Nación
“Ellas son nuestras mascotas”: el clamor de una familia que busca a sus ovejas robadas en Tocancipá
Pepa y Jacinta son mascotas y su familia está muy afectada por la pérdida, según asegura su dueña, quien pide su pronta devolución.
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En la madrugada del 10 de octubre, desconocidos ingresaron a la finca El Vergel, ubicada en la vereda La Fuente del municipio de Tocancipá, Cundinamarca. Rompieron la malla trasera de la propiedad y se llevaron seis ovejas, entre ellas Pepa y Jacinta, las más queridas por su dueña, Claudia Marcela Lara, médico veterinario y cuidadora de animales.
“El dinero se recupera, el amor no tiene precio”, escribió Claudia en un mensaje que rápidamente comenzó a circular en redes sociales, acompañado de la foto de las dos ovejas desaparecidas.
“No son animales de granja. Son nuestras mascotas. Si fueran perros o gatos, todo el mundo estaría buscándolas”, lamentó en entrevista con Semana.
Según relata, Pepa, su primera oveja, acababa de parir el 2 de octubre y fue llevada junto a su cría recién nacida. “Ella se llama Pepa porque tiene una pepa grandota en uno de sus costados y otra en el cuello. Es una oveja blanca, muy noble. Me duele pensar que se la llevaron con su bebé de solo unos días”, cuenta entre lágrimas.

La otra desaparecida es Jacinta, nieta de Pepa, una oveja blanca criada “como un perrito”. “Cuando su mamá murió, mi hija la alimentó con tetero, dormía en su cama y le ponía moños. Jacinta confía en todos los humanos, se acerca sin miedo. Por eso creemos que fue la primera en dejarse llevar”, explica Claudia.
Las autoridades fueron notificadas ese mismo día, pero la familia denuncia que la investigación avanza lentamente. “En la Fiscalía nos dijeron que había que esperar cinco días hábiles para obtener un número de proceso. No podemos acceder a cámaras porque son privadas. Es muy triste ver que si fueran perros, la historia sería diferente”, se queja.
El robo, además de causar un enorme daño emocional, ha golpeado a la familia. “Mi hija mayor vive en Bogotá y no ha parado de llorar. La menor, que tiene problemas cardíacos, se ha visto afectada en su salud. A nadie parece importarle que el dolor por perder a un animal no depende de su especie”, dice la veterinaria.

Lara sospecha que las ovejas fueron robadas vivas, no para consumo, pues los ladrones ignoraron a los machos adultos, que pesaban más de 60 kilos. “Si las quisieran para carne, se hubieran llevado a los más grandes. Por eso creemos que Pepa y Jacinta están en algún lado. Yo solo pido que nos las devuelvan. Las cambio por otras ovejas si es necesario, pero ellas tienen que volver a casa”.
En videos que prepara para difundir en redes sociales, Claudia muestra las manchas características de Pepa y el rostro blanco de Jacinta, con la esperanza de que alguien las reconozca. “Ayúdenme a publicar. Si hacemos viral su búsqueda, aparecen. Ellas no valen dinero, valen amor”, insiste.
La veterinaria ha ofrecido una recompensa para quien dé información sobre su paradero. “Esto no es solo por mí, es por todas las personas que amamos a los animales. En este país no es justo que roben seres vivos, que sienten y aman. Quiero que Colombia escuche la historia de Pepa y Jacinta”.
Cualquier información puede reportarse al WhatsApp 311 466 7148.