POLÍTICA
Findeter argumentó por qué las casas que construyó el Gobierno Duque en Providencia costaron entre 683 y 700 millones de pesos
SEMANA conoció que el director de Financiera de Desarrollo Territorial (Findeter), Ricardo Bonilla, aseguró: “Los costos adicionales son del 44% si se hubieran construido en Barranquilla”, le dijo el funcionario a este medio.
Apenas cerró su mandato, Iván Duque soportó el ruido de sus opositores, que lo cuestionaron cuando conocieron el valor que destinó para cada una de las viviendas que el gobierno nacional construyó en Providencia, después del desastre natural ocasionado por el huracán Iota. El costo de 683 y 700 millones parecía una exageración, dijeron en su momento los contradictores. La cifra la entregó escandalizado el presidente Gustavo Petro en su primera visita a la isla.
Lo que pocos identificaron es que una cosa es construir en una ciudad cualquiera y otra en Providencia, una isla distante del resto de Colombia cuyo transporte y mano de obra es escasa.
Este lunes 12 de diciembre, el director de Findeter, Ricardo Bonilla, uno de los economistas más cercanos a Gustavo Petro, reveló un cuadro oficial de su entidad donde argumentó por qué cada vivienda le resultó costosa al gobierno pasado.
El cuadro diferencia los costos de las viviendas de 702 millones de pesos (porque poseen 114.65 metros cuadrados), y las de 683 millones (88.81 metros cuadrados). En el primer caso, Findeter especificó que el transporte marítimo de cada vivienda, o al menos, los materiales, alcanzó los 99 millones de pesos.
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En gastos de administración (hospedaje, alimentación, campamento y bodega), 153 millones de pesos. El precio base fue de 61 millones de pesos, pero por el costo agregado por la distancia de la isla, la cifra llegó a los 92.5 millones de pesos.
La mano de obra llegó a los 147 millones de pesos. Y, si hubiera sido en otro lugar del país, podría alcanzar los 100 millones de pesos, según las estadísticas dela Financiera de Desarrollo Territorial.
El movimiento de tierra, excavaciones, llenos y retiros, maquinaria y logística interna de cada vivienda, tuvo un costo de 45 millones de pesos.
Por su parte, el sistema de almacenamiento de agua de cada casa costó 3.3 millones de pesos; los sistemas sépticos, 7.9 millones; la carpintería (madera, metálica, aluminio y acero inoxidable), 17.8 millones de pesos; enchapes de piso, acabados y pintura, 6.6 millones; instalaciones hidrosanitarias y eléctricas, 18.5 millones.
La estructura metálica, que comprendieron muros, cubiertas, cielo raso, estructuras en concreto, acero de refuerzo, mampostería, muros livianos, cubiertas y cielorrasos, terminó convertida en uno de los aspectos más costosos: 201 millones de pesos.
El cuadro es oficial, según le contó a SEMANA el director de Findeter, Ricardo Bonilla, quien justificó que “los costos adicionales fueron del 44% que si las casas se hubieran construido en Barranquilla”.
El costo del metro cuadrado tuvo una base calculada de 3 millones 405 mil pesos, pero por la distancia de Providencia y la complejidad del transporte, subió a los 6 millones 126 mil pesos.
Mientras tanto, el metro cuadrado de las viviendas T4 (las de 88.81 metros cuadrados), costó 4.236.408 millones como base, pero la cifra llegó a 7 millones 696 mil pesos.
Tras las denuncias que hizo en su momento el presidente Gustavo Petro, la exdirectora de Prosperidad Social, Susana Correa, dijo que los señalamientos del mandatario, “me parece, fue muy prematuros”.
Agregó “que sus asesores no conocen verdaderamente lo que son el archipiélago y las islas. Providencia y Santa Catalina quedan a más de 700 kilómetros de Cartagena. Allá no hay ningún tipo de material de construcción, todo hay que llevarlo. Si antes de Iota, los costos casi que se doblaban o triplicaban en relación con el continente, después del huracán los costos son aún más altos. No hay puerto, hay un muelle con dos posiciones. Llegaban unos barcos llevando comida y algunos productos, pero no estaban capacitados para transportar materiales para construir 1.837 viviendas. Ese era uno de los obstáculos. Nos tocó empezar a dragar el muelle para que pudieran arribar barcos de mayor capacidad que llevaran los materiales. Después de Iota -el 16 de noviembre de 2020- se llegó a un acuerdo con la comunidad donde hubo mesas de concertación para definir cuál era la vivienda con la que ellos se sentirían seguros y acordes con el paisaje de la isla”.