¿Qué viene para el vecino país?

Redacción Nación
11 de enero de 2025
Portada 2218
| Foto: SEMANA

El día D finalmente llegó. El 10 de enero, dos horas antes de lo previsto y bajo estrictas medidas de seguridad, apareció en el Palacio Federal Legislativo venezolano, a las 9:30 a. m., Nicolás Maduro, de la mano de Cilia Flores, para tomar posesión como presidente por tercera vez. El tirano que ha sumido a Venezuela en una cleptocracia, que tiene a su pueblo sufriendo de la pobreza y la represión, parecía haber ganado. Al menos por ahora.

Rodeado de funcionarios de seguridad de Casa Militar y demás organismos castrenses, se paseó campante por el patio central e ingresó al Salón Elíptico para ser juramentado como presidente reelecto para el periodo 2025-2031. El acto siempre se había realizado en el Salón de Sesiones de la Asamblea Nacional, contiguo al Elíptico, y donde la capacidad es mucho menor, a tal punto que solo pudieron asistir unos 100 diputados de los más de 500 que cumplen funciones legislativas.

Maduro quiso borrar así, con descaro y rapidez, el complejo panorama que vive hoy Venezuela. El país navega en dos aguas. Por un lado, está la lucha legítima de los ganadores de las elecciones, Edmundo González y María Corina Machado, por asumir el poder que por derecho les pertenece y volver realidad así el sueño de millones de sus compatriotas para que su país regrese a su curso. González es hoy el presidente electo, reconocido por los principales Gobiernos democráticos, con Estados Unidos a la cabeza. Un hombre que ha sido recibido en el exterior como un héroe.

  Edmundo González es hoy el presidente electo, reconocido por los principales Gobiernos democráticos, con Estados Unidos a la cabeza.
Edmundo González es hoy el presidente electo, reconocido por los principales Gobiernos democráticos, con Estados Unidos a la cabeza. | Foto: AFP

Mientras tanto, Nicolás Maduro es un dictador que está en Miraflores tras el robo consumado de las elecciones del pasado 28 de julio y que está en la mira del mundo, comenzando por la Corte Penal Internacional, que en cualquier momento podría emitir una orden de arresto contra él y su sainete. En casa se coronó como un rey, pero en el extranjero no podría ni siquiera poner un pie, pues pesan contra él enormes condenas y sanciones.

En los alrededores del evento, cientos de seguidores del chavismo, empleados públicos, funcionarios de los diferentes organismos gubernamentales y motorizados fueron trasladados a Caracas desde los distintos estados del país para hacer efectiva esa juramentación. Incluso, días antes muchos esperaban en vigilia y campamentos instalados por mandato del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).

“Yo juro con Maduro”, fue la frase icónica que usaron para que los simpatizantes del Gobierno acompañaran a los dirigentes políticos por el centro de Caracas hacia la sede de la Asamblea Nacional.

  En casa se coronó como un rey, pero en el extranjero no podría ni siquiera poner un pie, pues pesan contra él enormes condenas y sanciones.
En casa se coronó como un rey, pero en el extranjero no podría ni siquiera poner un pie, pues pesan contra él enormes condenas y sanciones. | Foto: AP

“Estamos aquí desde el miércoles en nuestro campamento. Todos somos Maduro y estamos apoyando a nuestro presidente obrero. No hay yanquis que puedan con este pueblo luchador y decidido a enfrentar los obstáculos que se nos presenten”, soltó con euforia y convicción Armando Pérez, un trabajador del campo residente del estado Yaracuy, ubicado en el centro occidente del país, y que se acomodó a escasos metros de la sede legislativa con un grupo de al menos 30 compañeros de la misma región.

A su lado gritaba una mujer representante de la juventud chavista, y quien se presentó como jueza de paz, de esas que fueron recientemente electas en diciembre pasado, alegando que “somos leales a nuestro presidente y estaremos en el escenario que sea para defenderlo. Que no le quede la menor duda de que este pueblo chavista seguirá en pie de lucha. A la Sayona (refiriéndose a María Corina Machado) debe darle pena por cada show que hace y siempre queda mal”.

Esa celebración colectiva fue amenizada por un concierto musical en pleno centro de Caracas, donde el chavismo instaló una tarima gigante para darles paso a artistas nacionales e internacionales. Quienes soportaron hasta el final de la faena y destacaron la alegría que, según ellos, reina en un país con severas dificultades económicas, donde el sueldo mínimo no supera los 4 dólares mensuales.

