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Grave denuncia en el Ejército: las fallas en la nueva organización militar. “Todo es improvisado”
SEMANA conoció el testimonio de dos oficiales del Ejército desilusionados de la institución. Estas son sus fuertes acusaciones.


La violencia en las diferentes regiones de Colombia sigue siendo compleja pese a los esfuerzos de las instituciones que integran la fuerza pública. En este nuevo capítulo, SEMANA conoció en exclusiva dos testimonios de oficiales activos del Ejército Nacional, quienes denuncian graves falencias en la estructura de mando, operatividad, legalidad y moral de las tropas en medio de la supuesta ‘reorganización’ militar.
En sus relatos, aseguran que la nueva estrategia de las llamadas Fuerzas de Despliegue Rápido estaría dejando a las tropas sin piso jurídico, sin recursos, y al mando de oficiales sin experiencia suficiente, en momentos críticos en que los grupos armados ilegales están atacando sin contemplación a las Fuerzas Militares.
Uno de los uniformados, con una alta experiencia en la institución, sostiene que hay un colapso organizacional en las unidades militares bajo el modelo de las nuevas Fuerzas de Despliegue Rápido (Fudra).
“Lo que llaman reorganización es, en realidad, una desorganización. Las unidades operan sin sustento jurídico, sin estructura, y con comandantes que no tienen la experiencia ni el recorrido necesarios para enfrentar a los grupos armados organizados. Estamos improvisando en pleno conflicto”, detalló.
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El uniformado, visiblemente temeroso por la entrevista que nos está concediendo, aseguró que todo comenzó en el mes de noviembre del año 2024, cuando desde el Comando General de las Fuerzas Militares ordenaron que desaparecieran los comandos conjuntos y la creación de nuevas figuras como las Fudra y los Batallones de Despliegue Rápido.
Asegura la fuente, una y otra vez, que dichos movimientos fueron implementados, al parecer, sin los documentos mínimos que sustentan legalmente la operación de una unidad militar.
“No existe a la fecha una Tabla de Organización y Equipos (TOE). No se han expedido las órdenes administrativas que definan cargos, funciones, grados ni conformación de las nuevas unidades. Aun así, ya comenzaron a funcionar, como si todo estuviera en regla”, detalló a SEMANA.

Oficiales sin experiencia
Uno de los puntos más delicados de esta denuncia que se conoce desde el corazón del Ejército Nacional es la supuesta ruptura de la línea jerárquica en la designación de comandantes.
Lo anterior, teniendo en cuenta el respeto al escalafón que durante la historia ha sido sagrado para la disciplina en las filas militares. A la fecha, divisiones enteras están siendo comandadas por oficiales que no tienen el recorrido operativo para tales responsabilidades.
“Unidades que antes eran lideradas por mayores generales ahora están bajo el mando de brigadieres generales. Y lo más grave: los nuevos Batallones de Despliegue Rápido, en zonas altamente conflictivas, están siendo comandados por oficiales del grado de mayor, muchos recién ascendidos”, explicó el oficial.
De acuerdo con la información obtenida por SEMANA, la presunta improvisación ha generado un malestar generalizado en las tropas del Ejército Nacional.
“La frase que más se escucha hoy es: ‘nos tocó madurarnos biches’. Son oficiales que no han pasado por los cargos básicos de oficial de operaciones, ni de segundo comandante, y de un momento a otro deben tomar decisiones en terreno frente a grupos como el ELN, Clan del Golfo o disidencias”, denunció.
Asimismo, dio a conocer que aunque muchos de esos oficiales no se sienten listos para esos cargos les toca asumir porque “dentro de la institución una orden es una orden y se cumple”.
Inteligencia débil
Otro oficial, al cual SEMANA no identifica por razones de estricta seguridad y posibles represalias dentro del Ejército Nacional y que hace parte de la inteligencia, aseguró que la nueva estructura de esta unidad militar ha sido la eliminación de las secciones de inteligencia a nivel batallón. Las funciones de recolección de información —clave para planear operaciones tácticas— fueron absorbidas por los Estados Mayores de las Fudra, que comandan varios batallones al mismo tiempo.
“Esto nos dejó ciegos. Cada batallón debía tener su propia sección de inteligencia, con capacidad para anticipar amenazas en el terreno. Ahora todo se centralizó, se sobrecargaron los mandos y se perdió la capacidad de respuesta inmediata contra los grupos armados ilegales en todas las regiones del país. Esto es sin precedentes”, dijo el oficial a SEMANA.
Y es que al referirse al déficit logístico dice que es otro dolor de cabeza porque asegura que, al parecer, las nuevas unidades operan con material obsoleto, armas insuficientes y sin los elementos mínimos que requiere una plana mayor para funcionar.
“Muchos batallones no tienen secciones de personal, de logística, ni ejecutivos ni segundos comandantes. Hay mandos operando solos, sin estructura de apoyo. Están enviando oficiales al matadero”, detalló.
¿Y el sustento legal?
La paradoja más grave, advierte el primer oficial que conversó con SEMANA, es que todo este rediseño funcional se está ejecutando, al parecer, sin respaldo jurídico.
“La nueva organización militar no tiene piso legal. No existen documentos oficiales que validen sus funciones, cargos ni estructura. Es como si alguien decidiera abrir una empresa sin inscribirla legalmente, sin manuales ni roles definidos. Pero aquí no está en juego una empresa: está en juego la seguridad nacional”, advierte el alto oficial.
En ese vacío, explica, que toman decisiones administrativas, asignan personal, lanzan operaciones y colocan en riesgo la vida de soldados y oficiales en terreno, sin que exista una base legal sólida que respalde el funcionamiento de las nuevas unidades.

