Entrevista
Eloy García, el jurista que editó el libro de Zweig que cita Petro para la Constituyente, desmiente al presidente: “Es un libro notorio, y él evita leerlo”
El afamado profesor español de derecho constitucional Eloy García, quien editó el libro de Egon Zweig La teoría del poder constituyente, que el presidente recomienda leer, analiza la iniciativa de la asamblea nacional y asegura que dice lo contrario a lo que sostiene el autor. “Es un libro notorio, y parece que evita leerlo”.
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SEMANA: El presidente Gustavo Petro lanzó su proyecto de constituyente. Usted es quizás uno de los mayores expertos en la doctrina del poder constituyente en España y ha sido maestro de varias generaciones de magistrados en Colombia. ¿Cuál es su lectura?
ELOY GARCÍA: Lo primero que tengo que decir es que no entiendo el proyecto de Gustavo Petro. Veo que el presidente Petro, como dicen los norteamericanos, tiene unas “balas” listas que va lanzando para generar problemas, y esta es una de ellas. La Constitución tiene un artículo específico (el 376) que prevé la convocatoria de una asamblea constituyente. Sin embargo, lo que aparentemente pretende es romper la Constitución para convocar una constituyente fuera de la Constitución. Si quiere hacer algo fuera de la Constitución, tiene que dejar la condición de presidente y hablar como ciudadano. No se puede servir a Dios y al diablo al mismo tiempo.
Creo que en algunos medios hace falta leer estos libros. pic.twitter.com/0uFQe0Cbtk
— Gustavo Petro (@petrogustavo) June 5, 2024
SEMANA: Usted es muy cercano a Colombia. Viene mucho al país, ha sido el catedrático principal en los encuentros de las altas cortes y dice públicamente que está orgulloso de la nacionalidad colombiana. ¿Ve ajustado a nuestro derecho este proyecto?
E.G.: Jurídicamente, es la destrucción de la Constitución. La destrucción de la Constitución a cambio de nada. Es decir, en términos jurídicos, significa desarticular y romper la Constitución para entrar en el caos. Me llama la atención que el presidente Petro, además, haya recomendado en su cuenta de X un libro del que soy editor: La teoría del poder constituyente, de Egon Zweig DOI: https://doi.org/10.5944/rdp.119.2024.40422)
SEMANA: ¿Y qué dice este libro?
E.G.: Zweig explica claramente que hay un poder constituyente revolucionario y un poder constituyente evolutivo, pero que el primero es un poder destructivo que surge tras una revolución y que implica tener una idea política distinta. Lo que ocurre con Gustavo Petro es que no tiene ninguna idea política distinta. Aquí hay simplemente una invocación a la destrucción sin ninguna construcción. Ese es el verdadero problema. En la presentación que hago del libro, explico que el poder constituyente tiene su racionalidad. No se puede ir contra esa racionalidad, porque se rompe el concepto. Me llama la atención que el presidente Petro, quien recomienda este libro, diga lo contrario de lo que el texto sostiene. Es un libro notorio, y parece que evita leerlo.

SEMANA: ¿Qué es lo que se destruye?
E.G.: Se destruye la Constitución. Y la Constitución en Colombia es una identidad. Colombia es el único país de América que tiene una Constitución respetada por el conjunto de la sociedad y de la ciudadanía. Eso no quiere decir que no tenga defectos ni que no existan procedimientos de reforma. Pero lo que se plantea es un sinsentido.
SEMANA: El presidente ha mencionado otro libro, el del italiano Antonio Negri.
E.G.: Lo conocí personalmente. Negri es un profesor que proviene de la ultraizquierda. Fue el autor intelectual que apoyaba a las Brigadas Rojas, el equivalente de la guerrilla colombiana. Era una guerrilla muy confusa y él, como hombre, era igual de confuso. Fue acusado de señalar personalmente a sus propios colegas de universidad y pedir que no los mataran, sino que les dispararan en las piernas para que perdieran la movilidad y vivieran atemorizados para siempre sin atreverse a opinar. Estuvo en la cárcel, luego en el exilio, y escribió un libro titulado Poder constituyente. La doctrina lo considera un autor menor que dice barbaridades. Entre otras cosas, afirma que Maquiavelo es el autor del poder constituyente, cuando la expresión y el concepto surgieron tres siglos después. Negri es un autor muy peligroso que es la cara intelectual de la guerrilla. No creo que el presidente Petro tenga interés en ser la cara oculta de la guerrilla. Este conflicto hay que superarlo; lo que quiere Colombia es la paz.
