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“Emilio Tapia no logró resocializarse”, así fue la dura decisión que regresa a la cárcel al condenado contratista

Un juzgado de Bogotá revocó el beneficio de atención domiciliaria que le concedió otro juez, pero en la ciudad de Barranquilla.

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César Jiménez Flechas

César Jiménez Flechas

Periodista Semana

10 de octubre de 2025, 9:23 p. m.
Emilio Tapia
“Emilio Tapia no logró resocializarse”, así fue la dura decisión que regresa a la cárcel al condenado contratista. | Foto: ALEJANDRO ACOSTA

Emilio José Tapia, el polémico contratista que resultó condenado en el escándalo de corrupción del “Carrusel de Contratos de Bogotá” y que reapareció en otro vergonzoso capítulo de corrupción, Centros Poblados, celebraba en videos y entrevistas su situación actual. Sin embargo, un juez ordenó regresarlo a la cárcel porque es “proclive a delinquir”.

La decisión del juez es contundente y contradice la que otro juez, en Barranquilla, tomó al otorgarle la libertad condicional a Emilio Tapia. Advierte que, a pesar de ser sometido a tratamiento penitenciario, es claro que no fue eficaz, pues Tapia continuó con sus actividades criminales.

“Porque reiteró sus comportamientos delictuales, de manera que ahora no puede emitirse un pronóstico fundado acerca de que el tiempo que ha cumplido en privación efectiva de la libertad es suficiente para concluir que no debe seguirse adelante con el tratamiento resocializador, las muestras que ha dado el sentenciado son contrarias a ello”, dice el juez.

Es claro, de acuerdo a la decisión que ordena la captura inmediata de Emilio Tapia, que, aun pagando la pena por el escándalo del “Carrusel de Contratos”, el corrupto contratista se enlistó en otra actividad criminal y demostró con ello que los objetivos de la pena: prevención especial, retribución justa y reinserción social, no se cumplieron con este personaje.

“Debe decirse que la ejecutoria de los fallos no indica que su propensión a delinquir sea desestimada y que no deba evaluarse como parte de su personalidad, pues de todas formas sigue siendo un reflejo de su modo de actuar en sociedad, de su carencia de frenos inhibitorios para transgredir el ordenamiento jurídico”, señala la decisión.

Insiste el despacho que el proceso de resocialización, que se supone es el soporte de las penas, en el caso de Emilio Tapia, se quedó en papel, pues su comportamiento, e incluso su personalidad, está más cerca de la comisión de delitos, que del arrepentimiento real y del deseo de cambio.

“A todo lo anterior debe agregarse la función de prevención general de la pena, puesto que como bien se menciona en el antecedente jurisprudencial citado, no puede propagarse en la comunidad la idea de un tratamiento benigno a esta clase de comportamientos, la sociedad perdería confianza en el órgano judicial del Estado”, advierte el fallo contra Tapia.

Emilio Tapia declara en el proceso disciplinario ante la Procuraduría General.
Emilio Tapia declara en el proceso disciplinario ante la Procuraduría General. | Foto: Captura de video

Para el juez es importante separar el ánimo de aceptación de cargos de Emilio Tapia en los dos casos donde resultó condenado, pues, si bien ayudó a acortar y hacer más eficaces los tiempos de la justicia, esto no implica automáticamente un acto de reparación con la sociedad, sobre todo cuando su comportamiento dejó muy poco espacio para reconocer el arrepentimiento.