   Donald Trump, que llamó a Edmundo González “presidente electo”, asumirá como nuevo mandatario de Estados Unidos en unos días, por lo que se espera que la presión para Maduro aumente.
Donald Trump, que llamó a Edmundo González “presidente electo”, asumirá como nuevo mandatario de Estados Unidos en unos días, por lo que se espera que la presión para Maduro aumente. | Foto: AP

Maduro sabe también que el pueblo de Venezuela ya no le pertenece. Y, por eso, la militarización de la ciudad, desde el 17 de diciembre pasado, ha sido clave para garantizar la seguridad y eliminar la sombra de Edmundo González, quien, con actas electorales en mano, demostró de manera tajante que él fue el ganador de las elecciones presidenciales del 28 de julio de 2024, con el 70 por ciento de los votos, y debía tomar posesión del cargo. Todo esto en contra del Consejo Nacional Electoral (CNE), que hasta la fecha no ha publicado los resultados disgregados y tampoco ha demostrado la victoria de Nicolás Maduro. Pero lo proclamó y al final lo juramentó.

El 10 de enero despertó ansiedad y expectativas en una mayoría ciudadana que eligió como su nuevo presidente a Edmundo González con más de 7 millones de votos, frente a los 3 millones y medio que contabilizó el régimen a su favor. Maduro se autoproclamó, pero Venezuela ya no es enteramente suya.

Miles de venezolanos salieron a las calles. | Foto: AP

La lucha comenzó

Un día antes, las calles dejaron ver que los venezolanos perdieron el miedo. Miles de ciudadanos salieron a demostrar la fuerza del voto y a enviarle un mensaje al dictador para que entienda que debe aceptar la transición y su derrota.

María Corina Machado apareció en las calles de Caracas tras 133 días de clandestinidad y enarboló la bandera de la libertad montada sobre un carro, en una imagen que le dio la vuelta al mundo. Mientras tanto, Edmundo González permanecía en República Dominicana cerrando la gira que lo llevó a reunirse con cinco mandatarios de América (Argentina, Paraguay, Panamá, Estados Unidos y República Dominicana). En todos esos países lo recibieron como el presidente electo, con honores. A su lado, una comitiva de expresidentes latinoamericanos, miembros del Grupo Idea, lo acompañaron y prometieron viajar a Venezuela con él para juramentarse oficialmente. Nada de eso ocurrió.

María Corina Machado salió de la clandestinidad a acompañar al pueblo. | Foto: AP

Lo que causó rechazo mundial fue la captura repentina y violenta de María Corina Machado cuando abandonaba la concentración en Caracas. Ese anuncio, hecho por miembros de su equipo de trabajo, despertó a los Gobiernos del mundo y de inmediato hubo pronunciamientos a su favor y en contra del régimen de Maduro. Minutos más tarde, Machado fue liberada y un video difundido por voceros del Gobierno venezolano daban fe de ello, además la acusaron de haber fingido todo.

Las fuerzas chavistas tuvieron que reprimir a los manifestantes. | Foto: AP

Diosdado Cabello la señaló de mentirosa y se burló de sus declaraciones en ese video, en el que ella expresaba que estaba a salvo y había perdido su cartera azul con pertenencias. “Eso quisiera ella, que nosotros la detengamos. Por ahí dijo que la secuestraron y después la liberaron, que se le perdió una cartera azul, es una mentirosa”, refirió Cabello en medio de una marcha por el centro de Caracas. Para ese momento, los principales Gobiernos de Occidente y los organismos multilaterales ya habían advertido al régimen que estaban vigilantes sobre ella.

   María Corina Machado lideró las manifestaciones del 9 de enero, fue capturada y luego liberada por las fuerzas del régimen. Hace un llamado a los venezolanos para que no pierdan la fe. “Maduro consolida un golpe de Estado”, dijo.
María Corina Machado lideró las manifestaciones del 9 de enero, fue capturada y luego liberada por las fuerzas del régimen. Hace un llamado a los venezolanos para que no pierdan la fe. “Maduro consolida un golpe de Estado”, dijo. | Foto: AFP

Un acto rápido

La juramentación de Maduro estaba pautada para las 12 del mediodía. Sin embargo, dos horas antes fue iniciada sin previo aviso. Los periodistas acreditados para cubrir el evento no pudieron ingresar por órdenes superiores. Solo les permitieron el acceso al Salón Elíptico a camarógrafos y fotógrafos de los distintos medios.

