Encapuchados con bandera del M-19 sembraron terror en la Universidad Tecnológica de Pereira

En un hecho sin precedentes, hombres armados con banderas del M-19 generaron caos y temor en la Universidad Tecnológica de Pereira. Los individuos, identificados como miembros del JM-19 (Juventudes del M-19), fueron vistos amenazando a estudiantes y destruyendo instalaciones.

En varias imágenes fueron captados deambulando por la institución educativa, mezclándose con los estudiantes y causando pánico, ya que los encapuchados portaban consigo un hacha con la que destruyeron las cámaras de seguridad del plantel, al parecer, en un intento por presionar la elección del próximo rector.

La arremetida se dio en medio de la polémica candidatura de Alexander Molina, supuestamente, respaldado por el gobierno del presidente Gustavo Petro y la ministra de Trabajo, Gloria Ramírez. Molina. Oriundo de Florencia, Caquetá, Molina es señalado de “carecer” de experiencia administrativa, lo que ha generado controversia entre la comunidad universitaria.

Según conoció SEMANA, violando la autonomía universitaria, los encapuchados armados han intimidado en varias ocasiones a estudiantes y directivos para que apoyen,supuestamente, a Molina, quien ha sido derrotado en dos votaciones por Luis Fernando Gaviria, hermano del expresidente César Gaviria.

La tensión en la universidad ha llegado a niveles críticos tras conocerse las imágenes de los encapuchados vestidos con banderas del M-19. Aunque no se ha confirmado si se trata de estudiantes a fines al JM-19 o infiltrados, lo que sí es cierto es que los han visto en los pasillos y que estarían “adoctrinando”.

Esta situación recuerda a lo ocurrido en la Universidad Nacional de Bogotá, donde, pese a acciones similares de amedrentamiento, el candidato respaldado por el gobierno fue derrotado.

Las autoridades han sido alertadas sobre esta situación preocupante, y se espera una pronta intervención para garantizar la seguridad de la comunidad universitaria y el respeto por la autonomía de la institución.

El caso de la Universidad Nacional, en Bogotá

La designación de José Ismael Peña como nuevo rector de la Universidad Nacional de Colombia ha desatado una ola de críticas y controversia en la comunidad universitaria.

La elección de Peña, realizada por el Consejo Superior Universitario (CSU), ha generado malestar entre estudiantes, profesores y egresados, quienes respaldaron en las consultas previas a Leopoldo Múnera como candidato favorito. Múnera, reconocido por su destacada trayectoria académica y amplia experiencia en la universidad, habría obtenido una clara victoria en la consulta, con un 34.4 % de apoyo.

Ante esta situación, diversos sectores de la comunidad universitaria han manifestado su inconformidad con la decisión del Consejo Superior, argumentando que se debe respetar la voluntad expresada en las consultas. Por eso, habrían decidido entrar en paro inmediatamente, hasta el próximo 2 de abril.

En la sede Bogotá, la inconformidad escaló hasta la suspensión de las clases y actividades académicas. El objetivo sería presionar al CSU para que reconsidere su decisión, ya que la comunidad universitaria sostiene que la designación de Peña “carece de legitimidad”, pues no tiene el respaldo de la mayoría.

Precisamente, Jennifer Pedraza, representante a la Cámara y exlíder universitaria, se manifestó tras la elección del nuevo rector: “Esto es inadmisible. ¿Cómo pueden pasarse por la faja la decisión contundente de la Universidad Nacional? ¡Señores CSU, respeten a estudiantes, profesores y egresados/as de la UN! ¿Cuál es el miedo a respetar la voz de la comunidad? Pudieron estar a la altura de la historia”.

Por su parte, el presidente Gustavo Petro se pronunció y aseguró que “los delegados del Gobierno nacional respetan las decisiones democráticas en las urnas de estudiantes y profesores para las rectorías de las universidades”.

Luego de la elección de Peña se registraron manifestaciones en los alrededores de la Universidad Nacional, donde grupos de estudiantes expresaron su descontento con pancartas y consignas. Unas 600 personas se congregaron sobre la calle 26.