ENTREVISTA

“Nunca he creído que la mujer sea importante por ser mujer”

La directora de la Cámara Colombo Americana y exministra de Comercio, María Claudia Lacouture relató su paso por el sector público y privado, los retos que afrontó como mujer y el equilibrio de la vida personal y laboral.

18 de junio de 2019

SEMANA: Usted está hoy en la Cámara Colombo Americana (AMCHAN), por sus siglas en inglés, después de haber sido durante varios años funcionaria pública y ministra de Comercio. ¿Cómo ha sido ese cambio?

M.C.L:  Ha sido un cambio de vida de 180 grados, parte del ejercicio también es cómo se adecúa uno a esos cambios, a la nueva forma de trabajar. Ha sido un proceso bastante interesante, he aprendido del equipo de la Cámara Colombo Americana donde la mayoría (68 por ciento) somos mujeres y dentro de ese grupo, el 90 por ciento son millenialls. No me había tocado trabajar con tanto milleniall en toda mi carrera laboral. Normalmente siempre había un equilibrio en las diferentes generaciones; es un proceso de aprendizaje interesante, me ha enseñado que hemos cambiado y que tenemos que aprender a desaprender. Ha sido un cambio bastante interesante. El sector privado y público son muy diferentes en su forma de trabajar, de generar liderazgo, de generar acciones y pasos que permitan sentir que se está haciendo una injerencia en el país y en el empresariado. Estoy muy contenta.

A veces nuestras opiniones no son tenidas en cuenta en primera instancia, sino hasta que un hombre repite lo que la mujer dice.

SEMANA: ¿Qué lecciones personales le dejó a usted su paso por el sector público?

M.C.L.: Varias. El ejercicio público es un trabajo donde la mayoría de las cosas hay que hacerlas por un equilibrio de acciones. Es una labor de alta exigencia, ya que se debe lograr un equilibrio entre diferentes posturas a la hora de generar una política pública que vaya acorde con las necesidades de la mayoría. También se debe tener mucha disciplina para entender, cumplir acciones y dar resultados que tengan un efecto positivo en los colombianos.

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SEMANA: ¿Cómo fue su experiencia como mujer en el gabinete?

M.C.L.: En Colombia las mujeres hemos venido ganando una posición a través de las leyes dentro del ámbito público y privado. De hecho, la Constitución exige que deba existir un trato igualitario entre hombres y mujeres, también está por ley el derecho de las mujeres de ser elegidas y de elegir, como también está la obligatoriedad del sector público de establecer un 30 por ciento de mujeres dentro de cargos de toma de decisiones a nivel directivo. En el gabinete en el que yo pude trabajar había una participación de mujeres superior al 40 por ciento. Esto es una participación importante y que se ha venido aumentando. Sin embargo, todavía hace falta lograr mayor participación de la mujer y que esa ley que ya existe se implemente y se ejecute.  Parte de la problemática es que existe una deficiencia de mujeres que tengan la capacitación en ciertos ámbitos de la política pública que les permita participar. No porque no haya los espacios sino por falta de capacitación.

Las mujeres tenemos que poner en acción la voz que tenemos, y abrir espacios. No todo recae en el machismo.

Yo tengo que decir que mi participación como ministra en un gabinete no tuvo un problema de género: la gran mayoría teníamos la posibilidad de generar nuestra participación sin ninguna limitación por ser mujer. Uno aprende en el sector público que las mujeres tenemos voz. Por lo tanto, el problema no es no poder expresarnos, sino que debemos generar acciones de impacto en la sociedad.

SEMANA: ¿Entonces en toda su carrera no se ha sentido subestimada por ser mujer?

M.C.L.: Es curioso porque en el ámbito empresarial lo siento más que en el ámbito político. A veces nuestras opiniones no son tenidas en cuenta en primera instancia, sino hasta que un hombre repite lo que la mujer dice. Las mujeres somos responsables de que los hombres vean nuestra participación y la sientan válida. Que sepan que estamos ahí por mérito, porque tenemos una voz y tenemos la posibilidad de aportarle al grupo, no porque seamos mujeres y ahí es donde hace falta mucho trabajo.

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SEMANA: ¿Usted cree que en el poder hay machismo?

M.C.L: Creo que más que machismo son prejuicios culturales que todavía persisten. Aunque logremos entrar a una fuerza laboral, las mujeres tenemos unas responsabilidades que todavía nos pesan. Colombia sí tiene dentro de esos prejuicios culturales una fuerte posición del hombre. Las mujeres tenemos que poner en acción la voz que tenemos, y abrir espacios. No todo recae en el machismo.

SEMANA: Supongo que se refiere a responsabilidades como las del hogar que todavía recaen en la mujer. ¿Cómo equilibrar su vida laboral con su vida personal y familiar?

M.C.L.: Ese equilibrio nunca se logra y no nos podemos dar látigo por que no lo logremos. Lo segundo es darle la importancia a cada una de las esferas donde se quiere generar una injerencia. No quisiera decir que una es más importante que la otra, sino que se debe lograr más calidad que cantidad, esto es muy personal y cada persona tiene que establecer su formato de vida de acuerdo con lo que cree y valora. Mi formato de vida es que los fines de semana son para mi familia, días de semana para lo laboral, pero siempre tratando de compartir mucho tiempo de calidad con mis hijos.  

SEMANA: ¿Por qué son tan valiosas las mujeres en altos cargos y cuál es el valor agregado que le dan a las empresas?

M.C.L.: Yo creo que las mujeres somos valiosas en todos los niveles y la reflexión que hay que entender es que el género no es una obligatoriedad sino una complementariedad. Tanto hombres como mujeres tenemos diferentes connotaciones y aptitudes que se complementan y generan unas acciones conjuntas para el desarrollo.

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SEMANA: ¿Qué política de inclusión de género está empleando en AMCHAM?

M.C.L.: Tenemos un 68 por ciento de mujeres y cada vez más estamos buscando cómo nos complementamos entre hombres y mujeres. Nunca he creído que la mujer sea importante por ser mujer sino por el rol que cumple.  

Tenemos una participación activa relacionada con el tema de mujeres, junto a la Embajada de Estados Unidos, desarrollamos un proyecto que se llama We Connect. Este es un programa del Departamento de Estado donde hemos convocado a más de 200 mujeres microempresarias a nivel nacional, en donde tienen acceso a un circuito de networking a nivel mundial de mujeres de distintos niveles directivos. Una vez las conectamos, ellas reciben capacitación en temas sobre el crecimiento de su negocio, aprender a posicionarlo en el mercado y cómo desarrollar sus relaciones con proveedores y compradores. Al mismo tiempo se les facilita el contacto con empresarias para vender sus productos.

SEMANA: ¿A qué líderes admira y por qué?

M.C.L.: Empiezo por mi casa, admiro tanto a mi papá como a mi mamá, cada uno en su rol participativo de construir una familia homogénea. Admiro mucho a las personas que tienen valores, principios, claridad en el norte y luchan por esos ideales. Admiro a las personas que con humildad y amabilidad logran mover masas, admiro a aquellas personas que constantemente están mostrando su amabilidad independientemente de la categorización de la persona con la que están trabajando o dialogando.