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Esto es lo pasa en la superficie, o bajo tierra, después de un temblor, según el Servicio Geológico Colombiano
Un mes después del sismo de Paratebueno, el Servicio Geológico Colombiano explica 10 efectos geológicos comunes tras un evento de gran magnitud.


Aunque un sismo puede durar apenas unos segundos, su impacto bajo la superficie terrestre puede extenderse durante días, semanas o incluso meses.
Así lo explicó el Servicio Geológico Colombiano (SGC), a propósito del primer mes del fuerte temblor de magnitud 6,5 que sacudió el centro del país el pasado 8 de junio, con epicentro entre los municipios de Paratebueno y Medina, en Cundinamarca.
Este evento sísmico, ampliamente sentido en departamentos como Cundinamarca, Meta y Tolima, dejó huellas visibles e invisibles en el territorio.
A la fecha, ha generado más de 1.293 réplicas y ha motivado más de 12.200 reportes ciudadanos a través del formulario SismoSentido, siendo Bogotá (4.345 reportes), Villavicencio (1.298) e Ibagué (352) las ciudades con mayor número de notificaciones.
Con base en su experiencia y monitoreo constante, los expertos del SGC explicaron 10 procesos geológicos que pueden ocurrir tras un sismo, tanto en la superficie como en el subsuelo:
1. Reacomodación de la corteza terrestre
Tras la liberación súbita de energía durante un sismo, las rocas afectadas deben reacomodarse. Este proceso de ajuste genera nuevas tensiones internas que pueden durar días o semanas.
2. Generación de réplicas
Las réplicas son sismos posteriores al evento principal que surgen como parte del ajuste natural de la corteza. Aunque suelen ser de menor magnitud, pueden ser perceptibles para la población, como ha ocurrido con los eventos secundarios del sismo de Paratebueno-Medina.

3. Activación de fallas cercanas
El movimiento sísmico puede modificar los esfuerzos tectónicos en el área del epicentro, lo que podría activar otras fallas geológicas en la región y generar nuevos temblores en el futuro.
4. Desprendimiento de materiales en laderas
En zonas montañosas o de pendientes inestables, los sismos pueden detonar deslizamientos o caídas de rocas. El evento del 8 de junio, por ejemplo, reactivó un movimiento en masa de 60 hectáreas en la vereda La Europa, cerca de la vía a Cumaral.
5. Compactación y licuación del suelo
En suelos saturados de agua, como los de las llanuras aluviales, la vibración puede hacer que el terreno pierda su solidez y se comporte como un líquido. Esto puede generar hundimientos, grietas y volcanes de arena, afectando estructuras y alterando el paisaje.
6. Agrietamiento del terreno
En áreas con suelos blandos o fracturados, pueden aparecer fisuras visibles en la superficie, afectando viviendas, vías y espacios públicos. Estas grietas son consecuencia directa de las deformaciones en profundidad.
7. Emisión de gases desde el subsuelo
Aunque no ocurrió en el caso del sismo de Paratebueno, en zonas volcánicas del mundo los temblores pueden liberar gases como metano, dióxido de carbono o radón, con potencial impacto ambiental.
8. Cambios en el comportamiento del agua subterránea
Los movimientos telúricos pueden provocar alteraciones en pozos, manantiales y fuentes de agua subterránea, generando nuevos brotes, disminución de caudales o incluso la desaparición temporal de fuentes existentes.
9. Oleaje anómalo en cuerpos de agua
Los temblores pueden generar oleaje inusual en embalses, lagos y ríos, con alturas superiores al metro, provocando desbordamientos locales.
10. Caída de árboles y nubes de polvo
En zonas con vegetación densa o suelos áridos, las sacudidas pueden derribar árboles o levantar polvo, especialmente en pendientes pronunciadas.