NACIÓN
Escandaloso: en sitios de rumba de Bogotá incluyen dosis de cocaína en la factura
Como si se tratara de una práctica lícita, ya la droga está incluida en la factura de algunos consumidores.
Luego de recibir varias denuncias ciudadanas, el concejal Óscar Ramírez Vahos adelantó una investigación en una de las zonas de rumba más conocidas de Bogotá y pudo evidenciar que sin ningún pudor se comercializan estupefacientes en la calle y además en los llamados “amanecederos” hay venta y consumo libre del estupefacientes, a los que además facturan y cobran con IVA.
Según la denuncia del concejal de Bogotá, se puede observar que en algunas calles del sector, además de ofrecer todo tipo drogas ilegales, venden comestibles con alucinógenos. A pesar de que en la zona se evidencia presencia de las autoridades de Policía, los ciudadanos reclaman mayores acciones de inteligencia y operativos contundentes para lograr desarticular las bandas que se dedican al tráfico de sustancias psicoactivas (SPA).
“El crimen en Bogotá está tan disparado: el microtráfico salió de las ollas y ahora opera sin ninguna restricción en zonas de ocio de la ciudad como se evidencia en la llamada zona T. Tal es el grado de tranquilidad de los jíbaros que ahora dan factura en los amanecederos detallando, junto al consumo de licor, el precio y el IVA de los estupefacientes que allí se consiguen. En Bogotá el microtráfico ya tiene IVA”, afirmó Ramírez Vahos.
El cabildante conoció de varias facturas en las cuales se incluye el Impuesto al Valor Agregado (IVA) por el consumo de “perico” y lo incluyen abiertamente en el cobro. Dichas facturas contienen el nombre del lugar donde se vendió y el cabildante las puso a consideración de las autoridades. Dentro de “los servicios” también está un lugar VIP en el cual se puede consumir, según los oferentes, sin que las autoridades molesten. Además, ofrecen mujeres para acompañar dicho consumo.
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Vea la transmisión de Vicky en SEMANA al respecto:
Luego, ya dentro de los sitios exclusivos de consumo, muchos de ellos ubicados en el norte de Bogotá, el consumo se hace abiertamente y ante los ojos de quien esté presente. El cabildante, quien dialogó con SEMANA, dio cuenta de diversos cobros con IVA por el consumo de cocaína. Los montos oscilan entre los 13.000 pesos por haber hecho semejante compra.
En la calle, mientras tanto, los denominados jíbaros siguen en busca de clientela, ofrecen rumba hasta las 6:00 a.m., que está prohibida, “periquito, no les cobramos cover”. También ofrecen mujeres y pareciera que todo el mundo sabe dónde se ofrecen estos servicios, a juzgar por una persona que preguntó por “el periquito”.
También se ofrece “40 mujeres casi vírgenes” y se dan tarifas de acuerdo a la cantidad de “perico” que el cliente requiera. Además, como “oferta”, los jíbaros buscan llevar a sus clientes hasta el lugar donde “no los joden” y señalan que pueden ir sin tomar una decisión, ya que “no cobran por mirar”. Todos estos hechos ocurren en plena rumba, en la denominada Zona Rosa de Bogotá, en el norte de la capital.
De acuerdo con las cifras de la Secretaría de Seguridad, durante el año 2020 se realizaron 3.562 capturas relacionadas con el tráfico, fabricación o porte de estupefacientes y se realizaron 13.782 comparendos por consumo de SPA y alcohol en espacio público. “Durante el 2020 se recibieron, ojo a esta cifra, más de 81.000 llamadas ciudadanas al 123 alertando sobre el consumo de sustancias psicoactivas en Bogotá. Nuestro llamado a la Secretaría de Seguridad es a que tome cartas en el asunto y entienda que muchas de las dinámicas de inseguridad en Bogotá nacen desde la permisividad al microtráfico y al consumo abusivo de estupefacientes”, dijo el concejal.
El concejal insistió en la necesidad de realizar procesos de georreferenciación de zonas y redes territoriales de criminalidad, donde el tráfico de SPA se asocia con otros delitos.