Justicia
Exclusivo: así fueron los seguimientos que le hicieron a Miguel Uribe Turbay meses antes del magnicidio. Las autoridades no hicieron nada
SEMANA revela en exclusiva la investigación contra el coautor del crimen de Miguel Uribe Turbay. Era el eslabón con la Segunda Marquetalia, según las pruebas, y seguía al senador desde tres meses antes del asesinato. Las autoridades no hicieron nada, pese a las advertencias.
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En la mañana del 30 de marzo de 2025, el senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay asistió a un evento político en la calle 65 sur con 81 F, en la localidad de Bosa. Fue en un pequeño salón comunal, ubicado en el barrio Antonia Santos, donde el dirigente político escuchó las preocupaciones de la comunidad en temas como inseguridad y desempleo. Parecía un acto de campaña común, pero allí ya habían puesto a andar un plan para asesinarlo.
Al final de la jornada, el precandidato del Centro Democrático subió una selfi en su cuenta de Instagram en la que aparecía, de fondo, un centenar de personas sentadas en el salón comunal y líderes políticos; entre ellos, Andrés Forero, representante a la Cámara, de su partido.
Según las investigaciones de la Fiscalía, en esa misma foto aparecía Simeón Pérez Marroquín, alias el Viejo, el mismo que acaba de ser capturado como el coautor de más alto nivel hasta ahora en el crimen de Miguel Uribe Turbay, y quien sería el vínculo directo con la Segunda Marquetalia, una de las disidencias de las Farc.

El Viejo es un hombre con graves antecedentes judiciales que habría sido contactado, semanas antes, por una peligrosa organización para que realizara seguimientos y obtuviera información del congresista del Centro Democrático.
El plan para atentar contra la vida de Miguel Uribe Turbay ya estaba en curso. Un arsenal de pruebas, conocidas en su totalidad por SEMANA, vincula directamente a Pérez Marroquín, conocido también como la Firma, con la recolección y entrega de información a la organización delictiva enclavada en el barrio El Muelle, en Engativá, para realizar el ataque sicarial.
El análisis de las celdas de los teléfonos celulares y antenas picocélulas (más conocidas como antenas repetidoras) les permitió a los investigadores de la Fiscalía establecer que el celular del Viejo estuvo en el mismo lugar en el que se encontraba ese 30 de marzo el dirigente político, entre las ocho de la mañana y la una de la tarde.

Los investigadores cuentan con evidencia documental y testimonial que ubica al Viejo en dicho salón comunal. “Lo siguió y lo fotografió”, detalló la fiscal delegada para la seguridad territorial, Deicy Jaramillo, quien lidera el grupo de investigadores en este caso.
Por su parte, la fiscal general, Luz Adriana Camargo, aseguró que se ingresó en una “segunda fase de la investigación” por este magnicidio. “La evidencia que nosotros tenemos es la cercanía de Simeón Pérez Marroquín con la Segunda Marquetalia. En realidad, la Fiscalía ha insistido en que esa es la ruta que la evidencia le ha marcado casi que desde el principio”.
Brayan Ferney, el eslabón perdido
El Viejo, quien fue detenido el pasado lunes 27 de octubre en un gigantesco operativo liderado por la Policía y el Ejército en el caserío Brisas del Güejar, zona rural del municipio de Puerto Lleras (Meta), tuvo dos papeles fundamentales en la ejecución del atentado contra el precandidato presidencial. En un informe del investigador de campo, que analizó los teléfonos celulares de los integrantes de la organización, se hace expresa y continúa referencia al Viejo, “a quien se identifica como el coordinador y líder que imparte instrucciones de la red”.

En el análisis de mensajes de WhatsApp aparece un nombre clave y, hasta el momento, desconocido: Brayan Ferney Cruz Castillo, quien tenía una relación sentimental con Katherine Andrea Martínez, alias Gabriela, la joven modelo webcam que fue la encargada de transportar el arma hasta el barrio Modelia para atentar contra el senador.
En el cruce de mensajes de WhatsApp entre el Viejo y Brayan Ferney, se fijó la hoja de ruta de escape hasta el municipio de Florencia (Caquetá) después de la ejecución del crimen. En las conversaciones, fechadas el 14 de junio, se comparten la forma en cómo están viajando hasta ese lugar, y el hotel en el que se quedarán “mientras los recogen”.
“Rol de Viejo: actúa como líder y coordinador. Él supervisa a Brayan, le advierte sobre los riesgos (‘no se vaya a dejar atrapar’), indicando y controla la logística de la operación, decidiendo el destino final de la ‘señora’ al confirmarle el hotel”, destaca uno de los informes en poder de SEMANA, de 21 páginas.
“Rol de Brayan: es el ejecutor. Obedece las instrucciones y reporta el progreso de la operación. La conversación es breve y centrada en la seguridad y el control. Esto indica que se trata de una actividad criminal organizada, donde cada movimiento está planificado y supervisado por una autoridad superior. Como se evidencia en las conversaciones”, añade el reporte conocido por SEMANA.
Como lo ha revelado este medio en varios reportajes, alias Gabriela iba a ser recogida por las disidencias de las Farc que delinquen en el Caquetá para ser trasladada hasta el campamento, donde recibiría un curso en el manejo de drones y de francotirador. Igualmente, el Viejo daba instrucciones precisas para que se eliminaran pruebas de los teléfonos celulares y se ocultaran: “No se dejen coger”, insistía.
Evento en la Javeriana
En el informe de campo se revela que, por orden del Viejo, Brayan Ferney Cruz realizó seguimientos al precandidato presidencial en eventos públicos. Uno de estos ocurrió el 27 de marzo de 2025 en la Universidad Javeriana, en Bogotá.

“En ese evento, la persona portadora del equipo móvil (Brayan Ferney Cruz) sería el encargado de informar el momento en el que salgan los vehículos e indicar en qué camioneta se sube una persona denominada como el Cucho. Asimismo, de acuerdo con la información contenida en los audios, su pareja sentimental sería la encargada de entregar algún paquete a otras personas que llegarían al lugar en motocicletas, entre las cuales registra alguien que denominan como el Flaco”, complementa el informe.
En el centro educativo, como queda claro en el flujo de notas de voz, se iba a reunir con otros integrantes de la organización para compartir información. Sin embargo, por un error de ubicación, no se pudieron encontrar ni recolectar la información sobre los movimientos del precandidato presidencial.
“Hola, mi amor, ahí salieron las camionetas, yo les avisé, salió la blanca y salió la otra detrás, ahí salió esa gonorrea (...) No, cómo así que en qué nube ando, si estoy ahí, están saliendo, le estoy escribiendo, ahí van subiendo, ahí subieron esas pirobas, la TX y la otra”, avisó Brayan. Esta desinformación generó gran molestia para el Viejo, puesto que era clave tener los datos de las camionetas en las que se movilizaba el dirigente político.
Tal como han señalado los testimonios, el Viejo estuvo en la coordinación detallada el día que el menor de edad cometió el asesinato. Los seguimientos venían de tiempo atrás, y este criminal tenía graves antecedentes: varios ingresos a la cárcel por fabricación, tráfico y porte de armas. Miguel Uribe Turbay había advertido en 23 ocasiones por correo electrónico que su vida corría riesgo, lo estaban siguiendo. Es claro: ni las autoridades ni inteligencia hicieron nada.