SEMANA: El Gobierno argumenta un “bloqueo institucional”. Viniendo del propio poder presidencial, ¿eso tiene validez?
E.G.: Eso es una contradicción absoluta. El presidente es presidente en función de la Constitución, y si se sale de ella, deja de serlo. El bloqueo, en realidad, significa que hay un conflicto, y el conflicto deben resolverlo los órganos constitucionales, los poderes derivados de la Constitución, incluido el cuerpo electoral. Eso es gobernar democráticamente, y gobernar democráticamente también implica perder. Creo que el presidente no tiene muy claras estas cuestiones. Fundamentalmente, está muy mal asesorado y confunde la política con el espectáculo. La política es una cosa seria; el espectáculo es para divertirse. En política no se puede jugar al espectáculo.
SEMANA: Los llamados a constituyentes suelen ser un formato empleado por Gobiernos que luego derivan en autoritarismo. ¿Siente esos vientos?
E.G.: Colombia tiene un liderazgo distinto al del resto de los países de América. Colombia ha pasado del desorden, la excepcionalidad y la fuerza hacia el orden. Desde la Constitución de 1991, la norma es la Constitución, y los estados de sitio son la excepción. Es decir, los colombianos han vivido bajo una Carta que es una de las más generosas del mundo, porque incluso prevé su reforma total. Es lícito que los poderes constituidos acudan a esos mecanismos, pero no es lícito que los quieran destruir. No se puede dinamitar el orden, porque entonces no se elige a un presidente, sino a un dictador.

SEMANA: Hugo Chávez también llamó a una constituyente, que fue un punto crucial para consolidar su régimen. ¿Ve ahí un paralelo?
E.G.: Sí, como también con Napoleón III y su golpe de Estado permanente, algo que estudia muy claramente, y de manera magnífica, Karl Marx en una de sus mejores obras, El 18 Brumario de Luis Bonaparte, donde explica cómo se destruye la legalidad para entrar en la dictadura. Luis Napoleón Bonaparte creó una situación de bloqueo para destruir la Constitución y terminar estableciendo un Gobierno personal. No creo que esa sea la aspiración del señor Petro, pero así está actuando. Petro utiliza también una técnica que viene de los Estados Unidos, que consiste en no ser responsable, pero responder constantemente; es decir, evitar la responsabilidad de los propios actos introduciendo nuevas acciones para no rendir cuentas, eso que se llama “responsividad”. Un presidente de la república sí tiene la obligación de rendir cuentas. No es un virrey de la época colonial.
SEMANA: Muchos han dicho que Gustavo Petro confunde su identidad con la del pueblo. ¿Lo ve así?
E.G.: Más que confundir su persona con el pueblo, lo que ocurre es que cree que el pueblo está a su servicio. Y eso es todavía peor. No es la conclusión a la que llegó Luis XIV con el Estado –“yo soy el pueblo”–, sino que se trata de utilizar al pueblo.
SEMANA: ¿Es evidente que lo que busca es perpetuarse en el poder?
E.G.: Puede ser que ese sea su interés, pero de lo que no es consciente el señor Petro –y digo señor porque aquí no actúa como presidente, sino como ciudadano– es del caos que puede generar. En más de tres años de presidencia se ha caracterizado por decir mucho y hacer muy poco. Es un hombre que habla como ciudadano, pero no gobierna como presidente, y eso es verdaderamente llamativo. No se puede convocar un poder constituyente sin consenso. El gran éxito de la Constitución del 91 fue precisamente que construyó consenso.
SEMANA: ¿Hay alguna justificación para cabalgar la constituyente en Donald Trump?
E.G.: Es otra barbaridad más. Otra forma de demostrar que se está haciendo teatro y no política. Se buscan enemigos para justificar lo que no se hace internamente.
SEMANA: En uno de sus escritos sobre el poder constituyente, usted narra cómo este concepto no se puede desligar de la “revolución”. ¿Petro estará en una revolución a su modo?
E.G.: Ese es el origen del poder constituyente. La expresión surge en Estados Unidos en el siglo XVIII. Pero el matiz que quiero enfatizar es que la revolución es un concepto que se agotó. Hoy no hay posibilidad de revolución. La palabra que sustituye a “revolución” es “destrucción”, “disrupción”. La revolución implicaba destruir para construir algo nuevo. En la propuesta de asamblea nacional constituyente de Petro no veo nada nuevo. Se destruye lo que hay, pero no se construye nada. Hoy en día no hay posibilidad de un poder constituyente revolucionario.



