Bogotá
Esta es la nueva vida de Goyo, Túpac y Candelario, las tres llamas rescatadas de la Plaza de Bolívar en Bogotá
Pasados cuatro meses desde su aprehensión, los camélidos se encuentran recuperados de sus lesiones y viviendo libres y felices en sus nuevos hogares
Después de años de presunto maltrato, explotación y abuso en la Plaza de Bolívar, Goyo, Túpac y Candelario, fueron objeto de aprehensión material preventiva en el operativo ejecutado el 8 de octubre del 2022, gracias a la articulación distrital entre la Policía Metropolitana, la Alcaldía Local de La Candelaria y el Instituto Distrital de Protección y Bienestar Animal (IDPYBA), y ahora viven libres en sus respectivos hogares de paso en la sabana de Bogotá.
“En Goyo, Túpac y Candelario, encontramos una gran mejoría en su comportamiento, ya que ahora son libres en sus respectivos hogares de paso y no están expuestos al maltrato de las personas y a las severas condiciones que tenían en la Plaza de Bolívar. Pueden pastorear y ramonear, lo que ha ayudado a la recuperación de su condición corporal y la correcta cicatrización de las lesiones en sus patas y en el caso de Goyo, de sus labios” afirmó Roberto García, médico veterinario del programa de Atención a Animales de Granja del IDPYBA.
Goyo es el consentido del santuario para animales Juliana’s Animal Sanctuary, propiedad de Juliana Castañeda, quien lleva 17 años rescatando animales maltratados para brindarles un hogar cálido en este lugar, ubicado en la Vereda Yerbabuena saliendo por la autopista norte.
Goyo convive con más de 300 animales, entre perros, gatos, conejos, cerdos, vacas, palomas, codornices y otra llama mucho más joven que él. Cuando Goyo fue aprehendido, tenía una condición corporal de 2.5, lo que quiere decir que estaba muy delgado, tenía una lesión en el área de los labios y una deformidad en su mandíbula. Ahora está muy bien de peso y fuerza, con una condición corporal de 4/5 y es un amor con las personas que lo visitan y como no, con Juliana que se convirtió en una madre para él.
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Túpac, el galán de La Calera. Se convirtió en el emperador de su actual hogar de paso, ubicado en el municipio de La Calera, Cundinamarca. Su cuidador, Antonio Quintana, habla de su llegada: “Túpac llega porque nos encantan las llamas: nos parecen animales fascinantes y muy nobles. Por eso también tenemos a Cusco, otra macho y tres hembras más y nos pareció que en este espacio podíamos darle una oportunidad a otra llama y apenas nos enteramos de la necesidad de encontrarle un hogar, dijimos sí, bienvenido”.
Además de convivir con las otras cuatro llamas, Túpac vive con varios animales rescatados por el Distrito: una gallina y un gallo, nueve patos y dos gallinas de guinea, los cuales encontraron un hogar muy feliz en la finca de Antonio y Patricia.
Cuando Túpac fue aprehendido, tenía también una condición corporal de 2.5 y lesiones en las almohadillas de sus patas, las cuales han sanado completamente y aún se encuentra en proceso de recuperación de su condición corporal, teniendo un 3.5/5.
Y Candelario, la estrella del colegio Monterrosales, ubicado en el kilómetro 4 vía a La Calera. Esta institución se ha convertido en el hogar de cientos de animales abandonados y maltratados, que han sido recuperados en su totalidad y ahora son el incentivo de niños y niñas a ser protectores de toda la fauna. Candelario, es uno de los animales más queridos del colegio desde su llegada en octubre del año pasado y es evidente su cambio, ya que ahora es un animal sociable, se le ve animado y ágil, y está al cuidado del personal del colegio y de su alumnado.
Candelario en octubre fue encontrado muy delgado, con una condición también de 2.5, el pelo hirsuto y algunas lesiones en sus patas. Ahora tiene una condición de 3.3/5 y ostenta un pelaje muy bien cuidado, con un trabajo de esquilado que le ayuda mucho a su piel ahora que vive en un lugar húmedo y con bastante vegetación a su alrededor.
Menelao, Dálmata y Capuchino
Ellos son las tres llamas que fueron objeto de aprehensión material preventiva en el operativo del 4 de febrero del presente año. Los camélidos se encuentran en este momento recuperando su condición corporal con una dieta controlada y las lesiones de sus patas están cicatrizando muy bien, sin embargo, aún no están preparados para socializar con más animales ni con personas. En este momento están en la Universidad Antonio Nariño mientras terminan su proceso de recuperación y esperando que un hogar de paso los reciba para tener una vida feliz y en libertad.