Dos figuras fueron emblemáticas en el lugar: el presidente cubano Miguel Díaz-Canel y el también dictador nicaragüense Daniel Ortega. Este último había anunciado que no asistiría a la toma de posesión. Pero apareció de manera sorpresiva cuando el acto ya había comenzado. El mandatario rompió el protocolo e interrumpió las declaraciones de Maduro para abrazarlo y saludar a varios de los presentes. Algo parecido hizo el enviado especial de Rusia, quien asistió casi al final del evento.

Maduro fue enfático, una vez más, al dejar claro que su nuevo periodo será enmarcado en el humanismo, la nueva democracia y el nacionalismo. Hizo un llamado al diálogo nacional y resaltó que “nadie impone presidentes en Venezuela y que no se arrodilla a ningún imperio”.

En medio de su alocución, se burló de Edmundo González y lo calificó de “pataruco” (débil), que le tenía miedo. Ante un sonido repentino, destacó, en una broma cargada de ironía, que había llegado Edmundo a juramentarse, y que lo estaba esperando. No dudó tampoco en atacar a los expresidentes colombianos Iván Duque y Álvaro Uribe.

Mientras su acto se desarrollaba, el Departamento de Estado de Estados Unidos anunció el aumento en la recompensa de su captura y la de Diosdado Cabello. Por la cabeza de cada uno ahora entregarán 25 millones de dólares, 10 más añadidos al precio inicial. Además, como novedad, sumaron al cartel de los más buscados al ministro de Defensa venezolano, Vladimir Padrino López, ofreciendo 15 millones de dólares.

A ese anuncio se suma un cúmulo de sanciones de visado a 2.000 personas ligadas al Gobierno venezolano, considerados socios de la tiranía de Maduro. Canadá y el Reino Unido hicieron lo propio, imponiendo sanciones a distintos funcionarios del régimen.

Handout picture released by the Venezuelan Presidency press office showing President Nicolas Maduro (2nd L) next to (L to R) attorney general Tarek William Saab, the president of the National Assembly Jorge Rodriguez, the president of the Supreme Court of Justice Caryslia Rodr�guez, and the president of the National Electoral Council (CNE), Elvis Amoroso, before taking the oath during the presidential inauguration at the Capitolio -home of the National Assembly- in Caracas on January 10, 2025. Maduro, in power since 2013, took the oath of office for a third term despite a global outcry that brought thousands out in protest on the ceremony's eve. (Photo by MARCELO GARCIA / Venezuelan Presidency / AFP) / RESTRICTED TO EDITORIAL USE - MANDATORY CREDIT AFP PHOTO /  VENEZUELAN PRESIDENCY PRESS OFFICE - NO MARKETING - NO ADVERTISING CAMPAIGNS - DISTRIBUTED AS A SERVICE TO CLIENTS
Posesión presidencial de Nicolás Maduro, acompañado de Tarek William Saab, fiscal general de Venezuela, Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional, Caryslia Rodríguez, presidenta de la Corte Suprema de Justicia y Elvis Amoroso, presidente de Consejo Nacional Electoral. | Foto: MARCELO GARCIA / Venezuelan Presidency / AFP

Maduro siguió como si no le hicieran mella tales anuncios y mucho menos los pronunciamientos de los distintos países que apoyan a Edmundo González y lo reconocieron como presidente electo minutos después de que él fuese juramentado. Fue calificado de ilegítimo y golpista consagrado. Estados Unidos, Costa Rica, Chile, Panamá, Perú, Canadá, Uruguay, Argentina y otros expresaron su apoyo al presidente electo Edmundo González.

El objetivo del tirano Maduro fue recibir la banda presidencial nuevamente y hacer jurar a las Fuerzas Armadas lealtad y compromiso en el cuidado de la patria. Si bien su Gobierno ha sido criticado por años, su posesión lo consagró en el contexto internacional como un paria.

Los venezolanos que estaban esperanzados por el cambio de Gobierno manifestaron sentirse decaídos una vez más. Sin embargo, los mensajes de fuerza para que no pierdan la fe relucieron por todos lados para indicar que es “hasta el final”.

Edmundo González secundó a Machado calificando a Maduro de dictador y dijo que no lo acompaña nadie, ni el pueblo ni los Gobiernos democráticos del mundo, “solo los dictadores de Cuba, el Congo y Venezuela”.

