ELECCIONES
¿El voto en blanco es votar por Gustavo Petro?
Esta opción ha venido en ascenso en las encuestas, y a pesar de que en el papel desempeña un rol más simbólico, podría resultar definitiva este domingo en las urnas.
El estrecho margen con el que llegan a las urnas Gustavo Petro y Rodolfo Hernández, que está en el rango del empate técnico, según la mayoría de las mediciones de opinión, ha hecho emerger un nuevo protagonista en la contienda: el voto en blanco.
En los últimos días se puso en marcha una sistemática campaña, liderada por sectores de centroderecha, que busca convencer a quienes estén contemplando esa opción para que no lo hagan.
En el tracking presidencial de La FM, que se publicó durante 11 días consecutivos, el primero de junio, es decir, dos días después de la primera vuelta, el 2,7 por ciento de los consultados dijo que no estaba convencido por ninguno de los dos candidatos, por lo que votaría en blanco. Casi dos semanas después, en la última medición de este tipo publicada, prácticamente se dobló esta tendencia y llegó al 5,1 por ciento.
Tendencias
Lo primero que hay que aclarar es que el voto en blanco no tendrá ningún efecto frente al resultado de la segunda vuelta.
“La doctrina del Consejo Electoral es que hay que incluir la casilla del voto en blanco, pero no tiene ningún efecto frente al resultado. En caso de que llegara a ganar el voto en blanco no se aplicaría el efecto. Se mantiene la casilla, pero no tiene valor jurídico”, dijo el registrador nacional, Alexánder Vega.
Esto quiere decir que, si en la segunda vuelta de los comicios se marca la casilla del voto en blanco, el sufragio será contabilizado, pero de ganar esta opción no se repetirán las elecciones con nuevos candidatos, sino que se proclamará presidente de la república al candidato con más votos
.Pese a esto, una parte de la opinión pública está decantándose por esa expresión, tal vez para huir de la polarización que ha generado el proceso electoral y la guerra sucia que se ha desatado en medio de la campaña. Hay un importante sector de la ciudadanía que considera que ni Petro ni Hernández generan confianza para la estabilidad democrática del país.
A esto se suma el hecho de que pesos pesados de la política, como Sergio Fajardo y Jorge Robledo, anunciaron que apoyarán el voto en blanco y empezaron a promover esta opción. Fajardo aseguró: “Votar en blanco hoy significa asumir el compromiso para seguir defendiendo nuestras ideas y aportar nuestras propuestas en el periodo tan complejo y difícil que viene a continuación para Colombia. Lo que vemos hoy en la campaña es premonitorio de lo que nos espera”.
A su turno, Jorge Enrique Robledo indicó que siente incertidumbre por las acciones que tomará el nuevo Gobierno, en cabeza de quien esté. “Los análisis que hago no me dan ninguna certeza con ningún Gobierno. Como tengo mis desacuerdos, digo: tengo derecho a votar en blanco, no es una canallada contra nadie, no es un crimen, mienten los que ponen las cosas así”, explicó.
A pesar de que la Coalición Centro Esperanza, a la que pertenecían ambos líderes políticos, fue la gran derrotada en la primera vuelta, aún conservan un electorado que se podría ver persuadido a seguirlos en esta expresión.
Así lo considera Juan Carlos Ruiz Vásquez, profesor de la Facultad de Ciencia Política, Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad del Rosario, quien dijo: “El voto en blanco está creciendo, aparentemente va a ser importante, en Colombia no ha sido superior al 5 por ciento en el mejor de los casos, puede ser que aumente en esta segunda vuelta”.
Lo dicho por Ruiz coincide con los datos que tiene la Registraduría. Esta opción se ha movido generalmente entre el 3 y el 5 por ciento. En las elecciones de 2014, para la primera vuelta, alcanzó el 6 por ciento y en la segunda llegó al 4 por ciento. En 2018, a pesar de la intensa campaña a favor del voto en blanco, en la primera vuelta esta expresión apenas alcanzó el 0,31 por ciento y en la segunda vuelta registró el 4,20 por ciento.
Hay preocupación
A pesar de que esta tendencia aún sigue siendo minoritaria y es meramente simbólica, podría terminar teniendo mucho impacto en quién puede ganar. Si se da el pronóstico que tienen los analistas de que el voto en blanco podría estar por el 5 por ciento y salen a las urnas los mismos 21.146.287 colombianos de la primera vuelta, podría alcanzar el millón de votos y terminar siendo determinante, pues los expertos calculan que la diferencia entre el candidato ganador y el segundo podría estar por debajo del millón de sufragios.
La mayor preocupación por este escenario se ha sembrado en la centroderecha, que apoya en su mayoría a Rodolfo Hernández, donde consideran que el voto en blanco podría terminar favoreciendo a Petro.
La hipótesis que manejan es que el candidato del Pacto Histórico tiene un electorado mucho más fiel y los 8,5 millones de votos que obtuvo en primera vuelta los tiene prácticamente seguros, mientras que Hernández, quien logró 6 millones de sufragios, si bien tiene más opciones de crecimiento, podría perder muchos votantes en opciones como el voto en blanco, pues una parte de los que votaron por Sergio Fajardo o Federico Gutiérrez no necesariamente apoyarán al ingeniero y prefieren depositar un voto de protesta.
“El miedo es que algunos sectores de derecha pensaban que los 5 millones de votos que había obtenido Gutiérrez iban a pasar a Rodolfo Hernández, pero se está viendo que algunas de las personas que votaron por el primero no van a votar por el segundo y tampoco van a inclinarse por Gustavo Petro. Yo creo que, dadas las condiciones actuales, buena parte de ese electorado se va a decantar por Hernández, pero una tajada se la llevará el voto en blanco”, asegura el profesor Ruiz.
Esta es la razón por la cual se han creado movimientos, liderados por sectores del uribismo, que invitan a decirle no al voto en blanco al considerarlo un “acto de indiferencia”.
Federico Gutiérrez también se ha unido a este llamado al enviarles un mensaje a sus 5 millones de electores: “Ojo, que el voto en blanco le sirve es a él”, en referencia a Petro. Lo mismo piensa Enrique Gómez, quien también participó en la contienda en primera vuelta y considera “inmoral” escoger esta opción.
A pesar de que el voto en blanco podría favorecerlos, en el Pacto Histórico tampoco están del todo cómodos con el posible ascenso de esta expresión democrática. El petrismo considera que en los ‘votoblanquistas’ y en los indecisos está el electorado con el que su candidato puede obtener los 1,5 millones de votos que, según ellos, les faltan para ganar este domingo.
De no lograr conquistar ese electorado, Petro estaría en problemas, porque se le han cerrado otros espacios de crecimiento que tenía. En un sector del centro, por ejemplo, hay malestar por la campaña sucia que desplegó el Pacto Histórico y la manera como fue “quemado” Sergio Fajardo.
Y en la centroderecha prevalece sobre todo el voto anti-Petro, un sentimiento capaz de movilizar votantes a favor de todo aquel candidato que se le oponga al senador de izquierda.
A pesar de que en el papel el voto en blanco es más simbólico, podría resultar definitorio con la diferencia tan apretada con la que llegan los candidatos. Según la mayoría de las encuestas que se publicaron, la distancia entre Petro y Hernández es de menos de 5 puntos, que es justo el mismo porcentaje que marca el voto en blanco.