Mientras eso ocurre, el curtido oficial asegura que las tropas que están operando a ciegas son presa fácil para los grupos armados ilegales, quienes sí están teniendo la claridad en sus estructuras para atacar a la fuerza pública.
“Los GAO (Grupos Armados Organizados) van a capitalizar esta fragilidad. Atacarán donde vean vulnerabilidad. Saben que ahora un batallón puede estar liderado por un mayor con apenas 15 años de servicio, sin experiencia en combate ni en planeamiento. Si caen, el mensaje político que dan es enorme”, detalló.
Al ser cuestionado frente a esos hechos, se le pregunta por cuáles son los casos puntuales en los que han ocurrido esos errores o esos vacíos y no dudó ni un segundo en decir que el caso de la emboscada de los soldados en el departamento de Guaviare que le costó la vida al coronel Néstor Augusto Corzo Cruz, comandante de la Vigésima Segunda Brigada del Ejército Nacional.
“La emboscada de las disidencias de las Farc en el Guaviare, el pasado domingo 27 de abril de 2025, fue producto de una mala planificación de los mandos y lamentablemente murieron seis soldados que tenían familias. Hoy solo le hacen falta a sus esposas, papás e hijos porque acá ingresan más soldados al área, entonces, eso no puede seguir pasando”, explicó la fuente.
Repite y repite que las tropas “no tienen moral” y que el impacto psicológico es notorio aunque en las formaciones demuestran firmeza para las operaciones, el miedo y la zozobra los embarga.
“La confusión es total y la confusión mata. Los soldados saben que no tienen respaldo, que están siendo enviados a zonas críticas con unidades incompletas, sin recursos y sin una misión clara. Lo que era un ejército articulado, hoy es una ilusión en la cabeza de unos generales alejados de la realidad”, denuncia sin titubeos.
Según el testimonio, las unidades más afectadas por esta desorganización son las que enfrentan directamente el conflicto: Catatumbo, Arauca, Cauca, Guaviare, Bajo Cauca y el sur de Bolívar.
“Estamos hablando de miles de hombres. Tropas desplegadas sin claridad jurídica, sin logística y sin un liderazgo experimentado. Es una bomba de tiempo”, detalló.
El oficial aseguró que dentro de las filas no se oponen a un cambio, pero a lo que si se resisten es a que los utilicen como “carne de cañón” en una mala planificación de las operaciones militares en contra de los ilegales.
“No estamos en contra de la reorganización. Pero no se puede construir sobre el caos. Primero debe haber estructura, documentos, claridad y recursos. No se puede improvisar con la vida de los soldados”, dice.
Hasta la publicación de esta denuncia, el Ejército Nacional no había respondido el requerimiento realizado por SEMANA para escuchar su versión frente a estos hechos.