En sus palabras, envió un duro varillazo a los gobernantes del mundo como Gustavo Petro, que no han reconocido su victoria. “A nuestros amigos demócratas, muchas gracias… La libertad siempre derrota a la tiranía y es la obra de la constancia. Expreso mi agradecimiento a los Gobiernos que me reconocen como presidente electo. A los que no lo han hecho, les recuerdo que en esta hora grave, en la lucha por la libertad, no queda espacio para la neutralidad”.

El Gobierno colombiano fue mucho menos que neutral en este momento histórico. No solo nunca ha reconocido el triunfo de González, sino que le ha lanzado salvavidas al dictador Maduro. Por ejemplo, ha mantenido la tesis de que hay que esperar las actas para pronunciarse, a sabiendas de que el régimen jamás las publicará, dado que demuestran su derrota.

A la posesión aseguró que no podía asistir, pues no compartía la detención arbitraria de Enrique Márquez y Carlos Correa de los últimos días. Pero sí designó a ese acto como su representante a su embajador en Caracas, Milton Rengifo, lo cual desató una ola de críticas en Bogotá. El mandatario también excusó su posición en el conmovedor drama de millones de venezolanos y aseguró que debe mantener relaciones con Venezuela para “evitar un inmenso éxodo de migrantes”.

Al cierre del viernes, lejos de condenar el robo de Maduro del poder y el cerco que le plantó en la misma frontera con Colombia a Edmundo González, Petro prefirió pronunciarse a favor de la dictadura al asegurar que “si las elecciones de Venezuela no fueron libres, al realizarse bajo el bloqueo económico que se convierte en una extorsión explícita, es importante mantener la tesis del diálogo político más amplio posible en Venezuela, el levantamiento integral del bloqueo y una nueva posibilidad de expresión libre del pueblo de Venezuela”.

“Estoy cerca de Venezuela”

Edmundo González dejó claro que seguirá intentando volver a su país, “hagan lo que hagan”. Pero agregó que está preparando el terreno de la mejor manera. “Sigo trabajando las condiciones para mi ingreso a Venezuela y asumir, como lo manda la Constitución y me lo ha ordenado el pueblo, la Presidencia de la República y la comandancia de la Fuerza Armada Nacional. Represento la voluntad de casi 8 millones de venezolanos dentro de la patria y la de millones de compatriotas a quienes se les impidió votar en el extranjero”.

Esa misma voluntad de cambio sigue intacta en muchos venezolanos que al escuchar las declaraciones del presidente electo pasadas las seis de la tarde, levantaron la moral y enfilaron su apoyo con mayor compromiso para que el tiempo desmorone, más temprano que tarde, el régimen chavista que tanto daño sigue haciendo.

“No hay que perder la fe, María Corina y Edmundo han entregado el alma para salvar este país, así que todos debemos tener la certeza y la paciencia para que las piezas se muevan como deben. Es nuestro compromiso como ciudadanos estar siempre firmes en la lucha por la libertad y la unión de todas nuestras familias”, aseguró Víctor Méndez, un profesional de la comunicación que ha trabajado sin descanso y arriesgado el pellejo para materializar el sueño anhelado de la nueva Venezuela.

El líder de la oposición venezolana, Edmundo González Urrutia, habla en el podio durante una reunión con ciudadanos venezolanos en el centro de convenciones Atlapa en la ciudad de Panamá el 8 de enero de 2025.
Edmundo González no logró entrar a Venezuela. | Foto: AFP

En relación con la activación de la artillería de defensa aérea por parte de Maduro, destacó que “esto solo habla de su cobardía y de su ausencia de escrúpulos, pero pronto, muy pronto, aunque ellos hagan lo que hagan, lograremos entrar a Venezuela y le pondremos fin a esta tragedia. Estoy muy cerca de Venezuela. Estoy listo para el ingreso seguro y en el momento propicio haré valer los votos que representan la recuperación de nuestra democracia”.

Ordenó al alto mando militar desconocer las órdenes recibidas por Maduro, a quien calificó de confiscar el poder, así como el cese a la represión por parte de los organismos de seguridad e instó a las instituciones públicas a desconocer al régimen ilegítimo.

Por el momento, Caracas se mantiene militarizada, un país con fronteras cerradas, el Plan de Defensa Territorial activado y grupos armados recorriendo las calles para amedrentar a los ciudadanos que buscan protestar y alzar la voz de libertad.

El país seguirá por un tiempo comandado por dos cabezas: un presidente electo que reconocen los Gobiernos del mundo, y al que le cree y sigue la mayoría, y un dictador que no suelta su silla en Miraflores, y que es sostenido por su camarilla y los regímenes más dictatoriales del planeta.